Una revolución es un proceso dialéctico, complejo y con contenidos contradictorios realizado por "seres sociales" a los cuales se le oponen Otro "seres sociales", por natural e histórica de lógica política, económica, ideológica y, fundamentalmente, filosófica. Las históricas contradicciones entre "los de arriba y los de abajo" están inscritas en la Historia de la Humanidad y no es que lo haya demostrado, con sencillez, Karl Marx, mucho menos que nos lo estamos aseverando sino en cualquier lectura aún con las normales subjetividades del escribiente se abstraen esas realidades de confrontación permanente esperando que puedan ser superadas en las próximas centurias como lo conocemos por esa transición del feudalismo hasta el capitalismo liberal.(Arthur Rosenberg. "Democracia y lucha de clases en la Antigüedad". El Viejo Topo, pp. 157).
Esos procesos los ejecutaron hombres y mujeres en diferentes momentos históricos y en diferentes espacios geográficos; es decir, no es lo mismo ese proceso en los campos europeos como en las estepas gobianas, fronteras del "reino del centro" sino que lo diga Marco Polo en una de las cuatro Rutas de la Seda. No es lo mismo el proceso en las colonias británicas en América del Norte en comparativa dialéctica con el proceso independentista que se gestó en diferentes momentos históricos en la América del Sur dejando de lado, a propósito, tanto Centroamérica como las actuales naciones del Caribe y eso se respeta políticamente.
Simón Bolívar es "el hombre de la Historia" no solo por el proceso que llevó a cabo, militar y políticamente, sino por los contenidos en sus escritos que significan un análisis acompañado de predicciones y propuestas morales y éticas ajenas al "pecado original" en su desarrollo "aguas abajo" como debilidad del alma y espíritu del "ser creado" en sus responsabilidades como "ser social", es decir, a título de referencia, la avaricia, la gula, etc.
Es en ese orden que para los venezolanos, "tirios y troyanos", la referencia de Simón Bolívar es la base fundamental de la Historia de Venezuela antes, ahora y en su futuro. Es por ello que la praxis de "ausentar" no solo la figura sino fundamentalmente sus escritos con desarrollos tendenciosos e interesados según las plumas de las "almas débiles", ha sido fundamental no solo para los espacios históricos precedentes al actual proceso revolucionario sino que esa praxis se está observando y considerando en los actuales momentos cuando la siquis colectiva viene siendo manipulada en función de absorber al individuo para transformarlo en "masa colectiva y alienada". Es, en esos momentos, cuando la revolución debe rezumarse profundamente sacudiéndose de las alienaciones ideológicas y de las debilidades capitalistas según la "doctrina bolivariana".
Una revolución es un proceso dramático pero ello no obsta para cegarse y no ver "ni el árbol ni el bosque" sino los intereses personales y personalistas más que los intereses colectivos negando las realidades externas en un mundo globalizado y en proceso de profundo giro hacia lo más rancio de la praxis liberal pero profundamente adobada por un proceso de militarización más importante y dramático que aquel que se desarrolló, por obvias razones en perfectibilidad del sistema capitalista, durante todo el siglo XIX cual se concluiría a si mismo en su más objetiva contradicción en la Primera y la Segunda Guerras Mundiales.
Es cierto que venimos observando como en el tablero de ajedrez mundial desde la "Caída del Muro de Berlín", la globalización en mundialización que ha tenido, obligatoriamente, que ir desarrollando paradigmas elevados del propio desarrollo del sistema capitalista lo cual lo ha obligado, al sistema capitalista, a tener que asumir y entrar en espacios permanentes de crisis continuas sobre las bases del "Caos y la Guerra" como lo hemos observado en la antigua Yugoslavia, en Kosovo, en las tierras de Palestina, en diferentes escenarios en el Medio Oriente y en el norte de África como "campos de entrenamiento militar" tanto de soldados especializados como de armamentos también especializados.
Ese tablero de ajedrez mundial tiene y se contiene en diferentes espacios geográficos como conocemos en el Medio Oriente extensible al Asia Central, en los mares limítrofes de China con sus vecinos, en Ucrania y los países bálticos, en Alaska y, evidente, en la América al sur del río Bravo y al sur de la península de la Florida.
Es en ese juego de poderes donde está inmersa la Revolución Bolivariana y es en ese escenario donde la referencia es la "Doctrina de Simón Bolívar" bien interpretada por Hugo Rafael Chávez Frías. Lo demás es "polvo y paja". En consecuencia, la Revolución Bolivariana es un proceso dialectico en permanente contradicción que debe ser leída cotidianamente para evitar su fracaso como revolución nacionalista, patriótica, socialista y americanista. Pero debemos objetivar "los cuadros del tablero de ajedrez" para evitar el fracaso que se conoció en Chile como en otras latitudes americanas como, a título de referencia, Nicaragua.
En ese orden, venimos observando un proceso de giro de la política latinoamericana hacia la derecha liberal-radical; repetimos, en la región geográfica latinoamericana, concretamente. No nos estamos refiriendo a los cambios en otros espacios geográficos de Centroamérica y El Caribe. Pero ese giro no se está expresando en Chile, Perú, Colombia, sino en países orientales suramericanos, Argentina, Paraguay y Brasil, curiosamente, por obviedad, bien reconocidos por los gobiernos que están adscritos, dentro del tablero de ajedrez, a las pautas giradas por Washington en la actual realidad en perfectibilidad del sistema capitalista mundial.
La pregunta que cabe es ¿Por qué de esa perentoria necesidad de Washington (léase: Pentágono) de controlar, en el actual proceso referido, los gobiernos de esos países sin respetar, mínimamente, al electorado (Paraguay y Brasil) e imponiendo políticas socio-económicas que no se aplican ni en los Estados Unidos de América menos en la Comunidad Europea aunque haya trazos parecidos en las praxis económicas en esas latitudes? Es la pregunta de necesaria respuesta sí queremos y deseamos la permanencia de la Revolución Bolivariana.
La Revolución Bolivariana debería asumir diferentes realidades globales tanto en el escenario interno como en la arena internacional porque hay una conversación dialéctica entre ambas realidades íntimamente conectadas irreversiblemente. Asumir esas realidades sería el primer paso importante para la permanencia de la Revolución Bolivariana en el escenario nacional, latinoamericano y, evidente, allende nuestras fronteras. Ustedes dirán que "eso ya está estudiado, analizado y diseñadas las políticas correspondientes". Claro, perfecto, pero por lo que se observa y se va conociendo "algo no está en su correspondiente escenario", algo está fallando que pone en serio riesgo "la paz y el desarrollo" del proceso revolucionario venezolano, repito, venezolano. Sí algo supo manejar Joseph Stalin fueron los tiempos. Ello no significa que suscribamos todas sus decisiones pero supo objetivar las contradicciones externas en función de sus realidades internas y en caso de que no logren captar la idea entonces les sugiero que vayan a estudiar los análisis históricos que realizara el británico de izquierda, Edward H. Carr.
El "frente interno" está profundamente deteriorado, necesario es reconocerlo. ¿Las razones? Las desconocemos en profundidad pero en la calle se respira contra-revolución y ni el PSUV ni el denominado para nada "Gran Polo Patriótico" están realizando las obligantes gestiones revolucionarias debidas y necesarias para la permanencia de la revolución bolivariana y venezolana, y esa realidad en objetivos escenarios cotidianos la conocen, perfectamente, los líderes fundamentales por ser líderes provinciales, más o menos, en un porcentaje de un 60% de esos líderes fundamentales del partido de la revolución. Ello significa que es de obligación revolucionaria precisar "las debilidades y fortalezas actuales" por las cuales transita la revolución venezolana. Precisemos que "lo militar" va aparte.
El "frente externo" es de un diálogo profundamente diferente. Por ejemplo, la declaración de Paraguay, Brasil y Argentina sobre la Presidencia pro-tempore que le corresponde ejercer a Venezuela en el Mercosur es, lo menos, una falta de respeto, de solidaridad histórica en función de las relaciones que se desarrollaron durante el Gobierno de Chávez Frías y una debilidad por la parte venezolana en aplicar una política de estado en función y en objetivación de las relaciones pre-mencionadas. La "política petrolera" es un aval poco o nada utilizado en el marco actual del proceso revolucionario y es en este preciso tópico que entran en escena los EEUU de América y el actual escenario global-internacional en función de la pervivencia obligante del sistema capitalista mundial.
Cabe la obligante pregunta: ¿Por qué los EEUU de América, la Secretaría de Estado y el Pentágono vienen desarrollando, concretamente, una política neo-Monroe para América Latina en su región meridional?
Hemos mencionado más arriba las realidades globales en el tablero de ajedrez actual en curso mundial. Percibimos como, fundamentalmente, la Secretaría de Defensa norteamericana conjuntamente con el Pentágono vienen desarrollando una "política militar expansiva" sustentada, precisamente, en la defensa de los Derechos Humanos y la "agresiva política humanista" en dos frentes precisos: en la Región de Asia-Pacífico y en la región oriental de la Comunidad Europeo centrándose en dos escenarios conjuntamente con la OTAN: Ucrania y el Mar Báltico. En nuestro criterio los escenarios actuales de Siria y Libia son "campos de entrenamiento militar" y la praxis de la política de "caos y sangre" a través de factores religiosos no controlables; de ahí la seria preocupación de Rusia y Turquía.
Para que el sistema capitalista norteamericano pueda sobrevivir en considerando que las políticas socio-económicas norteamericana se imponen en "otros gobiernos", deben de obligación perentoria imponerse en un "control total y absoluto" en los escenarios en curso sobre todo en toda la geografía del continente americano incluyendo la praxis realista de esa política en su propio patio interno (la represión actual tanto por la policía como de las fuerzas proto-militares sobre la sociedad urbana, fundamentalmente, norteamericana es muestra real de esa política de estado norteamericano) cuando su sociedad se encuentra en una muy seria crisis socio-ideológica y económica como se vienen exponiendo realidades internas a través de la develación de informaciones a través de los hackers y Wikileaks. Pero en Washington y, fundamentalmente, el Poder, aquel al cual se refería el General Müller Rojas, saben, conocen y ejercen el Poder absoluto sin piedad judeo-cristiana, es decir, sin piedad antropológico-humanista.
Ese es el escenario ante el cual se encuentra la Revolución Bolivariana. En ese orden, tratemos de adentrarnos a las diferentes variables ante las cuales se encuentra la revolución venezolana.
Tendríamos un escenario sí el órgano del Estado venezolano toma las decisiones correspondientes a la celebración del mencionado referéndum lo cual conllevaría el proceso correspondiente hacia su celebración. En caso tal se correspondería conocer el resultado del mismo cual podría expresarse, según las decisiones personales, sobre el futuro del Presidente Maduro Moros. En ese momento, según los resultados, se podrían presentar dos escenarios bien que fuera el resultado a favor de la permanencia de Maduro Moros en Miraflores, bien que el vicepresidente del momento tenga que asumir las correspondientes responsabilidades ejecutivas. Independiente de cual sea ese resultado, es evidente que el proceso revolucionario entraría en un escenario de seria crisis cual podría profundizarse hacia el caos con consecuencias de "estado fallido" con lo cual y no se confundan respetados lectores, todos los organismo internacionales, regionales y globales, asumirían el dictamen de la intervención en Venezuela, en la Patria de Bolívar, "de cualquier naturaleza" con las consecuencias previsibles.
Independiente de cómo se desarrollen los escenarios también se podrían pensar en otros escenarios que podrían alcanzar ciertos equilibrios que fundamente un escenario de paz con los consecuentes escenarios de desarrollo económico sostenido. Claro, esas decisiones tendrían que ser "decisiones de Estado", según el necesario objetivo de la continuación del proceso revolucionario venezolano por lo cual esos supuestos escenarios estarían, necesariamente, en momentos decisorios de correlación, correspondencia y responsabilidades de "personas que lideran el proceso revolucionario" porque los comunes mortales, como la Historia así lo demuestra, fehacientemente, no tendríamos la invitación al banquete decisorio.
Lo inmediato anterior significa que Venezuela entraría bien en un proceso inevitable de profunda crisis hacia el estado fallido, bien en un proceso de paz y desarrollo económico que significa, objetivamente, el control sociológico del actual caos en el cual se encuentra la sociedad que hace colas.