Mi palabra

Las comadres enmascaradas

"Quien decide practicar un mal,

encuentra siempre un pretexto."

Publilio Siro

Un amigo, contemporáneo, muy ocurrente, siempre carga una sonrisa en cada expresión, porque nunca le falta un chiste, o una chanza; en cierta ocasión se me acercó para señalarme con el dedo índice a una mujer, militante de la izquierda, quien se encontraba muy entretenida, conversando con otras damas, para finalmente expresar sin dejar de reír: "Esa, es, una comadre, graduada de camaleón". Ese calificativo me llamó poderosamente la atención, pidiéndole una explicación. Su respuesta fue rápida, sin titubear: ¡bueno para que lo sepa: habla de todo el mundo, y cambia de opinión, como el camaleón de color! Lo único, que se me ocurrió, fue reír, sin ahondar en más detalles; era suficiente para entender lo que quería decir.

Eso se me parece a las "comadres purpuras"; aparecidas recientemente en esta página, como verdaderos fantasmas, arropadas en el anonimato, identificadas con un logotipo muy llamativo, totalmente disfrazadas sin dar la cara, violando el artículo 57 de la constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el cual reza: "No se permite el anonimato, ni la propaganda de guerra, ni los mensajes discriminatorios ni los que promuevan la intolerancia religiosa. La comunicación es libre y plural, y comporta los deberes y responsabilidades que indique la ley".

Los señalamientos de las amigas, color violeta, forma parte de la cantidad de argumentos; algunos rebuscados por los enemigos de este enmarañado y golpeado proceso venezolano; blanco de todas las miradas, y de los malintencionados, que siguen creyendo en soluciones a la vuelta de la esquina. No podía faltar CILIA FLORES, para ser "criticada" directamente por la supuesta pasividad al lado de Nicolás Maduro, cuando todos sabemos, que el verdadero objetivo es el Presidente, a quien no le perdonan, su firmeza, como las palmeras a pesar de todos los vientos huracanados, propios de la política venezolana en los últimos años.

Los tres artículos de las "comadres purpuras", publicados recientemente, son unos verdaderos rompecabezas; aparte de coincidir en algunas puntos con la derecha, se me antoja, que su verdadero objetivo, es buscar espacio en la vida política, y por eso, atacan a la primera dama, en esta caso la "primera combatiente" sabiendo, que pueden despertar interés en un grupo importante de lectores, por su investidura. Eso de identificarse con el color purpura, ya de por sí, crea cierta suspicacia; dicha tonalidad ha sido muy utilizado por emperadores, reyes y cardenales, personajes muy cuestionados a lo largo de la historia.

Sin embargo, no podemos rehuir a las críticas, vengan de donde vengan, pero ante todo, debemos entender la grave situación del país, en el cual ha contribuido un grupo importante de empresarios avaros, sin ninguna consciencia de país, con la mirada hacia el norte, en busca de los apetecibles dólares. Ahora, están saliendo los "oportunistas" enquistados en la izquierda, sin dar la cara, pero ayudando a regar el desconcierto en la población. Todos debemos recordar, los multitudinarios actos, antes el féretro del fallecido Comandante Chávez, lo que presagiaba un holgado triunfo de Nicolás; sin embargo el resultado, no fue el esperado (la diferencia no llegó a los 300.000 mil votos), lo que aprovecho el derrotado (Capriles) para alborotar a sus seguidores, con las consecuencias conocidas. El panorama es muy complicado; se han acumulado los problemas, con una daga en el cuello: el dólar. El visionario Hugo Chávez, lo decía: "Salimos de la dependencia, o nos hundimos" Lo estamos viviendo, los problemas ahogan, y los salvadores no están en los oportunistas, disfrazados de revolucionarios, menos en la derecha apátrida; 40 años fueron suficientes para no repetir esa amarga experiencia.



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Narciso Torrealba


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