Parece que ya se puede hablar de lucha interna sin que se caiga en "estado general de sospecha", o se le acuse de ser de la cia. Jaua, con su artículo del domingo 16, abre las puertas de la discusión, lo que pase de aquí en adelante determinará el rumbo, sabremos si el Chavismo entra en un periodo de revisión (Dios lo quiera) o si continuará la cacería de brujas y el camino al despeñadero.
Nos preguntamos ¿qué pasa allá adentro?, ¿por qué un vocero calificado como Jaua escribe sobre la lucha interna que hasta ayer era tabú? Y además, ensaya un esquema de las fuerzas en pugnas. Debemos pensar en un recrudecimiento de la lucha, ya el silencio como precio de la unidad no es posible; la derecha, el capitalismo, no se detiene y el avance prendió las alarmas de las corrientes chavistas ingenuas que creían en la alianza transitoria con la burguesía, y cuando ésta comenzó a crecer, a comerse al Chavismo, se alarmaron.
La primera alerta ocurrió con las declaraciones de Eulogio y Pérez Abad hablando del camino capitalista, de revertir lo que Chávez había construido; se les respondió con fuerza y este primer choque quedó allí, las corrientes se retiraron a sus trincheras. Pero el capitalismo siguió trabajando, calladito. Eulogio y Pérez Abad avanzan.
La expoaragua, sin dudas, pasará a la historia como un punto donde el capitalismo declaró abiertamente la guerra al chavismo, se abrió sin ambages marcando el camino de la restauración y el ataque frontal al Plan de la Patria. Como ilustración, es suficiente chequear a los asistentes, desde Vollmer hasta Fedecámaras, sin quedar por fuera la Cámara de Comercio, Globovisión, las charlas, los tambores al aire anunciando una nueva doctrina.
Lo que comenzó como una inocente alianza se transformó, como era previsible, en un monstruo. El capitalismo crece y como un cáncer invade las entrañas de la sociedad, nada queda sano, todo se transforma de acuerdo a la conveniencia del capitalismo, a su imagen y semejanza, desde las almas de los gobernantes hasta la manera de caminar de los ciudadanos.
El capitalismo crece en las altas esferas del gobierno, cada día se habla y se actúa con más desvergüenza. El capitalismo crece en la economía, aplasta las formas sociales de la economía dejándola para la exhibición, para el folklore, para el regodeo de la clase media metida a revolucionaria.
El partido no le conviene a esta corriente capitalista que va creciendo y construyendo la restauración, lo minan con otras formas organizativas, de unidades aisladas, no políticas, como los clap. A pesar de los esfuerzos de algunos dirigentes, el PSUV se diluye, no opina, no hace política, funciona como una franquicia especializada en atacar a la mud, esquivar el referéndum no percatándose que atrás el Chavismo se desmorona.
En la sociedad aparecen formas de capitalismo aberrantes, como los "bachaqueros", que actúan en la mejor lógica del capital, la delincuencia se perfecciona, la guerra de todos contra todos, el hombre lobo del hombre se apodera de la sociedad capitalista.
Ese es el precio de la alianza con el diablo: el desastre social, mucho más allá de lo que los incautos llaman "guerra económica".
Bienvenida la actitud de Jaua, es un paso dado con mucha seriedad, ojalá así lo tomen los dirigentes y aireen la discusión. Sería un grave error defenestrarlo, anularlo, castrar la discusión. Se impone una ExpoSocialismo, donde se hable de Socialismo, del Plan de la Patria, donde se retome el camino de Chávez. El PSUV bien podría, debería ser su promotor…