"Es mejor caminar descalzo,
que robando zapatillas."
El "Che" Guevara
Las críticas contra Nicolás Maduro, llueven por todas partes; de la derecha no se puede esperar nada positivo, ni siquiera buenas miradas, porque la hipocresía los delata; de la izquierda, muchas tienen fundamento, y buenas intenciones; otras son verdaderos dardos envenenados, que ni la misma y desesperada oposición utiliza. La mayoría de los nuevos y centellantes críticos, aparecieron los últimos dos años, cuando la derecha, y sus aliados, apoyados por el gobierno norteamericano, empezaron a calentar la calle, aprovechando la grave escases de productos, inducida por un grupo de empresarios, haciéndole el juego a la oposición, preparando las condiciones para las pasadas elecciones legislativas del 6D, con los resultados ampliamente conocidos.
Los pronosticadores de oficio, aparecen como los bachaqueros. En esa onda se encuentra, un número bastante importante de articulistas en distintos medios de comunicación, sin dar una solución efectiva y concreta; agotan cuartillas para atacar a Maduro, sin profundizar en la grave crisis del capitalismo, la gran pesadilla de la humanidad; ni siquiera la "bendita" riqueza de la naturaleza: el petróleo, apacigua los males, porque más allá de los ingresos que genera; la corrupción parece un monstruo hambriento, tragándose millones de dólares, hasta convertirse –lamentablemente- en un modo de vida, para un sector importante de la población, incluyendo a muchos militares, acostumbrados a la "dolce vita".
Parece no sorprender a nadie la cantidad de apresados en los últimos meses por hechos ilícitos; negocios multimillonarios (relacionados con droga) arruinando la carrera con esos actos vergonzosos, e imperdonables, porque el militar, tiene ante la sociedad una tarea por demás importante: dar ejemplos de rectitud y honestidad; el mínimo resbalón lo aprovecha la derecha para generalizar, tratando de enlodazar las instituciones militares, y así restarles credibilidad.
Olvidan el derroche, y corrupción, en los gobiernos de AD y COPEI. Por eso al comenzar el gobierno del Comandante Chávez, soplaron vientos de esperanza en nuestra sociedad, pero un mal, tan profundamente sembrado en la mente de millares de venezolanos, no es tarea fácil, erradicar de la noche a la mañana; se necesita un elevado grado de conciencia para rechazar las tentaciones de la podredumbre.
La corrupción, es como el agua, entra y sale por cualquier vericueto. La historia lo confirma: José Antonio Páez, aprovechó su brillante carrera militar, para enriquecerse a la vista de sus súbditos. El presente, es la mejor prueba, para demostrar lo complicado, y contagioso de un mal, convertido casi en una "epidemia". La corrupción es creada, y alimentada por el mismo capitalismo, por una ambición incontrolable por el dinero, a la par de un consumismo inyectado, desde los Estados Unidos, ahogando a muchos países latinoamericanos –especialmente a Venezuela- con productos adquiridos con dólares, en muchos casos mal habidos, creando en estos momentos, frustración y desesperación en muchos consumidores, que hasta hace poco, vivían pensando en el "nuevo modelo", y ahora se encuentran en la espada y la pared, no los pueden cambiar, y muchas veces es difícil reparar por el elevado costo de los repuestos.
La situación se complica, porque las secuelas de la dependencia están "vivitas". Estar sometidos por años a las fluctuaciones de una moneda (el dólar) no es cualquier cosa, y tratar de romper con esa barrera, produce todos estos fuertes remezones. Estados Unidos, "exporta" su crisis, presionando con su signo monetario. Quien tenga la osadía, y valentía de enfrentar su política de rapiña, se convierte en un blanco para sus fines invasivos; eso, está sucediendo en nuestro país; los ataques no paran, con la suerte, que el pensamiento de Hugo Chávez, sirve de guía en la mente de millares de compatriotas honestos, alertando antes las amenazas imperiales.