Superhéroes

Superman fue mi héroe de infancia, junto con sus superamigos de la Liga de la Justicia: Batman y Robin, Aquaman, Linterna Verde y Marvila, o sea, la Mujer Maravilla. Admiraba la fuerza bruta de Kal-El, como llamaban a Superman en Krypton, su planeta natal. Por eso me removió, ya adulto, la historieta final en que un monstruo de odio perfecto y fuerza infinita llamado Doomsday mata a Superman, a pescozadas. Después supe que no fue la historieta final y ya no sé ni me interesa en qué andan las reencarnaciones caóticas que ahora llaman Superman.

También leí La Pequeña Lulú; Petronila, que solo yo advertí porque más nadie la recuerda; el Pato Donald, Mickey, Tribilín, Pluto. A Donald lo conocí cuando lo llamaban el Pato Pascual y a Mickey Mouse Ratón Miguelito, go figure.

O sea, no soy un alienado de vaina.

Más crecidito mi héroe favorito fue intelectual: Mandrake, más poderoso que el brusco Superman. Llegaba a una oficina y le decían: «El doctor está al llegar» o «ese cheque está para la firma». Mandrake zuas hacía un «gesto hipnótico» y enseguida lo atendían y hasta le adulaban. He tenido esa fantasía: llego a un supermercado donde la gerencia acapara lo que busco, hago un gesto hipnótico y ñácata los productos aparecen y hasta a precio justo.

Como William Contreras, otro súper… superintendente Nacional para los Derechos Socioeconómicos (Sundde). Llega a un negocio bachaquero, encara al gerente, lo increpa, al atorrante se le bajan los humos y lo sacan esposado. Contreras pone los productos a la orden de la clientela, que aplaude el final feliz.

Ahora no fantaseo ser Superman ni Mandrake sino William, llegar con un pelotón y poner orden en los comercios abusivos. «Maduro manda en Miraflores, pero aquí mando yo», «lo toma o lo deja, mi estimado», «este es el precio nuevo» y otras frases que lo hacen a uno ver rojo y querer descargar la arrechera.

Lo malo de estos superhéroes es que actúan a una escala individual poco eficiente, capturando malandro por malandro. En cambio lo bueno de los héroes colectivos, como Bolívar, es que hacen justicia globalmente, en masa, porque empoderan al pueblo. ¿Habrá modo de tener héroes como Bolívar en esta Revolución Bolivariana? Porque Nicolás, Padrino y William no pueden con todo.



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Roberto Hernández Montoya

Licenciado en Letras y presunto humorista. Actual presidente del CELARG y moderador del programa "Los Robertos" denominado "Comos Ustedes Pueden Ver" por sus moderadores, el cual se transmite por RNV y VTV.

 roberto.hernandez.montoya@gmail.com      @rhm1947

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