"El periodismo es libre o es una farsa"
Rodolfo Walsh
En una de estas noches, cuando hacía una breve visita, a cuanto canal provee una compañía privada, me detuve en una de las televisoras del estado Portuguesa, para ver el programa "A quemarropa" del licenciado Iván Colmenares, exgobernador, muy cuestionado, pero ahora con la guerra mediática contra el gobierno, parece un verdadero "santo". Nada de lo que diga, o haga me sorprende, ese, es el trabajo de muchos políticos, cuando están "quemados", como dicen en el argot beisbolero; se ha chamuscado tanto este comunicador, que en su programa televisivo, ha dado cabida a personajes más "calcinados" que él, como es el conocido Leopoldo Castillo, quien trasmite desde los Estados Unidos (Miami) por un canal recién incorporado a la enloquecida jauría (Mira TV) instalado -en los altos mirandinos- con una sola misión, arreciar la campaña contra Nicolás Maduro.
El programa del apodado: el "matacuras" tiene un nombre muy llamativo: "El ciudadano", pero representa una punta de lanza, en el arsenal de los apátridas, quienes tienen como trinchera, y "hogar" a la ciudad de Miami, donde son recibidos con bombos y platillos, con solamente presentar el currículo, como fieles servidores al gobierno norteamericano. No es simple casualidad, que, en esas tierras norteamericanas, se encuentre viviendo el más sanguinario terrorista de este continente, autor intelectual de la voladura de un avión cubano, con 73 personas inocentes. En ese mismo refugio "aterrizó" la conocida periodista Patricio Poleo, después del frustrado golpe de estado, contra el comandante Chávez.
Todos han seguido conspirando, con la incitación a la violencia, creando un desesperado trauma en los venezolanos, porque las pasadas guarimbas no se borran fácilmente. Desde la misma llegada de Hugo Chávez, al poder, se alborotó ese avispero, capaz de violentar todas las vías democráticas, poniendo en peligro, una de las maneras más civilizadas de entenderse los humanos: el diálogo. El Papa, Juan Pablo II, quien no tenía, nada de comunista, pero intuía el grave peligro sobre la humanidad, dejó un pensamiento muy claro, para los incitadores: "El diálogo, basado en sólidas leyes morales, facilita la solución de los conflictos y favorece el respeto de la vida, de toda vida humana. Por ello, el recurso a las armas para dirimir las controversias representa siempre una derrota de la razón y de la humanidad"
Parece que el Papa Juan Pablo II, en las postrimerías de su vida, empezó a reflexionar sobre el comportamiento de muchos comunicadores; sus pensamientos brotaban, como verdaderas profecías, fustigando el comportamiento totalmente divorciado de muchos periodistas; llamaba poderosamente la atención con sus preocupaciones; el siguiente ejemplo lo confirma: "La verdad y la solidaridad son dos elementos claves que permiten a los profesionales de los medios de comunicación convertirse en promotores de la paz".
A pesar de estos mensajes del fallecido Papa, los dos periodistas van de la mano, vía internet; coinciden en la manera de llegarle a los televidentes, para sorpresa de algunos, por una razón muy sencilla: Iván llego a la gobernación del estado, apoyado por la izquierda; el otro ha vivido de manera rastrera, sin ninguna vergüenza; para él, lo más importante es rendirle cuentas al gobierno norteamericano; sin embargo, en política, el traidor, siempre pierde; donde llega, nunca es bien visto, a pesar de todas las "morisquetas" para ganarse la confianza; la misma condición de tránsfuga lo delata.
Estos personajes, van quedando en los libros del recuerdo, como cenizas dejadas por los fuertes veranos, después de incontrolables candelas en los llanos venezolanos. Por eso, podemos gritar a todo pulmón: ¡la dignidad, no tiene precio, y permite a los verdaderos revolucionarios a mantener la alegría, y el entusiasmo por un mundo mejor!
