Venezuela: ¿La última oportunidad para salvar la revolución?

Los venezolanos revolucionarios se mueven entre hienas capitalistas y la prudencia exagerada del gobierno.

Pues las hienas y el gobierno han cumplido la nefasta misión histórica de enajenar, frustrar y pervertir la independencia de Venezuela; también han profundizado la fragmentación del pueblo.

La burguesía en su conjunto, optó desde su surgimiento, por el alineamiento con el imperialismo, eso es el desarrollo capitalista dependiente.

De esta línea no la desviarían las declaraciones líricas de la izquierda madurista del diálogo, el desarrollo económico socialista, democrático y pacifista, ni inclusive de lo planteado por otras izquierdas, de que las transnacionales son voraces, que no se conforman con llevarse una parte de la presa, sino que son capaces de engullirse a sus propios socios.

Por su parte, el gobierno hizo su porción con el "Arco Minero del Orinoco"; pues esta medida solo favorece a las transnacionales imperialistas y a la oligarquía. Maduro amarró más la dependencia, pues dicho proyecto, asienta más las bases multinacionales. Dado que, la entrega de los recursos naturales a las transnacionales, deja más desprotegida la economía, la independencia y la soberanía venezolana y las sujeta más, a los vaivenes bursátiles que mueven artificialmente la economía imperialista.

Entonces, resulta totalmente absurdo pretender hacer creer al pueblo que tal programa amplía y diversifica la producción, que la economía ya no dependerá solo del petróleo, que se ampliaran los mercados y se facilitará la inversión extranjera para acrecentar los recursos monetarios que tanto se necesitan para levantar la economía del país.

Pero, independiente de estos enfoques izquierdistas «trasnochados», y de que Maduro salga a saludar a los marchistas violentos de la derecha y a invitarlos a dialogar; la cosa es, que el pueblo se halla impotente de responder a la agresión derechista.

¿Por qué?

En primer lugar, ellos (las hienas y el madurismo), son los que verdaderamente le han dado fuerza a las clases dominantes para que acaben con el pueblo revolucionario y su proyecto socialista.

En segundo lugar, desde una falsa prudencia, Maduro siempre se ha enfrentado a los hechos dejando por fuera la revolución. El proletariado urbano y rural ha sido desplazado y desde la llegada del madurismo al poder, se ha venido aniquilando a dirigentes y desarticulando las organizaciones populares revolucionarias.

¿Qué hacer?

La articulación práctica de un movimiento socialista y de liberación nacional que incorpore todas las fuerzas políticas revolucionarias, progresistas y democráticas que vayan orientadas a modificar y actualizar el proceso revolucionario entretenido por los psuvistas. Y que cuenten con un ejército popular y revolucionario capaz de anteponerse al ejército burgués.

Ya el argumento que con todos su candor se esgrimía de que el imperialismo podría intervenir directamente o no, en Venezuela. La intervención ya está determinada en la política norteamericana desde hace más de 100 años, y se realiza escalonadamente en defensa de sus intereses: Panamá, Granada, Nicaragua, El Salvador en los últimos años; Guatemala, Cuba, Chile en años anteriores.

¿Será esta la última oportunidad que tienen los revolucionarios venezolanos para salvar su revolución?



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Memo Fernández


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