"No hay otra educación, como la adversidad"
Benjamin Disrael
El día sábado, en Acarigua, amaneció muy lluvioso; las colas para surtir de combustible los vehículos, cada momento se hacían más largas; la mayoría de los conductores andaban desesperados, preguntando sin conseguir ninguna respuesta; nadie sabía el motivo de la falla; ni siquiera los mismos trabajadores de las estaciones. Algunos choferes lanzaban acusaciones contra el gobierno; otros con varios años encima, conocedores de la grave situación, callaban. A las 7 y 45, se encontraba una estación abarrotada, con varios desesperados, esperando alguna información. Al rato llegó un obrero, con la mala noticia: ¡No viene gasolina! El mensaje irritó a un joven, exclamando: ¡Qué arrecho, este gobierno! Apenas terminó de hablar, se escuchó la voz de un señor, con un tono muy fuerte, parecía contradecir lo escuchado: ¡Arrecho es poco, muy arrecho!
Algunos de los descontentos se acercaron al mozo, apoyándolo con frases contra el Presidente: ¡Este gobierno no sirve! ¡Ahora no hay gasolina! Cada momento la conversación se hacía más fuerte; ninguno callaba a excepción del atrevido señor, "culpable" de la discusión; por momentos dejaba escapar una pequeña sonrisa sin pronunciar una palabra. El joven, muy exaltado con muestras en el rostro de haberse trasnochado, lo encaró: ¿Por qué usted, dijo que el gobierno, es muy arrecho?¡Usted, parece un jodedor! Todos se echaron a reír, esperando la reacción; sorprendió con la repuesta: "Nada de jodedor; usted, lo dijo, y yo, lo apoyo, porque es la verdad"
No faltaron las carcajadas, casi en un coro, parecía un ensayo; eso, fue motivo, para que se acercaran, algunos de los que se encontraban esperando, cualquiera información para irse, o quedarse en medio de una leve llovizna. Esa mañana, casi todas las estaciones de gasolina se encontraban cerradas, haciendo muy difícil, movilizarse de un lado a otro. Las paradas se encontraban abarrotadas de pasajeros, y los transportistas buscando donde equipar.
A los pocos minutos, se empezó a disolver la reunión, quedaron, además del joven, y el señor, tres de los más intransigentes contra el gobierno, y seis, que no perdían la esperanza de ver llegar la gandola cargada; pero nadie se imaginaba, que todo terminaría en un monologo; solamente hablaba el señor, haciendo valer su experiencia, y los años en el duro trajinar de la vida: "Mire jovencito, está empezando a vivir; piense para hablar; le escuche la palabra "arrecho", me di cuenta, que no sabe el significado; use el diccionario, ese vocablo no sirve, para descalificar al gobierno, al contrario lo está aupando. Por eso le repito ¡Claro, que es arrecho!¡Muy arrecho! hay varias razones: desde el mismo momento de tomar el poder, se ha enfrentado a las adversidades, empezando por una oposición ofuscada, empeñada en tumbarlo. Nadie le ha hecho frente a la corrupción, como este gobierno, pero esto, es un cáncer creado y amamantado en los gobiernos de AD y COPEI, contribuyendo a la creciente delincuencia, ahora convertida en un poder, dentro y fuera de las cárceles, y no le veo solución a corto plazo, porque hay muchos militares solapados, beneficiándose de ese problema"
El muchacho, escuchó la "lección" en completo silencio, se despidió, y cuando se estaba montando en el vehículo, se oyó, la voz de una mujer, con un grito histérico: ¡Ese viejo, es chavista! Rápido le respondió: ¡Se equivoca, no milito en ningún partido, pero la verdad no se puede esconder! El jovencito se marchó muy sereno; no sé, si convencido por lo que había escuchado, o por respeto al señor. Al final, el grito de otra mujer, desde un carro viejo se escuchó a todo pulmón: ¡Tiene razón, lo único que quiere la oposición es echar vaina, para tumbar al gobierno!