Los demagogos y los políticos de profesión quieren obrar el milagro de estar bien en todo y con todos,engañando necesariamente a todos en todo. Los revolucionarios han de proclamar sus ideas valientemente, definir sus principios y expresar sus intenciones para que nadie se engañe, ni amigos ni enemigos. FIDEL
La política burguesa es el reino de la mentira, del engaño, del fraude. La política revolucionaria es el reino de la verdad. Esto es así porque el régimen capitalista se fundamenta en una mentira, en un fraude, la tiene en su base, es la apropiación del trabajo social por una pandilla. Para justificar este fraude necesariamente toda la sociedad debe teñirse de mentira, principalmente la política, pilar fundamental de la dominación, pero también el arte, la escuela, la religión, lo militar. Cuando Fidel nos dice "Revolución es no mentir jamás", nos indica la profundidad del concepto de Revolución, ligado vitalmente a la verdad e incompatible con la mentira.
Padecemos en Venezuela una clase política, gobierno y oposición, que miente sin ningún tipo de freno. Las mentiras van sucediéndose multiplicadas, una da origen, necesariamente, a muchas otras. Crean así un mundo falso, de ficción, que nadie cree, que la "realidad real" desmiente.
Los ejemplos en el gobierno son abundantes, quieren estar bien con capitalistas y con explotados, para simular eso necesariamente deben mentir: la "guerra económica", sin enemigos, es la primera. Las declaraciones de los ministros son propias del museo universal de la mentira, con frecuencia declaran que ya la crisis pasó, que el dólar será convertido en polvo cósmico; se comportan como carajitos culpando a otros de sus pequeñas fechorías escolares, o como sindicaleros engañando a sus afiliados, sólo que ahora su farsa, esa manera de comportarse, enrumba a un país hacia el abismo.
La confusión es patológica, tan grande como la facilidad de la mentira siempre fresca, del día, calientica, o la facilidad de endosar a otros las calamidades. El gobierno nunca se equivoca, tiene el "récord guinness" de aciertos; la oposición tampoco, los dos tienen sus pagapeos: el gobierno invoca al imperio, a la mud, a dolartoday; para la oposición es la dictadura, Maduro, el gobierno anterior, Fidel.
El diálogo es un buen ejemplo de la patraña de ambas bandas. A estas horas no se sabe que pasó, que pasará. Hablan y se desdicen en la misma parrafada, se acusan como enemigos a muerte y conversan encaletados. Con ligereza, propia de Pinocho, se acusa de golpe a cualquier adversidad, si llueve la culpa es del bando contrario, si se van los puntos de ventas es inicio de un golpe, entonces hay que estar alerta para la invasión que nunca llega y en el caso de llegar, vendrá shannon al frente de los marines, el mismo que hoy abrazan. El grito "el lobo, el lobo" ya no asusta a nadie. La clase política está desprestigiada, el gobierno se derrite, a pesar de que hinterlaces y José Vicente se esfuercen en demostrar lo contrario.
En esta situación el que diga la verdad, el que grite la verdad, el que diga "basta de tanta falsedad" se gana el corazón de las masas, le da un corrientazo, un alerta que pasará a la historia. El 4 de febrero fue eso, un latigazo, una verdad que barrió el ambiente de tanta cérvix doblada, tanta mediocridad, tanta mentira; rompió el silencio, la complicidad colectiva.