Chávez, quiero contarte cómo me siento sin tu presencia física en nuestras vidas.
Quiero contarte sobre la terrible situación, o mejor dicho, tragedia, que hemos estado viviendo como venezolanos y venezolanas desde que no estas aquí con nosotros para guiarnos, y quiero compartir contigo mis impresiones sobre Maduro, quien desafortunadamente no ha podido controlar las riendas de la Revolución Bolivariana de manera eficaz, eficiente, y clara, así cómo tú siempre lo hacías y esperabas que él lo haría.
Tú eras como un cirujano, un brillante medico capaz no solamente de detectar y diagnosticar las enfermedades, y de tratarlas, y de curar a los pacientes cuando fuera posible hacerlo, pero también tenías ese talento de poder reconocer y extirpar los tumores cancerosos antes de que esos tumores nos destruyeran como sociedad.
Así gobernabas, con esa inteligencia, conciencia, y mano dura.
Maduro, en mi opinión, y en comparación contigo, es como un enfermero, un asistente médico quien a veces es capaz de diagnosticar una enfermedad, pero a menudo no, necesitando normalmente el consejo de otros médicos, especialistas, y cirujanos.
Pero el problema fundamental en este aspecto parece ser que Maduro no sabe cómo escoger sus médicos consejeros, y por eso a menudo los resultados son poco más que mediocres, o devastadores.
Una cosa es cierta, ni Maduro ni sus consejeros saben cómo reconocer y extraer un tumor maligno antes de que se propague y cause más daño a nuestra sociedad, y a veces pareciera que no les interesara eliminarlos tampoco, posiblemente, digo yo, ¿porque les conviene?
Así Maduro gobierna, con esa constante ambigüedad.
Sabes, cuando tú gobernabas Chávez, aunque tenías muchos enemigos, como las mafias bancarias nacionales e internacionales, los gremios empresariales como FEDECAMARAS, las centrales sindicales como la CTV, y la dirección de la iglesia católica de Venezuela, la CEV, ellos por lo menos sabían que podían respetarte --- y te respetaban aunque a veces no lo pareciera --- porque tú siempre decías las cosas como son, no inventabas excusas para esconderte detrás de la realidad.
No torcías las cosas, ni con palabras, ni con prepotencia, ni intencionalmente para tratar de hacerte pasar por alguien importante o más inteligente que los demás.
Tú escuchabas atentamente, fuera la persona tu amigo o enemigo, un ricachón, un pobre, un flaco, o un gordo, escudabas y pensabas profundamente antes de hablar, y después respondías, honestamente, intencionalmente, conscientemente, y directamente, sin darle la vuelta a nada.
Es más, cuando te equivocabas, lo enfrentabas de una vez --- antes de que el asunto se ponga peor, o que se perdiera el control --- y rectificabas lo más pronto posible.
No solo hablabas, pero hacías.
Por eso, casi todos, aun tus peores enemigos, te respetaban.
También te respetaban y te admiraban por tu gran inteligencia, y por el hecho de que sabias cómo utilizarla para el bien de otros de manera no egoísta, por tu bravura, honestidad, honor, e integridad, y por eso las grandes mafias te dejaban trabajar sin destruirte totalmente, y sin destruir nuestra Revolución Bolivariana.
Pero con Maduro, la cosa ha sido muy diferente, han hecho todo lo posible para destruirlo a él y a nuestra Revolución, y siguen haciéndolo.
Es triste decirlo, pero Maduro nunca generó el nivel de respeto necesario para poder liderar efectivamente nuestra Revolución bajo estas mismas condiciones sin ser atacado por todos los lados, todo el tiempo, y aun desde adentro, por enemigos y “amigos” buscando la destrucción total de nuestra Revolución, por siempre.
De todas maneras, Chávez, creo que no hubiera hecho gran diferencia si hubieras escogido a otra persona en vez de Maduro.
Con cualquier otra persona que no fuera Chávez al frente de la Revolución estaríamos hoy igual, o peor, entonces no es tu culpa el hecho de que Maduro no ha sido lo que tal vez tú pensaste que fuera, pero bueno, así es la vida.
Todos nos equivocamos, pero no todos rectificamos.
Sin ti al frente de la Revolución, estamos viviendo una Revolución mediocre, compuesto de lideres que dicen amar la Revolución, pero que también aman el dinero, el lujo, y la gloria, lo cual es básicamente antirrevolucionario y contraproducente en las circunstancias actuales.
Me parece que lo que está pasando hoy aquí en Venezuela es muy parecido a lo que ocurrió con la Revolución que Jesucristo empezó, ya que después de que lo hayan asesinado, esa Revolución socialista humanista de Cristo empezó a perder su esencia y se convirtió eventualmente en una institución manejada por mediocres, amantes del “las cosas buenas” y del lujo que hoy representa el Vaticano.
Sabes, desde que nos dejaste, hemos andado como gallinas sin cabeza, dando vueltas ciegamente, desangrándonos poco a poco, para que al final nuestros enemigos nos coman fritos, pero bien fritos.
”Revolución a la broster”
Desde unos meses después de que te fuiste, hemos estado viviendo una situación socioeconómica y moral de las más terribles que he visto en mi vida, parecida a la situaron que vivió Iraq entre las dos Guerras del Golfo, cuando desde todos lados fueron atacados con saboteos, asesinatos, masacres, mercenarios, granadas, bombas, destrucción de infraestructuras, embargos bancarios, ataques a la economía, etc.
El valiente Pueblo de Iraq pudo resistir esta terrible agresión durante unos 10 a 12 años antes de ser comidos en vivo militarmente por las grandes mafias internacionales, las mismas mafias que hoy nos azotan a diario en Venezuela desde que te fuiste hace un poco más de tres años.
¿Cuántos años más soportaremos esta agresión?
¿Será que tendremos que calarnos otros 7 o 9 años, y será que si resistimos como hizo el bravo Pueblo de Iraq, nos terminarán aplastando con bombas y armas químicas y biológicas, como les hicieron a ellos?
No lo sé, Chávez.
Solamente nos conocimos una vez, brevemente, y no pudimos hablar sobre estas cosas.
Pero …
Sé que tú, siendo un militar, brillante, y entendiendo estas realidades, siempre estabas preparado para cualquier tipo de ataque, no solamente contra ti, o contra nuestra Revolución, sino contra toda Venezuela y su Pueblo, chavistas u opositores, todos y todas, y como tú sabes, la mayoría de los opositores nunca se dieron cuenta de esto.
Pero bueno, tal vez se darán cuenta solamente el día que seamos bombardeados, no lo sé.
Tú sabias también muy bien que para esas mafias mundiales, la política es solamente uno de varios instrumentos utilizados para adquirir mayor acceso al control de las riquezas naturales, la propiedad, los métodos de producción, y los mecanismos financieros.
Tú sabias muy bien que a ellos no les interesaba si tu eras chavista u opositor, o demócrata o republicano, o comunista o capitalista, o anarquista, lo que les interesaba a ellos era de no perder el control de ciertas áreas de actividades importantes para ellos mientras que tú gobernabas, pero parece que Maduro no entiende estas cosas, o como un típico sifrino (momio) prepotente, se cree más inteligente y poderoso que estas inmensas mafias internacionales, las cuales obviamente tienen muchísimo más poder e inteligencia conjunta que Maduro y su gobierno.
Tu eras humilde, entonces conocías tus limitaciones, pero Maduro no es humilde, entonces es muy probable que sea por esa razón que él cree, pero muy erróneamente, que podría en algún momento pelear contra estas mafias exitosamente, o acabar con ellas, sin acabar con Venezuela.
No señor, lógicamente, nunca lo podrá hacer sin destruir a Venezuela simultáneamente, cada vez que lo intentaría, nos atacarían cada vez con aun más fuerza.
En mi estimación, eso es precisamente lo que está ocurriendo actualmente aquí en nuestra Venezuela.
Bueno, Chávez, eso es lo que quería compartir contigo hoy, por ahora.
Otro día te hablaré de otras cosas, o te contaré algunas anécdotas relevantes con respecto a lo que estaría pasando aquí en nuestra Patria en esos momentos.
Gracias por escucharme. Un gran abrazo Revolucionario.