Ignoro quien lleva las estadísticas de los sujetos que, desde que nuestra vida es republicana y democrática, se han estado adueñando de los recursos del país, sin que les dé el más mínimo dolor o un rasguño de pena, o sea pues, una ñinguita.
Se conoce -lo que escribo es algo impreso desde hace años- que al morir Simón Bolívar, como dijo y escribió ese historiador y poeta bolivariano colombiano, Juvenal Herrera, se desató el bacanal de las fieras y que conste, los voraces chacales no han sido una exclusividad del lado de los colombianos, porque habría que registrar la historia de la oligarquía no solo del hermano país, sino de Ecuador, Bolivia, la sin par de Perú, que por tener un virreinato, sus oligarcas se creían más cerca del cielo que los demás y, como es de suponer, no podemos dejar de mencionar a la de Venezuela.
Como se puede pensar, lo que es lógico, tenemos una gran manga –palabra predilecta de Pepe Mujica- de depredadores que han estado en contra de la independencia, en contra de los pobres, en contra de los indios, en contra de los negros y en contra de los pendejos desarrapados.
¡Hoy día sucede igual!
No tengo la menor idea de cuantas riquezas han despojado a la nación venezolana, pero nada más de pensar en lo que decía Evo Morales, de las deudas que Europa tiene con la América del Sur por tanto y gigantesco robo, lo único que queda es añadir que, con petróleo o asfalto criollito las calles de Nueva York existen, como algunos suelen comentar.
¡De hecho, nadie habla del Lago de Guanoco, en el oriente venezolano, de donde habrían sacado mucha materia prima para el asfaltado. Es posible que lo hayan secado!
Hay una historia que escuche, acerca de la muerte de un ministro cuando el gobierno de Gómez, en la que una dama de color que cocinaba al funcionario, conoció de la cantidad de papeles de propiedad de tierras y lo que hizo fue entregarlas a los funcionarios que se encargaron de las exequias y más nunca conoció lo que ocurrió y mucho menos los detalles.
Hay muchos casos similares, parecidos o "bien manejados y encubiertos" donde el despojo siempre ha estado presente, porque el asunto de la inconsciencia es realmente tremendo –y en Venezuela también- y de muy vieja data, y si no quieren creer en ello, vean lo que está pasando en estos momentos con las denuncias sobre las presuntas comisiones de la empresa brasileña Odebrecht, aunque si eso sale desde EE,UU, ya sabemos que el Departamento de Estado de ese país, presuntamente está metido en todo y, además, dicen que goza de poca credibilidad, porque todos ellos, es decir, los oligarcas estadounidenses, están en el negocio de los billetes y a ellos no les importa si hay que hacer una guerra, dos o tres, siempre que les genere un beneficio, es decir, que rellenen sus bolsillos, sus cuentas.
Por ahora, no sabemos en realidad qué caracteriza el corazón de esa delincuencia de cuello blanco, almidonada y perfumada, que hace la guerra y a través de sus micrófonos, tiene la desvergüenza de calificar del lado malo a las víctimas.
Es como decir que los nacionales sirios asesinados, están bien asesinados porque no están del lado de los EE.UU y de la Unión Europea y porque no se han dejado montar la pata en el cuello.
Es bueno que se sepa, que así es como funciona el asunto de los delincuentes farsantes que roban las naciones: Roban, asesinan y exclaman que los asesinados son culpables. Algo parecido a como hace la oposición venezolana, que pide que suelten a sus diablos.
Solo basta ver lo que ocurre con los migrantes, los nativos de los países en guerra huyen para evitar morir por guerras generadas por europeos y estadounidenses en sus naciones y ahora ellos no los quieren en Europa para nada.
Pero mientras siga la sociedad de cómplices, donde todos ellos obtienen beneficios y cargan bien sus bolsillos de dinero, que los pendejos mueran, pasen hambre y frío y en estas circunstancias es que uno se pregunta:
-¿Es que esos carrizos, esas víctimas del despojo y el asesinato, nunca han entendido la palabra unidad? La carencia de unidad es la que determina que vivan como lo hacen y permitan el malandraje y el despojo continuo sobre ellos.
Los latinoamericanos nunca debemos olvidar, jamás en nuestras vidas, que son las propias transnacionales de la guerra (los señores del poder en USA y la OTAN), junto a los malos gobernantes y sus sociedades cómplices, quienes han auspiciado, el gigantesco éxodo de seres humanos hacia las tierras europeas.
La mayoría de las personas se aleja de sus hogares, –entendámoslo así- cuando algo muy malo o muy bueno acontece. Nadie quiere irse y dejar a su familia. Unos se largan por los bajos salarios, otros porque han obtenido mejores condiciones económicas, unos porque alguien ha fallecido y otros porque han visto crecer su familia y requieren un hogar más grande.
Unos por fortuna y otros por infortunio, pero lo cierto de todo, es que debe ser registrada en nuestras mentes esa conducta de los europeos y sus descendientes y no vayan a creer los venezolanos y el resto de sus hermanos latinoamericanos que ellos nos miran con cariño o aprecio.
Nos siguen viendo con las mismas intenciones con las que nos vieron el navegante Colón, sus acompañantes y venideros expedicionarios, ignorando "…que los habitantes de América, posteriormente llamados aborígenes, tenían aproximadamente no menos de 120 y no más de 200 siglos de presencia en estos territorios que los europeos llamarían Nuevo Continente", como escribió el investigador José Manuel Hermoso González.
