El fraude del capitalismo nos ha llevado a la miseria del lenguaje. Ahora las palabras no significan nada: los planes nacen y mueren en días, las siglas abundan tanto como su insignificancia. La pobreza del lenguaje acompaña la indigencia de ideas, sólo hay clichés, frases repetidas, es la muerte del significado. Es necesario rescatar el respeto por el lenguaje, dotarlo de nuevas palabras, definir el contenido de las que usamos. Veamos.
El lenguaje es reflejo del pensamiento, podemos decir junto al clásico: "si sabemos lo que una sociedad habla y cómo lo habla conoceremos su pensamiento, su espíritu, sus valores". Los cambios en la organización de la sociedad, en su carácter, se ven reflejados en el lenguaje.
El capitalismo que hoy padecemos se basa en un inmenso fraude, en la apropiación de la riqueza social por un fragmento de la sociedad, este engaño impregna a toda la sociedad, a todas sus manifestaciones, en el capitalismo se vive en una ficción de la que todos somos actores y víctimas. El lenguaje que emana de esta situación es un lenguaje engañoso, o mejor, es un lenguaje para cubrir el engaño. Cuando el capitalismo está en crisis, cuando se resquebraja su dominación el lenguaje acompaña a la crisis, se hace más equívoco, confuso, vacío.
Hoy sufrimos un extravío del rumbo, la Revolución se trocó en reformismo, en restauración, y ese desgajamiento del Socialismo, esa traición al legado, se refleja en el lenguaje. Ya la palabra Socialismo es un término confuso, usado por los empresarios, por los demagogos con soltura; un carnet de repartición es nombrado socialista; el mismo gobernador que inventó las exposiciones capitalistas, ahora como copresidente, califica de Socialismo a todo, desde la reunión con los empresarios hasta la nueva tarjeta mi negra. Así, la palabra perdió contenido, no significa nada, es inútil.
Pero donde la confusión alcanza cotas elevadas, es con la palabra "Chavismo". El pensamiento del Comandante se ha deformado tanto que sirve para cualquier disparate del gobierno; se estira y encoge a conveniencia. Entregan la Faja del Orinoco y eso es Chavismo, el consejo de economía donde se sienta cisneros y demás empresarios es Chavismo, los motores para impulsar al capitalismo son también Chavismo. Pretenden convertir al Chavismo en una doctrina que impulsa el capitalismo, cuando ellos hablan de Chavismo están hablando de todo lo contrario, cuando hablan de Plan de la Patria lo vacían del significado que le dio Chávez.
Estamos de acuerdo con los que proponen que para no confundirnos con esta patraña, hasta que se consiga rescatar el verdadero sentido de las palabras Chavismo, Socialismo, Plan de la Patria, hasta que consigamos arrancárselas a los restauradores, se use la palabra "Huguismo", para significar el Socialismo Verdadero.
El Socialismo que no estimula al capitalismo, el que no fragmenta a la sociedad con carnets individualistas, sino que prestigia la organización con visión social; el que promueve que la sociedad se importe por la suerte de cada individuo y que cada uno dé a la sociedad de acuerdo a su capacidad, el que se opone a la compra de afecto, al envilecimiento de la dádiva sin retribución a la sociedad; el que no pide silencio sino que discute con los que hablan mal y con los que hablan bien. El Socialismo que nos dejó Chávez como meta, el alejado del pragmatismo, del populismo.
Es importante establecer las diferencias con este desastre, dejar claro que esto no es Chavismo, resguardar la memoria del Comandante, que no se confunda con este capitalismo vergonzante, burdo, que nos conduce al fascismo.
