El gobierno necesita funcionarios inteligentes, de acciones precisas y poca rimbombancia mediática, que den en la médula de la corrupción y el usufructo contra la cosa pública, y los planes sociales del Estado destinados al buen vivir.
Gente que vende neveras, aires acondicionados, lavadoras y cocinas del programa Mi Casa Bien Equipada; apátridas que cobran altas sumas para traspasar fraudulentamente las casas y apartamentos asignados a través de la Misión Vivienda; familiares, amigos y acólitos de gobernadores "rojos rojitos" que desde los tiempos de Mercal y Pdval hasta el momento de los Claps hacen grandes negocios vendiendo los productos alimenticios a comerciantes con local propio (árabes, turcos, libaneses, chinos, connacionales), bachaqueros, bodegueros, buhoneros y todos los eros imaginables; y quienes desvían también productos de aseo personal y limpieza del hogar igual que harina, arroz, pasta, aceite, café y azúcar hacia las minas de Guayana en sendas gandolas que semana a semana transitan por las carreteras de Anzoátegui y Monagas con la anuencia cómplice de militares corruptos, sin que nadie vea en este país este tipo de extracción en las mil alcabalas existentes, se merece la cárcel más cerrada que exista en Venezuela.
Quienes propician y ejecutan la extracción de cemento mediante la corruptela podrida de algunos tenientes, coroneles y generales, sargentos menores y sargentos mayores de la Guardia Nacional "Bolivariana" (por respeto a Bolívar los encomillo, por deshonestos y traidores a la patria) para su lucro, cuando éstos "custodian" los vehículos de carga hasta su destino final, negociando de antemano el cincuenta por ciento o más del cemento para grandes empresas de constructores y millonarios de postín, como los de los Ranchos de Chana en la isla de Margarita, burlándose del pueblo en sus propias narices con la complicidad de los Consejos Comunales y dueños de ferreterías, alcaldes miserables y tracaleros de toda índole; cuando se facilita todo este tipo de pillaje desde los organismos del gobierno, y vemos y conocemos ex ministros (de ambiente, comercio, etc.) rimbombantes de lujo y confort con el platero que se han robado sin ejercer sus profesiones ni trabajar como se debe trabajar, lo mismo que sus jefes de campañas electorales (otrora estudiantes pobres y limpios), así como candidatos a alcaldes "fracasados" pero ricos sin haber hecho nada digno, o como los pichones de diputados, las decenas de viceministros y ex viceministros; algunos dirigentes jóvenes "comprometidos" con el proceso; después de ver una y otra vez todo eso, ciertamente cabe decir, que esta revolución ha sido traicionada desde adentro, en el propio ejercicio de la administración pública y la mala articulación de funciones de altísima responsabilidad que resultan vitales para la misma.
Son loables los esfuerzos de algunos camaradas para salvar el saco y evitarnos más penas. Son meritorios algunos destellos de honorabilidad y pulcritud, así como de humildad y entrega patriótica. Pero sabemos cuántas fincas hay repletas de novillos y novillas en las llanuras de Monagas, de Guárico, de Barinas, de Apure, de Anzoátegui y Guayana, entre otros estados, cuyos dueños son equis o ye, es decir, nuestros gobernantes de postín. El testaferrismo es una especialidad en Venezuela, tan lucrativo como el bachaquerismo. De algún modo los testaferros son bachaqueros del billete gordo. Cantantes llaneros, de quirpa y zumba y zumba que eran tan pobres como su oficio lo permitía, pegando gritos al amanecer para un contrapunteo en rito de nuevo callao o periquera, son hoy prominentes ricachones con camiones Super Duty 4x4, ganado para tirar para arriba y no menos de tres o cuatro Toyotas Hilux 4x4. ¿Creen ellos que no lo sabemos? Los conocimos en alpargatas y ahora que los vemos también los reconocemos, compadre, por mucha ropa tejana que usted estrene o esos jeans marca Levis y los sombreros bolsalinos. Así se le ve la huella al caballo y cualquier corazón es llanero.
El compatriota Freddy Bernal es quien lleva sobre los hombros el programa de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción, y se percibe a grosso modo, un esfuerzo titánico por alcanzar la cifra de los seis millones de usuarios beneficiados, pero me temo que esa medida se queda en tres cuartas partes. El millón y medio restante es invisible. Quizás desde Fuerte Tiuna se despachan las cifras proporcionales oficializadas, pero a mitad de camino los carros llegan vacíos al pueblo, o no llegan. Lo venimos diciendo a bocajarro en las comunidades. Las bolsas miserables y sobre preciadas se han convertido en una estafa. Alguien sustrae lo esencial y nos deja el jabón y el papel higiénico para que nos lavemos el c…uerpo. Otro se come las tajadas. Tomen como campo de diagnóstico los noventa y seis barrios del El Tigre, municipio Simón Rodríguez, estado Anzoátegui y póngale oído a las verdades del pueblo respecto al sistema de reparto y entrega de las bolsas del Clap y pregunten quiénes se han enriquecido con esto. La gente lo sabe. Por sor eso felicitamos a Bernal por meter presos a los vagabundos del Clap. En El Tigre hay unos cuantos, y en todo el interior del país. Pero no le den las casas por cárcel, como es la modalidad, sino un calabozo bien cerrado por traición a la patria.
Si en verdad se implementa el sistema de cajas cerradas e inviolables, contentiva de lo sustancial para la dieta alimenticia, debidamente fiscalizadas hasta su beneficiario final, auditadas y supervisadas por la comunidad, podemos tener algo de fe en el porvenir. Si en realidad se meten presos a los pillos, militares y civiles, alcahuetes y testaferros, parientes de gobernadores y alcaldes, dirigentes del Psuv y oportunistas de la oposición implicados en el usufructo; mandamás y guapetones, incluyendo pranes y jefes de bandas armadas, drogómanos y choros de toda calaña, pensaremos que nuestra sociedad dará un salto al frente ante la adversidad en esta década del siglo veintiuno y la siguiente, ante la triste hambruna que nos estremece, y la indolencia y la injusticia devenida de la corrupción campante.
Los Claps deben darle la oportunidad al pequeño y mediano productor de colocar sus productos agropecuarios para el beneficio directo y económico del consumidor que lo demanda: la ama de casa, la familia venezolana. Quienes han intentado acceder por esta vía han sido rechazados, por cuanto los Claps no pueden comprarle al conuquero, al hombre de campo, al agricultor, sino a los intermediarias encarecedores. Por ello urge un método de recepción de alimentos locales, en los estados y municipios que recicle internamente, de manera directa y efectiva, la micro producción nacional, desde café y papelón, hasta huevos, pollos, carnes, pescados y aliños, entre otros rubros. Por otro lado, se debe terminar de una vez con la exclusión y los complejos de clases en aras de la igualdad de derechos civiles y ciudadanos para la alimentación y la vida. No es justo que en Mérida se excluyan las urbanizaciones Csarrizal, Alto Chama, Pedregoza, El Rodeo, Los Samanes, Humboldt, Santa Juana, Santa Mónica o Santa Elena del programa del Clap, y se excluya al Conjunto Residencial Las Marías en la avenida Las Américas, entre otros sectores, por suponer que son zonas de clase media. Igual criterio aplica en Lecherías, estado Anzoátegui. Sin embargo, en Los Robles y Jorge Coll, en el estado Nueva Esparta sí se reciben las bolsas Clap, a pesar de que mayoritariamente sus pobladores son adversos al gobierno. De hecho, el Mercal de Pampatar es el mejor centro de distribución de productos regulados de la entidad insular, y sus beneficiarios son en su mayoría del bando contrario al Psuv.
El camarada que ayude a levantar al muerto con su honestidad y trabajo, con su esfuerzo y decencia, con su entrega vergataria y no parasitaria, le daremos la mano de hermanos, y le ayudaremos en cuanto sea posible. Para ello hay que aceptar también críticas Presidente Maduro, más allá de ese dedo acusador con el que usted increpa en cadena nacional "a los criticones", etiquetándolos de pitiyanquis y traidores. Si usted leyó alguna vez las famosas columnas de Arturo Uslar Pietri (Pizarrón) y Ramón Escobar Salom (Ventana de papel), en las cuales se analizaba la dramática realidad social y económica de Venezuela desde 1983 hasta 1997, es decir, la etapa previa al Caracazo, al 4F y la victoria electoral de nuestro Comandante Eterno Hugo Chávez Frías, recordará que aquellas verdades fueron reveladoras en su momento para que nuestro pueblo despertara del letargo y tuviera voluntad para un cambio político determinante.
En estos momentos la crítica y la reflexión no se orienta hacia el pueblo sino hacia el gobierno, y no es combatiéndola ni negándola que se puede contribuir a corregir los errores. No le estamos haciendo campaña a la oposición porque somos chavistas. Les decimos las verdades al gobierno porque no somos gobierneros, no estamos tarifados ni comisionados por nadie, ni odiamos a nadie dentro del Estado. Somos venezolanos sensibles, con independencia de criterios y facultades mentales para analizar la realidad, y desnudarla a través del mensaje escrito. Que algunos columnistas no planteen las cosas de manera constructiva, es cuestión suya, de sus reconcomios y extremismos políticos, pero es hora de escuchar a quien haya que escuchar y de rectificar donde haya que rectificar. De ahí, que noticias recientes como la detención de una teniente y dos guardias nacionales en el municipio Heres del estado Bolívar por prestarse a delitos mineros, los ciento veinte detenidos por corresponder a mafias ligadas a los pasaportes, la detención de la alcaldesa del municipio José Gregorio Monagas del estado Anzoátegui junto a tres gerentes de Pdvsa por presunción de irregularidades administrativas en plena Faja Petrolífera del Orinoco, y algunos otros casos aislados, puede ayudar a tenerle fe a una administración pública severamente cuestionada por la práctica corruptiva del poder. El pueblo demanda cárcel para el corrupto, para el ladrón, el estafador, el usurero, el testaferro, el estafador, el capo, el choro, el cómplice y el pillo, sea quien sea. ¿Cuesta mucho entender eso?