"La primera de todas las fuerzas que dirigen al mundo es la mentira"
J.F.Revel
persona a partir de una acusación. El objetivo es que dicha difamación afecte la dignidad o el honor del sujeto, desacreditándolo. Puede difamarse a un individuo a partir de la comunicación de un hecho real, pero también con mentiras y falsedades.
II. Contumelia y Detracción
Las ofensas contra la verdad no se limitan al ámbito de la vida pública. Se falta a la verdad también cuando se atenta contra la dignidad de las personas empañando o atacando su derecho a la fama.
Este respeto, al que en principio todo ser humano tiene derecho, prohíbe toda actitud y toda palabra susceptibles de causarle un daño injusto. "A nadie le es licito lesionar ilegítimamente la buena fama de que alguien goza ni violar el derecho de cada persona a proteger su propia intimidad". El que así atenta contra la fama del prójimo se hace culpable de juicio temerario, maledicencia y calumnia.
El juicio temerario se da cuando una persona, incluso tácticamente, admite como verdadero, sin tener fundamento suficiente, un defecto moral en el prójimo. El que formula un juicio temerario se atribuye una especial clarividencia respecto a las intenciones de la otra persona, proyecta sobre ella sus propias intenciones y actitudes, y en cierto modo se constituye en juez escatológico.
La moral ha distinguido siempre dos formas en la lesión de la fama del otro. La contumelia es una lesión de palabra realizada de forma pública, con lo que se muestra que se estima en poco la dignidad del otro y por eso mismo se le deshonra. La detracción es la denigración de la fama ajena por palabras ocultas. El que así actúa "parece que, más que menospreciar al otro, le teme, y eso no infiere directamente detrimento a su honor, sino a su reputación, en cuanto que el hombre que profiere ocultamente tales palabras hace de su parte lo posible para que los oyentes formen mala opinión de aquel a quien denigra". Santo Tomas establece todavía otra distinción al afirmar que el contumelioso lesiona el honor, y el detractor, la fama del ofendido.
El mismo Doctor Angélico afirma que "uno es detractor no porque atente a la verdad, sino porque disminuye la fama del prójimo, lo cual se verifica unas veces directa y otras indirectamente.:Directamente, de cuatro modos: 1) cuando imputa una cosa falsa a otro; 2) cuando con sus palabras exagera los pecados de este; 3) cuando revela lo secreto ; 4) cuando dice que una acción buena ha sido hecha con mala intención.
E indirectamente, ya negando el bien que otro hace, ya lanzando reticencias con malicia".