Los partidos políticos son grandes organizaciones de masas, o de cuadros, que como instrumentos, conducen a una clase en el poder para el sostenimiento de una historia, o son la vanguardia de una clase sometida por la explotación, para edificar otra historia más desarrollada.
Los fundamentos de la legalidad de una formación económico-social, están en la carta magna de todos los Estados nacionales, que llevan el apellido de la clase dominante: En el caso venezolano, el estado es burgués, porque la clase que está en el poder, es la burguesía.
En cada Estado burgués, se establece un partido único de masas, y de viejo tipo, que supuestamente pertenece a las mayorías, o al pueblo de toda la república; ese partido no reconoce la lucha de clases, y promueve una variedad de partidos, que cada uno de ellos representan, una identidad, que conforma que integra la misma cara de ese mismo partido único, que en realidad pertenece a la burguesía, en su lucha por el sostenimiento del modo de producción capitalista, y por ende, su prehistoria privada burguesa.
Tomemos como ejemplo al Estado burgués estadounidense, en su pragmatismo histórico capitalista, y su fase superior imperialista: allí hay un partido único de viejo tipo donde milita el electorado norteamericano, sin tener propiedad sobre ese partido, y que tiene dos caras, la cara republicana de la clase burguesa trasnacional y la cara demócrata de esa misma clase en el poder.
La dictadura de la burguesía, establecida en todos los Estados burgueses, con fundamento en su constitución estadounidense, la menos enmendada del mundo, no permite la legalidad de ningún otro tipo partido; y hasta el momento, no ha considerado la posibilidad de promover y admitir otras caras de su viejo tipo de partido único. Lo cual quiere decir, que las identidades de género, de plurinacionalidad, o de cualquier otro delirio antropológico, como sucede en otros Estados burgueses del mundo, no están representadas, en su particular condición.
El Estado burgués venezolano, con fundamento en la CRBV, con sus avances democráticos, respecto a la de 1961, también tiene un único partido de viejo tipo, como instrumento de conducción política para conservar la dictadura de clase de la burguesía sobre el proletariado venezolano; ese partido tiene varias caras: Acción Democrática, y su descendencia, pertenece a una fracción de la burguesía social demócrata; Copey, y sus retoños fascistas, es propiedad de otra peña de la burguesía social cristiana; el Mas, y sus derivados, tiene el hierro de un sector de la burguesía izquierdosa, y erótica, devenida de los pasmos antropológicos del Hombre Unidimensional de Marcuse; el PSUV pertenece a un nuevo cuño de la burguesía rojita surgida en los 18 años del gobierno bolivariano. Lo anterior explica porque la Revolución bolivariana no ha desmontado el Estado burgués, ni lo va desmontar; mientras la burguesía, sea dueña, como es, de su único partido de viejo tipo, con su faz calidoscópica, y con su extraño patriotismo de reprivatización de los servicios de PDVSA, y de la entrega del Arco Minero
El Partido Comunista de Venezuela, es un partido de cuadros, de nuevo tipo, esto quiere decir que es un instrumento de conducción política que le pertenece por entero a la clase obrera venezolana, es su vanguardia, en la lucha indeclinable por derrotar al capitalismo, y su vieja historia privada, llena de corrupción de hambre y miseria, para edificar la transición socialista, y avanzar hacia la sociedad comunista, es decir una nueva historia, de carácter social que garantiza la felicidad, la plena igualdad y la verdadera justicia de un mundo ya no exista la división de clase.
La lógica burguesa todavía presente en la CRBV, con su legalidad privada, tiene los mecanismos para ilegalizar al PCV, pero no tiene los fundamentos para cancelarlo, o sacarlo del proceso de independencia para la liberación nacional y la transición socialista, como instrumento histórico de conducción política de la clase obrera venezolana en su lucha indeclinable para sacudirse el yugo de la esclavitud capitalista, que hoy se ha intensificado en Venezuela.
Las formas de lucha de un partido de nuevo tipo surgen de acuerdo a las circunstancias históricas, en la conducción de la clase obrera a la toma del poder político. La lucha electoral es la más incómoda y difícil, dado los poderosos mecanismos con que cuenta la maquinaria ideológica estatal burguesa, y el imperialismo para desclasar al proletariado, que no puede escapar con facilidad a la determinación científica del ser social sobre la conciencia. Sin identidad de clase, y sin desarrollo de la conciencia de clase, gran parte del proletariado se inscribe enseguecidamente en el cualquiera de las caras del partido único de la burguesía, de viejo tipo, porque no guarda ninguna relación de propiedad con ellos más allá de la explotación, de la esclavitud asalariada.
Los partidos comunistas del mundo, marxistas leninistas, son una necesidad histórica, mientras exista el capitalismo, y será siempre la vanguardia para conducir al proletariado mundial a la toma del poder económico y político, para la edificación del socialismo científico.
Larga vida al Partido Comunista de Venezuela, en sus 86 años de lucha ininterrumpida por la liberación nacional, y la transición hacia el socialismo.
Honor y gloria a los mártires de nuestro partido; ellos murieron peleando en contra del capitalismo, y son héroes de la nueva historia socialista, y comunista que habrá de construir el proletariado venezolano, hoy empobrecido por la liberación de precios, la regulación, y la bonificación del salario.
Hasta la Victoria Siempre