Es vital recomponer al chavismo

Ya es redundante hablar del arrinconamiento del Chavismo, de su cambio por este desastre mezcla de socialdemocracia, populismo y mafia sindicalera. Ya una gran mayoría, en privado o a cielo abierto, acepta la mala situación de hoy en todos los ámbitos de la vida social.

Ahora se evidencia el desatino de la acusación, de la sospecha de agentes sobre aquellos que criticaban el rumbo de maridaje con los capitalistas, el abandono del Socialismo, la alerta que esa política no era una buena opción, al contrario, que era camino al desastre. Nada tenía que ver la cia en las alertas, al contrario, no haberlas oído, la soberbia, nos trajo hasta esta orilla del acantilado.

El diagnostico está completo, ahora el esfuerzo debe ser recomponer al Chavismo, no dejar que desaparezca, ese es el compromiso con el país, con el planeta, con el Comandante Chávez, no podemos dejar que su obra, su sueño, pase a la historia como si esta catástrofe tuviera algo que ver con él. Es vital que la idea del Socialismo siga viva como única esperanza de la humanidad frente al suicidio propuesto por el capitalismo.

¿Cómo hacer?

La respuesta debemos buscarla en el mismo Chávez, ¿qué haría el Comandante?, ¿qué hizo en situaciones semejantes? Veamos.

El 4 de febrero Chávez nos dio una lección: asumir la realidad por más negativa que sea, nunca disfrazarla, no evadirla, reconocer, y ese reconocimiento transformarlo en fuerza para reiniciar la lucha.

El Chavismo debe reconocer las dificultades de hoy, debe reconocer que el gobierno no cumplió los objetivos para los cuáles fue elegido. Un nuevo Por ahora se impone para el inicio de la recomposición del Chavismo.

Chávez tenia un afán por el estudio, entendía que en la teoría estaba la clave de la práctica. Sus esfuerzos por la moral y las luces no fueron entendidos por la vanguardia que lo rodeaba, ésta no estudió, se dejó seducir por el espontaneismo marginal: para qué estudiar si ya habían llegado a la cumbre, todo lo sabían, como por arte de magia habían heredado la sapiencia de los siglos.

La recomposición pasa por estudiar, leer la realidad y leer la historia, avizorar el futuro desde la atalaya del conocimiento, que estudiar no sea una vergüenza, que no descalifique. Decía el Libertador, en medio de sus difíciles circunstancias, "un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción". Algo de eso le está sucediendo al pueblo humilde y su vanguardia.

El Comandante, como buen militar, entendió la importancia de la organización, conocía, lo dijo, que la organización debía corresponder con la tarea, el momento histórico. De esta manera supo construir el MBR200, y abrir paso al MVR y al PSUV, en estas siglas está resumido su pensamiento, unidad alrededor del Socialismo.

Es necesario rescatar la esencia del Partido como instrumento para el Socialismo, no para otra cosa, como vitrina que muestra el futuro. Las relaciones entre sus militantes deben ser fraternas, sus conductas ejemplo, en los sacrificios los primeros, en la repartición de los beneficios los últimos.

El Comandante Chávez fue el líder, él mismo lo dijo, porque se hizo pueblo. Los humildes lo reconocen como su líder por su honestidad, su transparencia, su entrega, su acertada dirección.

Toda Revolución necesita un líder, un puente entre la teoría, la práctica revolucionaria y los desposeídos, una conexión de la vanguardia con el inconsciente colectivo.

Ese líder será consagrado por los humildes que le darán su confianza a partir de sus acciones. No hay líder sin acciones y no hay acciones sin riesgo.



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Toby Valderrama y Antonio Aponte

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