La educación de la calle tiene una amplia validez

El proyecto de Educación de la Calle no es una propuesta que salga de la educación formal, aunque está íntimamente relacionada con ella y con el educar en el hogar, con ese proceso de vieja data que las familias van heredando a sus descendientes, como es, la incesante promoción de valores que caracterizan a las familias y fortalecen las sociedades.

La Educación de la Calle tiene como propósito fundamental educar al ciudadano de la calle en torno a su accionar en ese ámbito geográfico tan complejo y que incluye muchos elementos que hacen posible, que determinan, un buen o deteriorado ambiente y un buen o descuidado ciudadano.

Lo que ocurre en la calle es un asunto que compete a toda la ciudadanía por igual, aunque con un énfasis muy en particular en quienes compete la ejecución de los servicios de la ciudad, tales como agua, electricidad, gas, teléfono, aseo urbano y domiciliario, residuos en general; cuido integral ambiental: espacio aéreo respirable, fauna y flora; desplazamiento en las ciudades; vías de comunicación, su estado; transporte, su organización, las paradas, horarios, demarcación, desenvolvimiento del tránsito; la coordinación policial de su actuación en todos los casos y particularmente en la vigilancia de las escuelas y la conducta humana, en primer término aunque reiterada al final de este párrafo.

El desarrollo de la Educación de la Calle da inicio con la participación de quienes son responsables directamente de los servicios que operan en las ciudades, con énfasis en quienes dirigen los departamentos o direcciones de Atención Ciudadana, por ser representantes de las instituciones que, hay que decirlo, participan en las soluciones de los problemas de los servicios, pero en ocasiones se hacen parte del deterioro ambiental, que ocurre cuando una empresa rompe la calle y la acera para iniciar o reparar un servicio, lo cual hace, pero no restaura el piso o mal coloca una plancha de metal, que luego cederá y quedará maltratada (más adelante lo vemos).

Junto a quienes actúan en Atención Ciudadana, también estarán participando las direcciones de Información y Relaciones Públicas, quienes tendrán la obligación -en cada uno de los servicios- en preparar y conducir informaciones, charlas, campañas publicitarias, etc., dirigidas a la ciudadanía, en la que destaquen no solo la importancia del servicio que se presta, sino en la permanente observación sobre el funcionamiento diario del mismo y su mantenimiento.

En la realización de las informaciones, charlas y campañas, las citadas dependencias deberán asesorarse con la visión orientadora y educativa que le debe prestar el Ministerio del Poder Popular para la Educación. Por supuesto, el financiamiento deberá ser compartido entre las propias instituciones y el apoyo adicional que les preste el Ejecutivo a través de las inversiones en las que anuncia aportes destinados hacia la infraestructura del país.

No están ocultos los hechos a los que hay que enfrentar, pues la ciudadanía los conoce: todos los servicios que están dirigidos hacia los hogares, instituciones (muy puntual las escuelas) y que impactan la calidad de vida en toda la ciudad.

Es de destacar que el valor del planteamiento reside en dos factores fundamentales: La acción restauradora que deben desarrollar las instituciones a quienes competen los diversos servicios y la acción educadora que las mismas deben adelantar ante la ciudadanía con el propósito definido de que entiendan que los ciudadanos que integran nuestra sociedad, forman parte de las ciudades, participan activamente y de modo crítico de sus realidades, sus componentes y asumen los conceptos que la educación les entrega y con los que apoyarán su mantenimiento y cuido.



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Pedro Estacio


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