Todavía no ha corrido la sangre, pero con temple de alzados, algunos
diputados de la oposición "democrática" que sueñan y despiertan
roncando en la AN, salieron a la calle a brazo partido a protestar y
dar la cara de la afrenta frente al TSJ por tan opaca reacción de sus
magistrados de dictar una sentencia que los mata en el éste asume sin cobardía ninguna que "las competencias" del parlamento,
mientras continúe en "desacato" serán de su dominio y proceder.
El mundo sembrado de sentimientos igualitarios consternado de rabia y
con razón humanitaria por acabarse la democracia en Venezuela que más
bien era una "dictadura" (lo repetían hasta el cansancio - ¡oh
contradicción!-), es la alarma que suena a consentimiento de la
oposición que quiere tener todo el poder del Estado en un país que se
va a pique con una institución sin poder como poder Legislativo que,
viene sumida en un compromiso de confrontación diario con el Ejecutivo
Nacional que desde hace rato se llevó por delante a su proceder las
normas y reglas legales de convivencia de la soberanía del país en que
deberían debatirse como políticos responsables dentro de la
Constitución todas las situaciones políticas que hagan posible mejorar
el estatus de vida del venezolano -que es lo ideal- y, no llevarnos a
un callejón sin salida en que yo soy más poder que tú y, como tal te
pongo de rodillas, para que asumas las consecuencias inmediatas que
los alejaron del pueblo a sabienda que la consigna era cambio
inmediato en tres meses que, Ramos Allup como su presidente estuvo
acariciando en su manera de pensar de salir de Maduro a cómo fuera y
falló y, de allí ese devenir de desacato que los embrolla.
La acción callejera en que un grupo de diputados opositores salieron a
demostrar su fuerza física de violencia como refuerzo a la medida de:
"Se advierte que mientras persista la situación de desacato y de
invalidez de las actuaciones de la Asamblea Nacional, esta Sala
Constitucional garantizará que las competencias parlamentarias sean
ejercidas directamente por esta Sala o por el órgano que ella
disponga, para velar por el Estado de Derecho." Sentencia que una vez
conocida, hizo posible que Julio Borges que sabe de golpes de estado
como sombra de Carmona Estanga cuando el pidió por tv la renuncia de
todos los funcionarios públicos de las instituciones del Estado sin
vacilación de ninguna clase y sin respetar la Constitución, no le
quedó otra alternativa a su experiencia de asegurar que, "Nicolás
Maduro estaba dando un golpe de Estado" e inmediatamente salió
pidiendo ayuda internacional consternado como diputado democrático a
la IV-R: "En Venezuela no hay democracia, necesitamos la solidaridad
de todos los países de la Organización de estados Americanos para
lograr materializar en el país las elecciones de gobernadores,
alcaldes y también unas elecciones generales para que el país salga
del caos y la dictadura".
Que forma tan cínica y despreciable de jugar con la paciencia de un
pueblo que quiere vivir en paz y, este fulano, picado de culebra
guarimbera, anda detrás de la injerencia de otros países.
Y, el entrecortado Julio Borges fue tan afortunado que en lo menos que
canta un gallo, salió Almagro afrontado como un escéptico populista
untado de miseria política y como ya determinado, a calificar de
"auto-golpe de Estado" sentencia del TSJ sobre la AN y convoca al
Consejo Permanente de la OEA y, antes desde el Perú su presidente PPK
decidió retirar "de manera definitiva" a su embajador en Venezuela y,
en la misma corriente de conjura, la presidenta de Chile, alarmada por
crisis en Venezuela llama a consultas a embajador y, sin desaprovechar
la ocasión, puntuales y exquisitos, los senadores Marco Rubio y Bob
Meléndez, se pronunciaron sobre sentencia del TSJ.
Lo cierto es que esa alharaca aplopéjica de la AN no se entiende pues,
desde hace tiempo de meses, el TSJ ha venido desplegando y ejerciendo
muchas funciones correspondientes de la AN y, cuando el TSJ lo hacen
firme por Gaceta Oficial es que estos diputados de la oposición se dan
cuenta que el presidente Maduro y su gobierno han actuado legalmente
con la venia del TSJ, mientras ellos seguían enfrentados a sus
decisiones hasta caer en desacato.
