En verdad, no me gusta utilizar frases soeces y mucho menos expresiones escatológicas, pero hay momentos o situaciones que me obligan a desfogar mi furia contenida y escribir: ¡"me cago en la comunidad internacional"!
La palabra comunidad tiene la misma raíz de comuna y ambas derivan del término "común", es decir, tanto una como la otra se refieren a grupos humanos que tienen algo en común. Recelo de aquellos organismos que se arrogan el derecho de representar a todas las personas del planeta, dudo que tengan algo en común con muchos de nosotros. Por ejemplo, no creo que los miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, donde están personificados los antiguos imperios, posean algo en común con los habitantes de la República Democrática del Congo, o con los pobres de Eritrea, o con los miserables de Zimbabue…entre los países más necesitados del mundo. ¡Me cago en la comunidad internacional!
Debo resaltar que la comunidad internacional, representada por las ONU, o por otros organismos burocráticos del mismo corte, es decir inútiles, siempre está dispuesta a tomar acciones de tipo bélico para intentar resolver problemas. Es por eso que los cascos azules se hacen presentes en territorios en conflicto, no para propiciar la paz, sino para azuzar la guerra o en el peor de los casos, para involucrarse en la comisión de delitos impropios de estas entidades. ¡Me cago en la comandad internacional!
Me sorprende la diligencia de la comunidad internacional ante el intento de Irán de desarrollar la energía nuclear para programas pacíficos o la actitud hostil hacia Corea del Norte, que en su afán de protegerse de sus agresores está desarrollando armas nucleares. En verdad no soy partidario de la violencia y mucho menos del uso de este tipo de artefactos de destrucción masiva, pero no veo la comunidad internacional preocupada por la desnuclearización, es decir, la eliminación de más de 17.000 ojivas nucleares, en posesión de los países del primer mundo, apuntando hacia diversas partes del planeta. Las naciones con arsenales de miles de cabezas nucleares, como EEUU, Rusia, Reino Unido, Francia, China, India, Pakistán e Israel son las que les prohíben a las demás el desarrollo de la tecnología nuclear. Algo extraño, algunos de estos países (EEUU, China, Francia e Inglaterra) son miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, con poder de veto. ¡Me cago en la comandad internacional!
Pareciera que la comunidad internacional carece de la voluntad para resolver problemas de tipo social, eso sí, siempre está presta en aplicar sanciones, boicot económicos, a aquellos países que no siguen los dictados de las grandes corporaciones globalizadas o los que estén en contra de los intereses de EEUU. Recién vemos como la ONU dictamina sanciones contra Rusia e Irán, como si el único fundamento de la comunidad internacional es ordenar bloqueos económicos para afectar la calidad de vida de los residentes de esas naciones. Mientras tanto los niños de Burundi, Níger, Afganistán, Tayikistán, Sierra Leona, Mozambique, Swazilandia…se mueren de hambre. Para la comunidad internacional esos pueblos no existen. Tampoco la ONU advierte el despojo de tierras palestinas por parte del gobierno sionista de Israel. ¡Me cago en la comunidad internacional!
EEUU posee una red, su brazo armado internacional, de más de 800 bases militares en el mundo (la verdadera globalización) que le genera a los contribuyentes un gasto de más 100 mil millones dólares al año. Y pensar que la ONU entre sus funciones, desde su creación, es mantener la paz y la seguridad internacional. Para llevar a cabalidad esta función creó la Oficina de Asuntos de Desarme. Según aprecio los miembros de Consejo de Seguridad, el máximo responsable de la paz y la seguridad internacional, nunca ha visto un tanque de guerra arremetiendo contra la población civil, tampoco un misil norteamericano explotando en una ciudad de Irak, ni en Libia, ni en Siria... ¡Me cago en la comunidad internacional!
Cuanto papel y tinta se gastan en los periódicos para reseñar la gama de actividades que realiza la ONU ante la amenaza del Estado Islámico, o Isis, o DAESH, para combatir al lado de otros países este desafío, el cual pone en peligro la paz y la seguridad internacional. Cuantos videos y cuantas horas de televisión se utilizan para reseñar los discursos de algunos hipócritas para expresar la necesidad de enfrentar las redes terroristas, hoy presentes en el ámbito internacional. Tengo la impresión que los miembros de la comunidad internacional padecen de ceguera diurna y nocturna, no ven el tipo de armas utilizadas por los terroristas para atacar a Siria, Irak, Afganistán, Libia, Yemen, entre tantos países. Sus armamentos, por ejemplo, son tanques de última generación, misiles, lanza granadas, cañones, carros artillados, modernos fusiles, armas químicas… Así mismo, en los combates se observan terroristas bien entrenados, dotados de lanza misiles y ametralladoras modernas. Ciertamente, nada de estos artilugios de la muerte son de fabricación casera, son "made in USA". Todo el mundo sabe que fueron adquiridos con financiamiento de EEUU y por el Reino Unido, así mismo, el entrenamiento de estos fanáticos estuvo a cargo del Departamento de Estado. ¡Me cago en la comunidad internacional!
Me podría seguir cagando en la comunidad internacional pero dejé un aparte para otra organización de este tenor. Se trata del ministerio de las colonias que opera en Centro y Suramérica, es decir la OEA, cuyo secretario general es el reptil, por lo arrastrado, y vasallo del imperio, el repulsivo Almugre. Las últimas actuaciones de este nefasto personaje ponen en evidencia sus intenciones, como es la de remover al presidente obrero y chavista MM, así mismo, la de borrar de la faz cualquier vestigio de la obra de mi comandante Chávez.
Entre los objetivos de la OEA se incluye el velar por la paz y la convivencia entre los países que la constituyen. Ante las actuaciones obsequiosas del nefasto secretario general se puso en evidencia que tal propósito no es su prioridad. Aparte de esta función, la OEA tomó para si el problema del narcotráfico. Para eso inventa la "hoja de ruta" sobre seguridad y narcotráfico además, crea un Observatorio Interamericano de Drogas para erradicar el tráfico y como consecuencia, el consumo de drogas. Da la impresión que el obediente Almugre desconoce que el país suramericano que produce la mayor cantidad de cocaína es Colombia donde EEUU posee siete bases militares, cuya función, parece ser, es la de proteger la "hoja de ruta" de la droga. Así mismo la obcecación de Almugre es tal, que el cegato no atisba que EEUU es el país donde hay más consumidores de drogas que se puedan beber, esnifar o fumar. Un buen negocio de miles de millones de dólares entre quien la financia, quien la produce y quien la vende. ¡Me cago en la comunidad internacional!
Cuánta falsedad e hipocresía caracteriza a las comunidades internacionales. Una de las preocupaciones de la OEA es la velar por los derechos humanos de los habitantes de los países que la integran y para esto creó la franquicia del Departamento de Estado, la llamada Comisión Interamericana de los Derechos Humanos. Es lamentable la ceguera del reptil Almugre, tan grave es la situación del país azteca, que el rastrero no recuerda a los 43 estudiantes desaparecidos, ni tampoco los femicidios, muchos menos las penalidades soportadas por la población indígena, ni la muerte de los periodistas en manos de la policía. Su patrón, el rubicundo Donald le impidió al infeliz secretario general que hablara de los asesinatos de los afroamericanos en manos de los policías de USA, ni mucho menos hiciera referencia de la persecución que padecen los centro y los suramericanos para repatriarlos; que tampoco aludiera en sus discursos sobre la discriminación de los hijos de Alá. También le prohibió que disertara sobre maltrato de los indios mapuches por parte del gobierno de la presidente Bachelet cuya constitución es la misma proclamada por Pinochet. Así mismo le ordenó que silenciara los falsos positivos de Colombia y la muerte de dirigentes sociales tanto en Colombia y como en Honduras. En fin, que la carta democrática solo debía aplicársele a Venezuela por la violación de los derechos humanos. Además, Almugre sentenció que la democracia participativa y protagónica constituye un peligro, un mal ejemplo para la comunidad internacional. Donald de sugirió al indigno Almugre que no se preocupara por los asesinatos de periodistas en México y en Colombia que eso lo arreglaba él con los presidentes vasallos y por esa tontería no les iban aplicar ninguna carta democrática. La aplicación de esa sanción solo es posible a Venezuela junto a los bombardeos humanitarios, así la patria de Bolívar aprenderá y reconocerá quién es el amo. Reflexiono: Donald y Almugre se quedarán con las ganas. Por eso reitero con coraje: ¡me cago en la comunidad internacional!
El repelente Almugre, junto a unos maleantes de la oposición venezolana que van a Washington a denunciar al gobierno de Venezuela de dictadura, esgrimen falsos argumentos para la aplicación de la carta democrática y la posible intervención militar. El adulante secretario general de la OEA no recuerda que los gobiernos de Honduras, Paraguay y el de Brasil, los cuales son gobiernos de facto producto de golpes de estados. Caso extraño, los opositores venezolanos salen de Venezuela por el aeropuerto internacional y regresan por la misma vía sin la amenaza de ir a parar a las "oprobiosas ergástulas" de la dictadura. ¡Me cago en la comunidad internacional! Lee que algo queda.