Las dos marchas: dos caras del capitalismo y magnicidio del socialismo

Más allá de la discusión de la magnitud de ambas marchas, de la competencia medio deportiva, de quién ganó, como si se tratara de un partido entre el Barcelona y el Real Madrid, de la desinformación del twitter, es necesario intentar hurgar el sentido político que la jornada significa en el movimiento político general. Veamos.

Hemos dicho que en Venezuela hay un proceso de restauración del capitalismo, dos fracciones capitalistas -gobierno y oposición- pugnan por la dirección de este proceso. Dos son las posibilidades de resolver la pugna: una, el diálogo, impulsado por las oligarquías internacionales, el vaticano; la otra, un golpe de Estado. El diálogo es una vía más cómoda de restablecer definitivamente la democracia burguesa; el golpe haría lo mismo pero con un interregno.

Esta lucha intercapitalista y el arrinconamiento del Socialismo son las características principales del momento político, este es el marco de todas las luchas, desde las decisiones del tribunal supremo, los frenos del cne, hasta las marchas del 19 de abril.

En esta lucha se produce un fenómeno peculiar, las fuerzas en pugna se presentan en el escenario mimetizadas, disfrazadas. La oposición viene con la máscara de antichavista, suma así años de odio, de anticomunismo, moviliza a la clase media y también medra en los sectores desposeídos que sufren la difícil situación económica; tras esa máscara acecha el capitalismo más descarnado. El gobierno se presenta con su máscara chavista, aprovechándose de la religiosidad chavista, así pasa de contrabando la dejación del Socialismo y el brutal avance del capitalismo teñido de populismo, de mercenarismo.

Ya estamos en condiciones de analizar las dos marchas: en las dos, la falta de ideología es el rasgo principal, las dos máscaras disimulan sus intenciones, la oposición batalla contra el espejismo de una dictadura, el gobierno marcha impulsado por el viento chavista que ha traicionado. Las dos ocultan su condición capitalista. Pero, ¿cuál es el resultado?

La oposición ocupa posiciones que le permite una mayor influencia en la restauración, más fuerza, cualquiera sea la solución a la pugna. El gobierno, consigue presencia movilizando al sentimiento chavista que engañado no percibe el giro hacia el capitalismo, la traición al Comandante; se queda en la consigna vacía, el juego verbal. Sus líderes se pierden en la pelea con los líderes de la oposición, el chisme farandulero ocupa el lugar de los argumentos rigurosos. En conclusión, la jornada de las dos marchas fue un éxito para el capitalismo que corrió por las calles de Caracas del Este al Oeste sin ningún obstáculo. Contentos estarán los capitalistas de la Faja, del Arco Minero, de los quince motores, los capitalistas del gabinete, ninguna pancarta los denunció. Fue un día de júbilo para el capitalismo.

El engaño no es nuevo, se presenta siempre en una Revolución, su ariete son los reformistas. El Comandante nos alertó de este peligro, son los mantuanos que entregaron la Primera República, son los mencheviques que atacaron a Lenin, los anexionistas que atacaron a Martí, los socialdemócratas que asesinaron a Fabricio y entregaron las luchas del 23 de Enero.

Hoy la tarea principal de los dirigentes chavistas, de los dirigentes honestos del PSUV, es salvar el pensamiento de Chávez, rescatarlo de los falsificadores, develar el engaño: esto no es chavismo, no es Socialismo. La masa humilde merece que se le diga la verdad, no se puede engañar y llevarla a apoyar a sus propios verdugos. Deben guiarla hacia la concreción del sueño de Chávez.

 



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Toby Valderrama y Antonio Aponte

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