"El saber y la razón hablan,
la ignorancia y el error gritan."
Arturo Graf
Nadie se imaginaba, que después de semana santa, la oposición, nos iba a recordar el sábado de gloria. Siguen con los caprichos a cuesta; no se cansa de los disparates, nada nuevo en ellos, con sus acciones han tratado de impedir el normal desenvolvimiento de algunas celebraciones de los venezolanos. El 22 de abril, es un día inolvidable, realizaron la "gran" marcha del "silencio". En muchas partes, se respiró aires de gloria, pero además le podemos agregar todos los sinónimos que se encuentra en el diccionario RAE, porque el domingo 23, amaneció muy distinto a todos los días precedentes. El calvario comenzó mucho antes de la semana mayor, pero el miércoles 19 de abril, se les escapo el "diablo" que llevan en sus entrañas, asustando a más de uno, con los actos de violencia, vandalismo, y todos los adjetivos, que le podamos agregar. El resultado de estas acciones: varios muertos, heridos, y perdidas millonarias producto del terrorismo desatado, incitado por la actitud macabra de los cabecillas de la oposición.
Era difícil creer, al ver a los dirigentes de la oposición, agarraditos de las manos–como dice la canción– enfrente de un número importante de sus seguidores, vestidos de blanco, marchando hacia la sede de la CEV, como unos verdaderos angelitos, dando la ligera impresión de no haber quebrado un plato. Marcharon hasta la máxima institución de la iglesia católica, para hacer entrega de un documento, con argumentos muy trillados, para ser refrendado por los obispos de ese componente –voceros de la oposición– encabezado por el cardenal Urosa Sabino.
El caminar lento y pausado, parecía una procesión de la semana mayor, por todas partes se veían las cruces fabricadas con madera fina; no podían faltar los rosarios –muchos marchaban, semejando unos monaguillos– y se escucharon los (padre nuestros, y ave María) mientras un sacerdote, apartado de su verdadera función, cada momento repetía un llamado a la "guerra" en un abierto desafío a la paz.
¿Cuál fue el motivo de la marcha hacia la CEV? Es para quedarse boca abierta, y de paso persignarse –un homenaje a los caídos– antes tamaño cinismo, imposible de digerir ni siquiera rezando un (ave María) ¿Quién entiende ese sentimiento, cuando ellos son los responsables de esos hechos? La hipocresía, sirve muchas veces para hacer feliz a la oposición. Los caraduras, siempre buscan los argumentos para mentir, y en esta época utilizan una de las tácticas del jefe de propaganda de Adolfo Hitler, Joseph Goebbels, cuando decía: "Una mentira dicha mil veces se convierte en verdad", la vía: las redes sociales –comunicación relámpago– cumpliendo una doble función: informan, y a la vez transforma. Muchos opositores pasan de pacíficos ciudadanos, a unos desadaptados sociales, como lo describe el profesor universitario Steven Bermúdez (LUZ) en un interesante artículo, publicado en una página digital: "Los opositores comienzan las concentraciones, comiendo dios, y terminan defecando diablo".
En esta oportunidad la marcha terminó en sana paz, sin nada por lamentar, pero no sabemos hasta donde llega esa pasividad, porque la trompeta de la guerra, no descansa, ni siquiera en la CEV, casi todos sus integrantes han venido incitando las acciones violentas en nombre de "dios", sin importarles los resultados muy lamentables, el cual han tratado por todos los medios de endósaselos al gobierno, cuando la verdad empieza aparecer, como el aceite sobre el agua.
Las pruebas son por demás evidentes. Los verdaderos responsables e incitadores de la violencia, empiezan a guardar distancia, entre ellos: María Corina Machado, quien, de buenas a primeras de manera por demás irresponsable, trató de excusar a un convicto y confeso, autor de los disparos, que le cegaron la vida a una joven, el 19 de abril –San Cristóbal, Táchira– para después callar ¿Por qué en la marcha del 22, no hubo incidentes que lamentar? La respuesta la tienen los dirigentes de la MUD, y la CEV.