Todavía esta derecha errática y violenta no aprende a conocer la Patria de Bolívar y de Chávez. Y centra toda sus acciones de destrucción y muerte a someter al Gobierno y al pueblo revolucionario.
Se equivocan y lo peor es que confunden los llamados a la paz, al diálogo, a la tolerancia, a la sana convivencia, a reconocernos, con debilidad, fragilidad, blandura. Chávez no aró en el mar.
Entre la población chavista no hay nadie carente de fuerza, coraje, voluntad, entrega, y el que carezca de estas virtudes, no es revolucionario, no es merecedor del llamado que hizo el Comandante Eterno, para que apoyáramos al presidente Nicolás Maduro.
Una de las más acertadas decisiones de El Gigante. Maduro se movió en todos los escenarios buscando que la derecha reflexionara, que por un momento en la vida apartara sus intereses, sus ambiciones personales y pensara en el pueblo, pero no pudo. Es demasiado el odio de esa gente.
No desistieron de la guerra económica que hambrea al pueblo, que lo crucifica con los altos precios; no quisieron diálogo, no quisieron elecciones y hasta rechazaron la intervención del Papa Francisco. Pareciera que tuviesen a satanás clavado en el alma. Siguieron aferrados al golpe de estado; violentos como Voluntad Popular y Primero Justicia redoblaron las acciones anárquicas creyendo que iban a someter la revolución y eso no es posible, al Presidente, al Gobierno y al pueblo de Chávez no los arrincona nadie.
Esta patria recalco, para que nunca se les olvide a los cabecillas de las protestas violentas, no se deja acorralar y menos con Maduro al frente del proceso. Ya vamos de frente con la Asamblea Nacional Constituyente seguros de la victoria, porque la mayoría en Venezuela queremos bienestar, queremos que cese la espreculación inducida, esa que nos quita los alimentos de la boca y queremos que se haga justicia. Que paguen con cárcel los que le han hecho tanto daño al pueblo, los que piden la invasión gringa. Una locura. Rechazan la mediación del Santo Padre y claman por la intervención del imperio.
Los objetivos de la Constituyente leídos por Maduro no pueden ser más claros: 1) Ganar la paz, no a la impunidad. 2) Ampliar y perfeccionar el sistema económico post petrolero. 3) Constitucionalizar las misiones. 4) Un nuevo sistema de seguridad. Revisar las penas a los delitos aberrantes, contra el terrorismo y el narcotráfico. 5) Las nuevas formas de la democracia participativa y protagónica. 6) La defensa de la soberanía, la integridad nacional. La nueva visión geopolítica. 7) La identidad cultural. La pluriculturalidad
8) Deberes y derechos de la juventud venezolana. 9) El cambio climático, tema crucial y vital para el planeta.
La revolución bolivariana en Venezuela llegó para quedarse. Chávez está sembrado en el pueblo y sigue germinando.
Con Maduro victorioso ¡venceremos!