El Presidente Maduro picó adelante y mató varios pájaros de un tiro al llamar al pueblo a ejercer directamente su soberanía, a redefinir en una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) el marco jurídico que orientara el rumbo del Estado venezolano en los próximos años.
Da una salida constitucional y pacífica al atolladero en que el gran capital nos ha querido meter y evidencia la vacuidad e hipocresía de los reclamos por democracia de dirigentes de oposición que antes la solicitaban y ahora se niegan a participar.
Libra al país de la reposición de proyecto neoliberal, ya descartado de hecho y de derecho por el pueblo venezolano, y resta argumentos para una eventual intervención de Estados Unidos en nuestro país, pues "tirano" que se respete no convoca asambleas constituyentes.
Pone la pelota en nuestra cancha invitando, tanto a los pocos que resulten integrantes de la ANC como a los muchos protagonistas tras bastidores, a refundar soberanamente a la República.
Responder su llamado a participar directa o indirectamente en este evento para perfeccionar el proyecto socialista - bolivariano, robinsoniano, zamorano, marxista y cristiano - esbozado por nuestro Comandante exige comprender la situación que estamos viviendo y la trascendencia de una Constituyente, sobresalida en el caso de Venezuela por la conflictividad provocada por el imperio y sus lacayos.
Exige tener nuestros objetivos claros, conocer a fondo la CRBV para poder elaborar, explicar y defender nuestras propuestas en las reuniones que acompañan todo el proceso o en la Asamblea, en el caso de los constituyentistas.
Exige argumentar hasta donde es posible con quienes de buena fe tienen otros proyectos-país y esquivar cualquier provocación de los mandados del imperio que pretenden, desconociendo los principios de nuestra CRBV, retornar a la democracia representativa, eliminar la reserva de la actividad petrolera y otras actividades estratégicas al Estado, y minimizar los derechos del pueblo - civil y uniformado - consagrados en la Constitución de 1999.
Exige, especialmente a candidatos y constituyentes electos, tener presente que la soberanía es sagrada y debe ser ejercida responsablemente; que pueden recibir y procesar sugerencias de todos nosotros, pero no pueden coger "línea" de nadie sobre lo que van a no van a tratar o decidir.
Participar pasivamente o por conveniencia en una cita con la historia tan trascendente como esta ANC es irrespetar a la Patria y a todos los venezolanos, es irrespetarse a sí mismo. Como dijo un joven constitucionalista entrevistado por VTV en estos días, la ANC es soberana y puede decidir cualquier cosa, incluyendo la destitución del presidente.
Participar en la ANC es un gran honor que va acompañado de un gran compromiso ético.