La débil "moral de la víctima" utilizada por dos campos políticos confrontados
Me han impresionado mucho los mensajes de desvanecimiento nacional que se cruzan entre artículos y correrías mediáticas de de las redes sociales. Preparar un país para su desvanecimiento final a través de una larga estrategia de penetración paramilitar y bandolerismo, desgaste financiero completo, destrucción de su industria y finalmente lo que tenemos frente a nuestros ojos una hiperinflación que destruyó la base mínima del salario, es convertir a una sociedad aprisionada por un capitalismo por demás de parásito como es el modelo rentista a una nación sin capacidad de reconocimiento, donde el espejo desde donde nos miramos y penetramos por el contrario de la fantasía multicolor y biodiversa de Alicia, es una suerte de basurero de carbón que en cualquier momento nos come en su candela.
La derecha, poniendo sus muchachos (unos valientes e ilusionados en una batalla que nunca será de ellos, otros comprados, otros lumpen oportunistas, otros verdaderas redes del comando violento de la ultraderecha), a morir para glorificar mediáticamente un movimiento que todos los días hace más evidente su cuadratura con los polos más reaccionarios imperiales, es la víctima de un terrible y sanguinario gobierno acusado por la bocaza de uno de los mayores genocidas de América como lo es Álvaro Uribe; héroe de esta pandilla que dirige a la oposición. Activa, protestante, sin ninguna imaginación que no sea el vaciamiento continuo de las masas medias y pobres que la siguen empobrecidas y rabiosas, la derecha en su conducción vertical y archipersonalista, sin un miligramo de democracia interna (todo es conducido desde unos diez individuos incuestionables), su papel es liquidar toda forma de insurgencia popular real y desviar los ímpetus hacia una modificación continua de una protesta cada vez más violentista que no sugiere otra cosa que terminar de tumbar el árbol seco del chavismo gobernante y sembrase de lleno y de manera absoluta en el nuevo modelo de poder naciente en nuestro continente y que el maravilloso Gustavo Cisneros ya le puso referente, dirá: "la Venezuela post chavista tiene que seguir el modelo de Macri" (que cinismo el que negoció con Hugo Chávez y multiplicó por fuera del país sus riquezas tres veces gracias a este consuelo presidencial y su condición de testaferro de la familia Bush). Bajo el eje Brasil-Argentina, y la red mediática mundial ha construido todo un escenario para convertir en una relación de la protesta y estado en una relación ciudadano-víctima de un gobierno atroz, con las consecuencias mundiales legales y de presión que aprietan todos los días.
La Guardia Nacional siguiendo su causa casi ontológica ha sido en demasiadas oportunidades una bestia de la represión y los asesinatos que están por comprobarse, del allanamiento declarado, de robos, etc. Es decir, ha sido lo que es. Pero esto es solo el evento necesario para fundir el armatoste imperial ya no sobre el gobierno seco sino sobre la nación. "¡Se desmorona entonces la nación!"…. Porque no hay sujeto que la sostenga. El sujeto notificado de la protesta no solo no habla sino es parte de un debilitamiento sostenido de una moral débil, los guerreros sin causa otra que la negatividad pura del "vete Maduro" terminan siendo las víctimas de su sin sentido. Un sujeto debilitado que así es como sirve a los intereses que están detrás, sin inteligencia propia y estratégica, sin pensamiento político de ningún orden que no sea "democracia, instituciones, ley, obediencia"; el simplismo reaccionario más torpe y aéreo. Víctimas de esa moral de la víctima; perfectos juguetes colonizados; allí si podemos hablar de verdaderos instrumentos del imperialismo, con la bandera nacional al revés y a la espera de sus héroes políticos y empresariales de rancia blancura.
Sigue el escenario de gobierno haciendo uso de lo mismo y sin darse cuenta (o vaya a saber si la conspiración interna es tan grande que lo hacen a propósito) que ante la situación de debilidad política objetiva, donde pierde legitimidad y credibilidad día a día, se lanza por medio de un discurso barato de una izquierda que pareciera que solo aprendió a ser la víctima de enemigos mayores, a justificar lo injustificable, lo realmente atroz que no son los Guardias Nacionales aunque rallen el límite, sino la completa depauperación de la sociedad, de sus clases más pobres y sin capacidad de ponerle coto a nada. Los bandidos internos tienen el circo gubernamental totalmente copado, y en su tragedia son los que sostienen al propio gobierno. Lo cierto es que a cada una de las situaciones hay un imperio atrás que las provoca. En otras palabras aquí no hay gobernabilidad responsable de nada, ni siquiera de sus actos prometidos; ya no hay ni misión vivienda culpa del imperialismo. Y es tan monstruoso ese imperio que la Delcy Rodríguez, en su lenguaje victimizante obsesivo, termina confundiendo lo político-estratégico con lo situacional. Se caen los apoyos del Caribe, verificando una situación- porque Venezuela ya no puede sostener la estrategia petrolera del Caricom, por una Pdvsa que se comió por dentro y donde "el imperio" desde Exxon hasta los Chinos cada quien puso su parte, no porque el imperio le pagó al embajador de la OEA- pero la "chilindrina" como la llaman dirá que es una estrategia del imperio, siendo nosotros como nación las víctimas eternas de ese monstruo. Ahora veremos cómo reconstruir una industria central lo que se advirtió por "los traidores" diez mil veces.
Lo interesante entonces es ver cómo desde el más gobiernero hasta el ojo crítico y disidente del chavismo, adoptó por igual los lenguajes de la moral débil de la víctima: "de la nación que se desmorona", , víctima del horroroso imperialismo. Y como Nerón dicho y hecho, se lavaron las manos.
El lugar hoy de la insurgencia del alzado
Aquí no estamos jugando a posición centrista alguna. Aquí no vamos a hacerle el juego a posición de poder alguna por acercarse a él y menos en su versión imperial que ya lo vemos sobre las costas, pareciendo tan distinto ya la vez tan igual, tal y como le ha pasado a los juegos democratistas y centristas de la "tercera vía" para fines electorales o cual sea. El único 3 posible es "otra política", pero ella no puede, comenzar siendo sin asumir su propia responsabilidad en esta historia, y sin diferenciar tres cosas cosas principales: gobierno-nación-resistencia. Nos toca resistir efectivamente; defender a nuestra nación por encima de todo que es el punto de partida, este o cualquier gobierno que venga sabemos que es muy poco con lo que podremos contar a tal efecto, y ojalá estemos equivocados. Las FFAA en cualquier momento se quiebran pero igual, como nunca están tan lejanas al pueblo en lucha. Pero aquí no somos víctima de nadie, y menos de quienes juegan desde sus respectivos lugares de manipulación a las víctimas de su enemigo. Nuestro enemigo es la horrorosa lógica capitalista y los sujetos que la dirigen desde el mando industrial militar y bancario, que se ha afincado sobre nosotros de manera bestial en los últimos años, utilizando a gobierno, oposición y factores de la sociedad civil para debilitar al punto 0 nuestra capacidad de defensa, de soberanía territorial, técnica y alimentaria, y concretamente toda posibilidad de sueño transformador, hasta convertirnos en vendedores baratos a un solo comprador de las riquezas sobre las cuales esta nación está viva y parada.
Pero aún así debemos posicionarnos desde "la moral del alzado". Frase del filósofo Alain Badiou, que ve en su libro sobre la ética, refiriéndose al caso Palestino precisamente el pueblo que al perder su vitalidad, su capacidad de sentirse autosuficiente y con el ímpetu de una voluntad trascendente a su precaria situación, como lo fueron los ejemplos de las intifadas, regresa a la condición del pueblo sometido de nuevo a la caverna que supone sentirse quebrado y víctima eterna del sionismo, sometido desde las burocracias laicas y religiosas a la "moral de la víctima". Quien se alza sobre su debilidad es quien se reconstruye utilizando las fuerzas que le son propias y que antes de ser recursos materiales o despliegue político, es una moral guerrera que se alza sobre la realidad concreta, es decir lo primero que violenta es su propia realidad.
Volvemos a reiterar, aquí no está ni pérdida ni deshilachada ninguna nación, por el contrario nuestro pueblo día a día sobrevive casi de manera milagrosa incluso al acecho de quien una y otra vez le repite "estas perdido" o lo utiliza a la sobrevivencia de unos burócratas. Divulgando el orgullo de ser lo que somos y partiéndole el espinazo político, es decir su base popular explotada, a cuanto traidor se asienta ahora en las lides del poder, este país se reconstruye en tiempos igualmente milagrosos.
Un fenómeno interesante, una ilusión provisional pero fuerte es lo que ha creado la esfera de encuentros de los candidatos a constituyente, sin estar idealizando nada ya que se trata de un movimiento explosivo –el chavismo- que a estas alturas, en sus franjas más nobles sobrevive de la pura lealtad al símbolo de su nacimiento. Esa maniobra politiquera e inservible a las necesidades de hoy para quienes bloquearon la revolución popular desde los mandos de Estado y que ahora la utilizan como mecanismo para su eternidad en el poder, les puede al menos en las próximas semanas salirle el tiro por la culata. Si por pactos obligados dadas las resquebrajaduras cada vez más evidentes del poder constituido incluidos militares por la inconstitucionalidad de la convocatoria, y la presión internacional e interna de la oposición, a Nicolás se le ocurriese negociar los tiempos y formas de esa constituyente, a cambio de elecciones o lo que sea, tendrá que enfrentarse a la base popular que lo sostiene en el poder, siendo de los últimos pero más impetuosos niveles de convocatoria que le quedan. Ilusionada, cuestión que ya advertimos y será sólo por unas semanas, pero esperanzada al fin, y junto a un repudio generalizado al gobierno pero esta vez de clases populares, la lucha puede transformarse ahora sí en otra cosa; es decir en un verdadero evento político. La razón es muy simple, por ilusión, por una esperanza que vuelve a re-sentirse, esos sujetos ya no actúa desde la moral del débil, de la víctima. Constriñen entonces los pactos de élites, y el terreno regresa a la verdadera lucha política (de poder, de visiones de mundo) entre ricos y pobres. En estas semanas esos pocxs, a pie descalzo, pero demasiado significativos a nuestra historia van a volver a imaginar el mundo de su deseo.
El debate reaparece descarnado destapándose el espíritu del 2002, donde se une el candidato de base y la rabia sin canalización aún de la depauperación social, que la oposición ha convertido en un líquido agresivo o muy inocente pero en el fondo pasivo y mudo. Por supuesto que esa constituyente la van a controlar desde los mandos autocráticos, incluso sus contenidos y texto que ya deben estar maqueteados, dada la imposibilidad o incapacidad por años de fabricar esa fuerza autónoma en esa "otra política" que hubiese marcado el fin de tanto uso político del movimiento revolucionario de masas. Pero la propia ANC se ha tenido que montar elegir rápido porque cualquiera de estos entiende que el proceso popular auténticamente constituyente que se dispara en la imaginación colectiva, en el "intelecto emocional" como diría el líder kurdo Ocalam, les puede crear una sorpresa que quiebra sus intereses propios de reproducción en el poder, y sembrar a contrapelo los fundamentos de una "moral del alzado" renovada.
Si el asambleísmo y la decisión de base reaparece en las próximas semanas se jodieron los imperios y sus instrumentos internos fuera y dentro de gobierno y los patiquines de la oposición. Por ello los estudios tan "políticos" que mil veces les dan vuelta a las hipótesis de que pasa si hay pacto o confrontación, que hay detrás de la fiscal, etc, jamás tienen en cuenta que todo acontecimiento de ruptura se crea muy lejos de allí, es un problema de barrios y campos; no son eventos como diría un buen marxista de la "superestructura política" sino de sus laberintos subterráneos previamente in-ubicables. "Otra política", es también una metodología abierta para entender estos fenómenos que son siempre inadvertidos desde los lugares más insólitos del laberinto socio-político y cultural de un pueblo.
Nuestra nación no está ni vencida ni es la la víctima de nada. Nuestra nación por el contrario empieza a sentirse de nuevo en su fortaleza escondida. Alzado quiere decir con el pecho enfrente y el orgullo de ser, de hacer, de pensar como copartícipe un mundo que al mismo tiempo por ética propia debe negar e inventar su propia ruptura; es decir, ser política y estrategia. Y así como diría bravo al menos por espíritu a muchos candidatos de base, también lo podríamos decir de muchachos que una tarde le sumaron una molotov a una tanqueta de la Guardia guiados por una fuerza inconsciente eufórica, que solo un verdadero movimiento insurgente, catalizador de la sangre de nuestro pueblo, con un claro sello de clase, podría convertir en una verdadera fuerza de liberación. Defender nuestra nación abrir el espíritu a lo insólito del mundo, desechar toda mentalidad de víctima, es también tarea de quienes perdemos –o ganamos- algo de nuestro tiempo poniendo palabras que el viento las hace volar como las hojas donde se escriben.
Artículo de referencia. "Otra política, la moral del alzado"..Roland Denis 2014.
https://www.aporrea.org/actualidad/a199891.html
Roland Denis