La muerte de un poeta duele siempre a la humanidad. Incluso aquellos que murieron antes de nosotros haber nacido. Nos duele Homero (si acaso hubo un Homero de carne y hueso), Virgilio, Garcilaso, Plinio, Miguel de Cervantes Saavedra, Martí, Huidobro, Vallejo, Neruda, Ramos Sucre, Rufino Blanco Fombona, Gallegos, Andrés Eloy Blanco, Gerbasi, Víctor Valera Mora, Miguel Otero Silva, Helí Colombani, Gabriel García Márquez, Héctor Bello, Ramón Palomares… Luis Sánchez, el hijo de Cumanacoa, el hijo del casco histórico de Ciudad Bolívar, el hijo del río Orinoco y sus tardes.
Nos conocimos en el Teatro Teresa Carreño a propósito de compartir el Primer Premio de Literatura (él en Poesía y yo en Narrativa), del primer certamen de las artes Gran Explosión Cultural Bicentenaria, que en 2011 convocó el Presidente Hugo Chávez para que cada municipio del país seleccionara sus artistas de la danza, del mural, del cuento, la poesía, el teatro, la pintura, la escultura, el periodismo, entre otras áreas, hasta completar las dieciséis especialidades.
Luego se hizo la selección de un ganador por cada estado y fuimos a la final en Valera, estado Trujillo. Desde allá se nos notificó a los ganadores de la entrega del premio correspondiente de CINCUENTA MILLONES DE BOLÍVARES de entonces, que en la actualidad equivalen sólo a CINCUENTA MIL BOLÍVARES. Sin embargo, el Centro Nacional del Libro, CENAL, ente encargado de la premiación de Luís Sánchez y mi persona, decidió darnos sólo VEINTICINCO MIL BOLÍVARES A CADA UNO, no en efectivo, como lo solicitamos, para arreglar nuestras bibliotecas, sino a través de equipos y bienes que la misma institución adquiría y nos enviaba por correo. En lo personal nos pareció una premiación miserable y todos los ganadores nos quejamos ante la presidenta del Cenal, señora Christian Valles. Luis Sánchez estaba urgido de esos recursos.
En esa oportunidad me urgían los pasajes y viáticos para ir a España, por medios propios, a defender la tesis de doctorado POÉTICA Y SOMARI DE GUSTAVO PEREIRA, y vi en ese premio mi única posibilidad de lograrlo. La inteligencia y buena disposición de nuestro Ministro de Cultura, colega profesor Pedro Calzadilla, me permitió obtener los pasajes y los dólares de viajero para permanecer siete semanas en Oviedo, Asturias, y defendí la tesis el 04 de diciembre de 2011. Como gesto honesto y sincero debo admitir (quizás por sincero peque por lo que voy a decir), que Pedro Calzadilla es el único ministro de cultura de la revolución bolivariana de Venezuela que comprendió a cabalidad su efímero papel de ministro y desarrolló una extraordinaria labor de trabajo en el interior del país, sin dejarse abrumar por el cargo.
Me parece una aberración que el Presidente Nicolás Maduro utilice a los ministros de cultura para tenerlos sentados en Miraflores durante sus largas cadenas y habladeras por televisión, sin hacer nada, sólo oír, mientras en todo el país la cultura anda por el suelo. Por lo demás, la cultura de tarima es efectista, pero tampoco se traduce en un trabajo efectivo de creación, de preservación y de rescate de la labor cultural del país. Los gabinetes de cultura de las regiones no tienen ni para comprar agua. Las imprentas regionales murieron. Las actividades con niños en las plazas públicas desaparecieron. El libro venezolano despareció también. No hay apoyo para nada. Las sedes lucen feas, sucias, descoloridas y solas, sin público. A pesar de la crisis económica, esto se puede revertir. Hay que sumarle voluntad y una gestión que entienda la cultura como lo que es. Allá en Caracas no hacen nada, señora ministra de cultura Alejandrina Reyes. El país no es un rectorado burocrático.
Recientemente he llevado par de cartas a la gobernación del estado Nueva Esparta y al Consejo Legislativo de la región insular solicitando la publicación de una obra que me parece novedosa y necesaria para la historiografía literaria del país, titulada ANTOLOGÍA SIN SOMARIS DE GUSTAVO PEREIRA, corregida y pulida a cuatro manos con el propio poeta margariteño Gustavo Pereira, y no he recibido respuesta. Agradecería al menos un simple NO. "Estimado poeta José Pérez, No podemos o NO queremos publicar su libro". Eso bastaría. La Editorial El Perro y La Rana, y Fundarte tampoco tienen papel ni recursos para publicar. Así anda toda la cultura. Descalza, a pie, desnuda, a poco. Sin embargo, se destinan cuantiosos recursos económicos para el gasto político: Movilizaciones vía Constituyente, publicidad, franelas, avisos. Y vienen los gastos electorales de fin de año. ¿Alcanzará acaso una limosna para que algún ente público edite mi ANTOLOGIA SIN SOMARIS DE GUSTAVO PEREIRA?
El poemario de mi hermano poeta Luís Sánchez, titulado TENNO TEI, que quiere decir en lengua pemona GRAN SABANA es de una belleza extraordinaria. Siempre que lo visité en su casa en el casco histórico de Ciudad Bolívar nos asaltaba la misma pregunta: ¿Por qué el CENAL no publicó nunca nuestras obras ganadoras del Certamen Gran Explosión Cultural Bicentenaria? La poetisa wayuu Atala Uriana Pocaterra también nos acompañó en nuestras quejas. Nada se logró al respecto.
Se gastaron miles de dólares yendo a las ferias del libro en otros países durante todos estos años, pero el poemario de Luis Sánchez y mi libro de cuentos CABALLO QUE PASA GANA se quedaron en el limbo. Han pasado seis años. Nadie nos dio respuesta nunca. Lamentablemente el poeta Luís Sánchez ha muerto en la mañana de este domingo 18 de junio de 2017. Lo aquejaba una deficiencia coronaria y complicaciones respiraciones. Su corazón trabajaba al 18% en su fase crítica. Para quien no lo supo nunca, Luis Sánchez era médico y desarrolló una labor noble, profundamente humana, trabajando hasta sin cobrar salario alguno, ayudando a nuestros hermanos indígenas del estado Bolívar y a quien fuere, sin pedir nada a cambio. Su bondad no tenía límites. Su caballerosidad y su desprendimiento eran inmensurables. Su amistad un tributo, un honor.
Acompañado del poeta Gustavo Pereira visitamos la casa del poeta Luis Sánchez en el casco histórico de Ciudad Bolívar y nos llevamos una grata sorpresa. Su casa actual la había convertido en una especie de residencia para estudiantes pobres, amigos de sus hijos, y estaba construyendo otra casita, más pequeña y más bonita, en una colina muy particular, con una vista extraordinaria hacia el Puente Angostura y el gran río Orinoco. Ahí solía ver los atardeceres.
Lo singular era, no obstante, que esa casa no tenía ningún elemento de metal, de hierro, de aluminio. No tenía cabillas ni vigas de riostra. Era de dos niveles pero su estructura, su arquitectura había sido diseñada con bloques de arcilla que no sólo servían para armar las gruesas columnas y las paredes, sino los pisos y los baños. Un arte complicado y novedoso que no he visto en ninguna otra parte. Esa técnica reducía la temperatura externa de 35º ó 38º a apenas unos 20 grados centígrados o menos. Dentro de la casa se sentía un fríito extraño en relación al calor de la calle, del mediodía cerrero.
El poeta Luis Sánchez siempre nos brindó su sabiduría de lector, de cultor popular, de poeta entregado en cuerpo y alma a la poesía. Nada que la burocracia cultural capitalina pueda entender más allá de un salón cerrado, un micrófono o una tarima citadina. Mucho menos un salón de palacio. Y si no, pregúntenle a los poetas Luis Alberto Crespo y Benito Irady cómo se recorre un país, cómo se conoce su cultura, cómo se valora su gente, cómo se entiende su raíz más profunda, de monte a monte, lejos de las oficinas y lejos de la ignorancia.
Conservo en mis manos el poemario íntegro de mi hermano poeta Luís Sánchez, titulado Tanno Tei-Gran Sabana. Sus primeros versos son estos:
-I-
El pájaro coronando
la cabeza de un palo
ratifica el silencio
de la Gran Sabana
-II-
Kary Kary
vuela
entre techo neblinoso
y el pico – cielo
de la churuata,
danza
sobre sí mismo
elipsando
el filo
de sus pupilas
-III-
Los ríos cascabeleando espumas
entre las rocas
conservan el secreto
que incuban las serpientes
dormitadas
en las cuevas
-IV-
Cada gota de lluvia
redondea su torrente
en la plana
mano
de esta tierra
Y el último poema de ese gran libro es este otro:
Pemon es gente
parte integral
del cosmos,
despejando codos piriche
jugando
abriendo su costillar
al Tukuchipan,
agujero negro
soñado
por la vía
láctea
A una cuadra de su casa vieja, se encuentra la plaza Miranda. Ahí se reunía con otros poetas de Ciudad Bolívar para leer y compartir. Cada jueves acudía por la tarde a escuchar el toque de Vallito en "La esquina de El Oasis". También fue asiduo a los talleres de Mimina Rodríguez y cercano a la amistad de nuestro querido poeta Abraham Salloum Bitar, de gratos recuerdos. En la Casa de la Cultura Carlos Raúl Villanueva se oyó su voz al lado de nuestra poetisa amiga Mercis Martínez y otros poetas y cultores populares, como el poeta de Upata y colega profesor de la UNEG, Daniel Ruiz, un hermano mayor del poeta Luis Sánchez.
El primero de marzo de 2017 nuestro admirado poeta Luis Sánchez envió su último email, como solía hacerlo, para homenajear a su padre pescador, y 110 días después, el Día del Padre precisamente, nos deja y se va. Del poemario dedicado a su señor padre con el título de GANDOLERO MARINO, nos envió este poema con el título homónimo:
GANDOLERO MARINO
Mi padre dobla los pasos marinos
Claro ahora
Él es un mar un tanto averiado
Hasta tiene un bastón de apoyo
Faro esclavizado al capricho de sus manos
Pies que recirculan con la pleamar del pecho enlentecido
Uñas heridas por el puñal de salitre
Que desde siempre custodia su pueblo natal
Huellas de lagarto viejo
Que va dejando rastros de arena
Siempre marcando los confines de la ranchería
Voz bronquial en permanente arrullo de salmuera
Mediana complextura que moldean
Los obligados ayunos en alta mar
En los espejos turbados por la opacidad
De los cristalinos añosos
Pupilas arañadas
Por el humor de la cola caribeña
Apenas dos cardúmenes
Reiniciándose en la ronda
De los chispeos
Rutinarios
El golfo son sus manos cálidas
Atimbradas de lunas que se columpian
Sobre la ancha sonrisa
De las olas
Soles cremando colas de pavorreal
En el poniente
Inviernos que rasuran las mandíbulas
De la ensenada
Con un ron ro neo
Añil
Metálico
Y si llueve
Atarrayado en la red que litiga
Con la brújula de los días inciertos
Empapado con en el punteo de la madre espuma
El vaivén de la esclerótica que se derrama
En las órbitas
Y si llueve
Mi padre se fuma su silencio
En el estribor de la casa
Sitiada
Por sedales etéreos
Como me ha dicho el poeta Gustavo Pereira esta mañana: "Caramba, qué dolorosa noticia. Y cuando comenzaba a disfrutar su casa que con tanto esfuerzo levantó. Te ruego transmitirle mis condolencias a la familia". Vayan, pues, nuestras palabras de amor y comprensión para la señora Yajaira Siso, su amada esposa; para sus hijas Marimar y Yarimar Sánchez, para su hijo Luis David Sánchez y todos sus amigos que también se sintieron sus hijos. Igual sentimiento de solidaridad para sus hermanos y demás familiares en el estado Sucre.
A toda Venezuela hay que decirle que estamos tristes por esta ausencia. Y yo quiero decirle de manera personal, directa y pública, a la señora Christian Valles,Presidenta del Centro Nacional del Libro, CENAL, por favor tenga un poquito de amor por el prójimo y háganos un favor, con todos los sacrificios posibles, a quienes nos sentimos pemones, kariñas, guaraos, wayuu, es decir, venezolanos de verdad- verdad y PUBLÍQUELE A LUIS SÁNCHEZ SU POEMARIO TANNO TEI-GRAN SABANA. Se lo ruego en nombre de la amistad, porque estoy seguro que el lo verá desde todos los cielos del mundo donde anda ahora.