Críticas a la Constituyente en retrospectiva histórica

Esta semana que termina finalizó el Seminario "Venezuela Crisis Política. Un estudio comparativo de la crisis de 1958 y la de 2017". Como elementos centrales del debate suscitado con los alumnos del segundo, tercero, cuarto y sexto semestre de Antropología de la Universidad del Zulia, se abordó la experiencia histórica que tenemos los venezolanos con el proceso de elecciones de Asamblea Constituyente convocado por la Junta Militar de Gobierno el 30 de noviembre de 1952[i], el derrocamiento de la dictadura en 1958 y los aspectos que determinaron la hegemonía adeco-copeyana por cuatro décadas.

A este respecto se puntualizaron los siguientes elementos:

  • Se inició el seminario con un recuento del proceso histórico venezolano desde la Revolución Liberal Restauradora de Cipriano Castro en 1899 hasta el derrocamiento de Rómulo Gallegos, primer presidente venezolano electo por votación universal, directa y secreta, el 24 de noviembre de 1948. Resaltando aquí el desarrollo de la Asamblea Constituyente de 1946-47, logro histórico de Acción Democrática cuando era un partido revolucionario, y que permitió conquistar, aparte del voto universal que incluyó por primera vez a las mujeres y los analfabetos, cuatro derechos laborales fundamentales con rango constitucional (derecho de organización sindical, estabilidad laboral de los directivos sindicales, derecho a contratación colectiva y derecho a huelga).
  • Se establecieron las similitudes entre el golpe contra Gallegos en 1948 y el golpe contra Hugo Chávez el 11 de abril de 2002. Ambos movimientos golpistas fueron promovidos por el alto mando militar en acuerdo con la embajada de los Estados Unidos, y apoyados por el mismo bloque social de empresarios, alta jerarquía eclesiástica, medios de comunicación privados, compañías multinacionales y fuerzas políticas de derecha.
  • Las elecciones a Asamblea Constituyente convocadas por la dictadura militar en 1952 se realizaron en un contexto en donde los principales partidos de izquierda se hallaban ilegalizados. Tanto Acción Democrática (ilegalizado en 1948) como el Partido Comunista (ilegalizado en 1950 luego del fracaso de la huelga petrolera de mayo de ese año). El descontento popular hacia la dictadura se canalizó votando por el único partido de izquierda legal, Unión Republicana Democrática.
  • Los militares participaron con su propia fuerza política, el Frente Electoral Independiente (FEI), y aspiraban a ganar ampliamente la mayoría en la constituyente.
  • El primer boletín de resultados el 30 de noviembre daba como ganador a URD. Pérez Jiménez decide entonces suspender el conteo de votos, destituyen a las autoridades electorales, se producen 48 horas de apagón informativo para propiciar un Golpe de Palacio o Golpe Frío, y el 2 de diciembre reaparece Pérez Jiménez autodesignándose presidente de la junta de gobierno, se retoma el conteo de votos y gana fraudulentamente el FEI. Los principales dirigentes de URD, encabezados por Jóvito Villalba, son detenidos y expulsados del país inmediatamente.
  • Al año siguiente 1953 la Asamblea Constituyente (integrada exclusivamente por representantes del parapeto político de los militares, el FEI) designa como presidente a Marcos Pérez Jiménez y establece un período presidencial de cinco años que debía culminar a comienzos de 1958. Por ende, se debían realizar elecciones presidenciales en diciembre de 1957. La dictadura, conociendo su escaso respaldo popular, se niega a convocar a elecciones y decide realizar un "Plebiscito" para que el pueblo decida si quiere que Pérez Jiménez continúe su mandato. Por supuesto, en un nuevo fraude electoral, el "SI" para que el dictador siga en la presidencia gana el plebiscito "arrolladoramente".
  • Pero poco le dura la alegría al dictador. Más exactamente, apenas puede festejar las navidades pues el año nuevo lo sorprende con un alzamiento militar de oficiales de la aviación y del ejército, encabezados por Martín Parada y Hugo Trejo, el cual aunque fracasa le propina un durísimo golpe a la estabilidad del régimen y conduce a su rápido derrocamiento en medio de un alzamiento cívico-militar el 23 de enero de 1958.
  • Artífice importante del 23 de enero será la Junta Patriótica, unidad de todos los partidos políticos: AD, PCV, URD y COPEI. Juan Patriótica que encabezaba el posteriormente comandante guerrillero Fabricio Ojeda, y que simbolizó el denominado "espíritu unitario del 23 de enero".
  • La victoria popular del 23 de enero de 1958 permite hacer realidad el programa histórico enarbolado por las fuerzas populares desde la independencia y reformulado en la confrontación a déspotas como Gómez y Pérez Jiménez: libertades democráticas e igualdad de derechos.
  • El espíritu unitario fue rápidamente traicionado por Rómulo Betancourt y los jerarcas de los partidos AD, COPEI y URD, quienes firman el llamado Pacto de Punto Fijo, acuerdo político destinado a congraciarse con los intereses del gobierno de los Estados Unidos y que excluía explícitamente a los comunistas de cualquier participación en un futuro gobierno democrático.
  • Ese Pacto de Punto Fijo como fiel ejemplo de la traición adeca a todo el programa de luchas democráticas, nacionalistas y antiimperialistas que habían guiado a las mayorías populares desde la época del enfrentamiento a la dictadura de Juan Vicente Gómez. La traición de Betancourt condujo a la lucha armada iniciada por los partidos PCV y MIR (este último desprendido de AD en 1960).
  • Como respuesta al abandono de AD de su programa democrático, la izquierda cometió el gran error histórico de irse a la lucha armada, proceso en el cual terminó siendo derrotada y cuyas consecuencias fueron nefastas para el pueblo venezolano[ii]. En este punto se resaltó que aún en plena lucha armada, la institucionalidad controlada por el Pacto de Punto Fijo, la cual se desarrolló propiamente como un sistema bipartidista, nunca dejó de hacer elecciones y de permitir espacios de participación democrática a sectores opositores, aunque simultáneamente desatara una política represiva contra las organizaciones revolucionarias que incluyó miles de asesinados, desaparecidos, torturados, detenidos y perseguidos por razones políticas[iii].
  • El Puntofijismo comenzó a debilitarse no precisamente por las acciones de las fuerzas de izquierda, las cuales en su fragmentación posterior a la derrota terminaron de perder la perspectiva en tácticas de reformismo parlamentario y lucha guerrillera que la separaron completamente del sentir popular. Fueron las luchas espontáneas del pueblo venezolano, desatadas al calor de la crisis económica de mediados de los 80, las que iniciaron el declive político de adecos y copeyanos y sentaron las bases para el proceso denominado revolución bolivariana a partir del triunfo electoral de Hugo Chávez en diciembre de 1998.
  • Las luchas estudiantiles desatadas a partir del "Marzo Merideño" de 1987 fueron el preámbulo de la insurrección popular espontánea mejor conocida como El Caracazo, en febrero de 1989. Las amplias masas populares, utilizadas, defraudadas y marginadas por el puntofijismo, se alzaron en rebelión y se colocaron violentamente en el primer plano de la lucha política nacional.
  • La masacre desatada por el Puntofijismo contra el pueblo insurrecto de Caracas y zonas cercanas generó en el corto plazo la fractura de uno de los pilares del bipartidismo, la institución militar. Las rebeliones militares de febrero y noviembre de 1992 revelaron que la crisis económica y social comenzaba a desarrollarse también como crisis política que amenazaba toda la institucionalidad surgida a partir de 1958.
  • El sistema sacrifica una de sus piezas principales, el presidente en funciones Carlos Andrés Pérez, buscando aplacar el descontento popular y salir de la profunda crisis política que atravesaba el Puntofijismo. CAP es enjuiciado y destituido por corrupción, y las elecciones del 93 las gana Rafael Caldera con un discurso antineoliberal que le permite el respaldo de casi toda la izquierda. Pero el viejo zorro Caldera aplica a partir de 1996 un nuevo paquete neoliberal tan feroz como el de Pérez en el 89. Aunque no se produce la esperada reacción de protesta social en las calles, el descontento popular se manifestará electoralmente mediante el voto por un candidato que se presenta con un discurso anti-sistema: Hugo Chávez.
  • Chávez se monta en la ola del descontento popular por 40 años de promesas incumplidas del puntofijismo, y canaliza ese descontento electoralmente, aunque se resalta que la protesta popular de los 80 y 90 no estaba propiamente representada en el grupo conspirador chavista original, básicamente militar. Chávez aprovechó el programa político constituyente surgido del 27 de febrero, programa forjado a un costo altísimo por la gran cantidad de muertos, heridos, detenidos y perseguidos que resultaron de la gran represión adeco-copeyana de esos años. Pero el liderazgo social de esos años nunca tuvo entrada en el entorno chavista, Chávez no lo permitió. Acaso algunos activistas de base de la izquierda radical que se unieron de manera incondicional al comandante, como Maduro y Jaua, pero el núcleo duro en torno al comandante siempre fueron militares, hasta el final.
  • La llegada al poder de Hugo Chávez a partir de febrero de 1999 significará el fin del Puntofijismo y la apertura de una nueva etapa política en el país. Chávez hace realidad el antiimperialismo que había motivado la gesta de independencia y que había sido consecuentemente traicionado por todos los gobiernos desde Páez hasta Caldera. Introduce por primera vez un programa socialista que retomaba los anhelos igualitarios de la resistencia indígena colonial y de los esclavos insurrectos que se incorporaron al ejército de Bolívar.
  • El golpe contra Chávez el 11 de abril de 2002 significa el último intento del Puntofijismo de regresar al poder, en una conspiración alentada desde la embajada de los Estados Unidos y que involucró a todas las fuerzas políticas que hoy están en la MUD. La reacción popular del 12 de abril permite el regreso de Chávez a la presidencia, y demuestra que el espíritu insurrecto del 27 de febrero aún no se ha apagado.
  • Aunque la obra histórica de Chávez es bastante amplia, en el seminario solo se abordó su aporte a los procesos de integración de los países de Nuestra América, integración propuesta por Francisco de Miranda y Simón Bolívar hace 200 años y que cobró realidad en pleno siglo XXI con la creación de organismos de integración como la CELAC, el ALBA, UNASUR, Petrocaribe y otros. Sin dudas Chávez fue el artífice principal en la concreción de estas instituciones que hoy se encuentran debilitadas pero significan un avance histórico trascendental que espera por un nuevo aliento de los pueblos latinoamericanos.
  • El fallecimiento de Chávez en 2013 introduce una crisis de liderazgo en el chavismo, que se resuelve momentáneamente gracias a las palabras del comandante del 8 de diciembre de 2012 al designar a Maduro como su sucesor. El gobierno de Maduro se logra mantener en el poder hasta el presente, aunque su nefasta gestión desata una crisis económica de proporciones históricas, derrumbando al subsuelo el nivel de vida del pueblo, retrocediendo al país a épocas lejanas de la Venezuela pre-petrolera.
  • La crisis económica y sus efectos negativos sobre el pueblo trabajador genera una crisis política al salir derrotado el chavismo en las elecciones parlamentarias de diciembre de 2015. A partir de esa fecha, el gobierno de Maduro obstaculiza todos los escenarios electorales pues sabe que pierde en cualquiera de ellos, y comienza la búsqueda de una fórmula que les permita seguir en el poder esquivando los mecanismos democráticos contemplados en la constitución.
  • El balance al día de hoy del gobierno de Nicolás Maduro es el de una abierta traición programática a lo formulado y ejecutado por Hugo Chávez. En lo económico, una entrega al capital multinacional en los contratos del Arco Minero y de la Faja Petrolífera, unido a un sistema cambiario fraudulento que favorece el saqueo de las finanzas públicas y la corrupción en las altas esferas de gobierno. Maduro aplica de hecho un modelo neoliberal, con una liberación total de precios y una inflación desbocada que no se busca controlar, manteniendo apenas unas tímidas e insuficientes medidas compensatorias que denominan "misiones socialistas" pero que están lejos de mitigar el hambre y las necesidades de las mayorías sociales.
  • En lo político, una abierta violación a la constitución chavista, al no realizar las elecciones de gobernadores previstas para 2016; impedir el referéndum revocatorio mediante maniobras fuera del marco legal constitucional; violentar nuevamente la constitución al posponer para diciembre 2017 las elecciones de gobernadores prometidas para el mes de julio; no convocar las elecciones de alcaldes previstas para 2017; dictar sentencias por el TSJ que configuran un golpe de estado al intentar disolver otros poderes como la Fiscalía y la Asamblea Nacional.
  • Finalmente, Maduro recurre a la convocatoria de la Asamblea Constituyente como última salida que busca dar un Golpe de Estado al sistema político nacido en 1999, tratando de crear una nueva institucionalidad que sea totalmente controlada por el chavismo, desapareciendo los procesos electorales universales y la representación proporcional de la población. Al tomarse la atribución de convocar la constituyente, usurpando la soberanía popular catalogada como intransferible en la propia constitución, Maduro violenta el legado democrático de Hugo Chávez y atropella la experiencia participativa popular desarrollada para convocar la constituyente de 1999. Al imponer unas bases comiciales abiertamente fraudulentas que no respetan la representación proporcional del voto popular y sectariza a la población al mejor estilo de los fascismos europeos, Maduro se coloca al mismo nivel de los peores sistemas electorales del mundo capitalista, superando los aspectos negativos del cuestionado sistema de colegios electorales estadounidense.
  • La crisis política de 2017, en la cual se enfrentan dos polos aparentemente antagónicos, aunque coincidentes en su programa económico neoliberal, amenaza con desatar una guerra civil que pudiera tener proporciones más sangrientas a la lucha armada derivada de la mala definición que tuvo la crisis revolucionaria de 1958.
  • Se enfrentan una oposición pitiyanqui, monitoreada desde el exterior por el gobierno de los Estados Unidos y las principales burguesías latinoamericanas, a una burocracia madurista que aunque insiste en su discurso popular, socialista y antiimperialista, en los hechos no es más que una elite neoburguesa que se aferra al poder con métodos no constitucionales.
  • Como tal vez el único espacio institucional que reivindica con moral la vigencia de la Constitución de 1999, se ha levantado en el primer semestre de 2017 la Fiscal General de la República, echando para atrás las sentencias del TSJ que en el mes de marzo intentaron disolver la Asamblea Nacional y trasladar las funciones legislativas al propio tribunal. De manera similar, la Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución, integrada por disidentes del chavismo entre los cuales destacan numerosos ex- ministros de Chávez, la cual ha solicitado la realización de un referéndum que consulte al pueblo venezolano si desea o no que se realice una asamblea constituyente.

El Seminario que realizamos en la Universidad del Zulia concluyó que la convocatoria a Asamblea Constituyente no sólo no contribuirá al logro de la paz social en la nación, sino que representa un balde de gasolina echado al fuego de la crisis política desatada desde diciembre de 2015. La paz de los sepulcros será el único resultado previsible del plan de constituyente ejecutado por Nicolás Maduro y su gobierno.

Así como ha quedado escrito en nuestra historia la traición de José Antonio Páez al programa integracionista y antiimperialista de Simón Bolívar; la traición de Guzmán Blanco a los ideales de justicia social enarbolados por Ezequiel Zamora; la traición de Juan Vicente Gómez al programa nacionalista de Cipriano Castro; la traición de Marcos Pérez Jiménez a la esperanza democrática encarnada en Rómulo Gallegos; y la traición de Rómulo Betancourt a todo el programa de revolución democrática, nacionalista y antiimperialista que el pueblo venezolano había levantado desde 1928; ahora se incorpora la traición de Nicolás Maduro al programa socialista y revolucionario de Hugo Chávez. Pero en nuestra historia, a cada traición ha sucedido una revolución. El pueblo espera pacientemente su hora para ajustar cuentas con los traidores y comenzar de nuevo un impulso revolucionario que conquiste de manera definitiva la soberanía nacional y el bienestar popular por el cual somos un pueblo insurrecto desde hace más de 200 años.

Maracaibo, Tierra del Sol Amada. 3 de julio de 2017.

 

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[i] Se denominaba en realidad "Junta de Gobierno" desde el nombramiento de Germán Suárez Flamerich como presidente de la Junta, luego del asesinato de Carlos Delgado Chalbaud el 13 de noviembre de 1950. Pero en los hechos seguía siendo una junta militar bajo la influencia decisiva de Marcos Pérez Jiménez.

[ii] En septiembre del presente año iniciaremos en Maracaibo el Seminario "La lucha armada en el Oriente de Venezuela 1965-1990", en el cual tendremos oportunidad de profundizar el debate sobre las características del proceso de lucha armada, sus principales errores y sus virtudes, y cómo facilitó la hegemonía bipartidista durante 40 años en Venezuela.

[iii] Recomendamos ampliamente la consulta de la obra de la historiadora Elia Oliveros: La lucha social y la lucha armada en Venezuela, Editorial El Perro y la Rana, Ministerio de la Cultura, Caracas, 2012. Constituye el principal estudio cronológico y estadístico sobre el proceso de lucha armada en Venezuela.



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Roberto López Sánchez

Roberto López Sánchez (Caracas, 1958). Profesor Titular de la Universidad del Zulia (LUZ) con ingreso en 1994. Licenciado en Educación (LUZ, 1994). Magister en Historia (LUZ, 2005) y Doctor en Ciencias Políticas (LUZ, 2013). Actualmente dicta 6 materias en la Licenciatura de Antropología en LUZ: Historia de América; Historia de Venezuela; Intercambios Económicos; Poder y Movimientos Sociales; Culturas Afroamericanas; y Modo de Vida e Identidad Nacional. Ha dictado seminarios a nivel doctoral y nivel maestría en universidades venezolanas; y seminarios de Historia de Venezuela en universidades de Chile y España. Actualmente coordina la Unidad Académica de Antropología. Ha dirigido proyectos de investigación a través del CONDES-LUZ, y CLACSO. Línea de investigación: estudio de los movimientos sociales. Ha publicado más de 50 trabajos científicos. @cruzcarrillo09

 @cruzcarrillo09

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