"La iniciativa de convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente podrán tomarla el Presidente o Presidenta de la República en Consejo de Ministros; la Asamblea Nacional, mediante acuerdo de las dos terceras partes de sus integrantes; los Concejos Municipales en cabildo, mediante el voto de las dos terceras partes de los mismos; o el quince por ciento de los electores inscritos y electoras inscritas en el Registro Civil y Electoral".
(Artículo 348 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela)
La iniciativa del Presidente de la República Nicolás Maduro de convocar al pueblo venezolano a una Asamblea Nacional Constituyente a realizarse el domingo 30 de julio, es un proceso irreversible que surgió como respuesta a la agenda de violencia impuesta por la MUD en nuestro país, con un saldo que ya supera el centenar de muertos.
Los episodios que han envuelto a la sociedad venezolana desde la llegada del gobierno revolucionario del Comandante Chávez al poder en diciembre de 1998, han generado las más variadas reacciones en todos los órdenes de la vida nacional y han mostrado las garras de la oligarquía criolla, siempre tutelada por el imperio norteamericano.
Los más variados y sofisticados mecanismos de guerra han sido instrumentados contra el Estado y el pueblo venezolano por parte de la oligarquía, la cual al ser desplazada del poder perdió su control para seguir usurpando y robando las riquezas de nuestro suelo.
Esta clase burguesa al ver mermado su beneficio junto al del stabliment imperial, al cual siempre han servido como lacayos, hoy han reaccionado de manera furibunda y obviando el diálogo y toda forma de conducta democrática se han colocado al margen de la Ley, junto a sus mercenarios que violan la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, a la cual dicen respetar.
Sus componendas y artimañas planificadas en teatros de operaciones y laboratorios por sus mecenas en Washington, Miami, Madrid y Bogotá, se han encontrado con un muro infranqueable en el gobierno y con el pueblo venezolano, quien inspirado en sus gestas históricas y en sus líderes independistas como Bolívar, Miranda, Sucre y Urdaneta, se ha resistido y aferrado a su Revolución.
Las más disimiles estrategias se han empleado para crear un ambiente posible de convivencia en el marco de la revolución pacífica, democrática y participativa pero la oposición se ha opuesto a ello.
Las reglas del juego no han sido respetadas. La oposición venezolana representada por la MUD ha jugado sucio y con cartas marcadas, para acabar con la Revolución a la cual nunca ha reconocido, porque siempre ha sido alentada por el imperio para trasgredir las reglas, con su puñalada trapera y reincidente golpismo.
La historia ya es conocida por los venezolanos. La oposición desgastada y violenta recoge las banderas y echa el resto para avivar su sueño de volver al poder, luego de mostrar sus garras del fascismo y de violencia; incluso en contra de sus propios seguidores y partidarios, quienes han sido los más afectados por las guarimbas.
En un acto de cinismo extremo la oposición, quien siempre ha querido engañar con sus dos caras de legalidad y violencia, se convirtió en un fraude conocido por todos los venezolanos y en el exterior, al fabricar sus propias derrotas.
Su argumento de falsos demócratas, les quita la careta y los muestra desnudos ante el mundo, donde ya dan pena ajena por sus recurrentes fracasos (OEA, la ONU, etc.) . Sus líderes son tan falsos y tan chabacanos que ya no encuentran excusas en el Norte, para cobrar sus dólares de traición y cobardía.
Ante su desesperada miseria humana, hoy acuden al expediente de sus mercenarios y traidores internos para corroer por dentro la Revolución. En su último pataleo de ahogado (con La Fiscal) llaman a sus aliados miserables, como traidores y acuden a sus padrinos, quienes apuestan a su burla con una ópera bufa que ya no tiene auditorio.
Al margen de la Ley y la Constitución del 99, la oposición que ha engañado a sus seguidores con falsas expectativas de libertad y democracia, al despreciar los valores y venderse al mejor postor, ha negado el amor por la Patria y su identidad como Nación; ya no les queda sino escapar como ratas que huyen de un barco ante la menor tempestad.
Ha llegado la hora de la verdad. Recurrir al margen de la Constitución al expediente de un plebiscito, es asomar el arma de los dictadores y de los sátrapas o como el traidor, quien se quita la careta del falso demócrata, porque siempre lo ha sido.
No hay excusas ni argumentos para negarse a jugar las reglas de juego de democracia participativa y protagónica que se dio el pueblo venezolano. La Constituyente es un recurso constitucional y superior para reconocer la Revolución Bolivariana y su estado de derecho, establecido desde el año 1999 con la llegada del Comandante Hugo Chávez Frías.
Chávez lo dijo "con la Constitución todo y fuera de ella nada". Para los opositores renegados es bueno recordarles que están jugando con fuego y apoyar la violencia, es ubicarse al margen de la Ley.
La Constitución de la República Bolivariana dice en su Disposición Final, Única: "Esta Constitución entrará en vigencia el mismo día de su publicación en la Gaceta Oficial de la República de Venezuela, después de su aprobación por el pueblo mediante referendo".
Hugo Chávez nos recuerda: "Hoy tenemos Patria, y pase lo que pase, en cualquier circunstancia, seguiremos teniendo Patria. "Patria perpetua" dijo Borges. Patria para siempre, patria para nuestros hijos, Patria para nuestras hijas"...patria, patria, patria".
¡Amanecerá y veremos!