A Chávez lo asesinaron, no importa que la tal comisión secreta de investigación no haya dado aún su veredicto, y sabemos que nunca lo hará, es una farsa más, como aquella de los billetes de cien, igual a la constituyente, es una más de esas mentiras fabricadas por el gobierno para atrapar tontos, que lamentablemente abundan.
A los grandes hombres se les asesina muchas veces, una sola no es suficiente. Quién puede dudar que a Cristo, por ejemplo, lo crucifican cada día los que dicen ser sus partidarios y viven como caifás. Quién duda que a Bolívar lo asesinan cada día en estos países que son fragmentos de su Gran Colombia.
A Chávez lo vuelven a asesinar frente a nuestras ignorantes narices, lo borran, lo transforman en un "nochavez" y ninguno de los dirigentes hace nada; al contrario, colaboran con el sepulturero, echan paladas de infamia sobre su tumba.
Pero así como los asesinan, ellos, los grandes líderes, renacen cada mañana con el sol. Cristo vive después de dos milenios, no en las sotanas de los herederos del sanedrín, sino en los corazones de los hombres piadosos, en los revolucionarios, en el amor de las madres que dan su vida por sus hijos y mantienen viva la ley suprema del cristianismo, del Socialismo: amarse los unos a los otros. Bolívar renace vigoroso en el internacionalismo del Che, de Fidel, de los médicos cubanos, de Carlos Aponte, de Alí Gómez, de Montoto.
Chávez renace cada día en la esperanza de los millones que creyeron en su mensaje y lo guardan, lo defienden, mientras esperan al que habrá de hacerlo realidad. Saben, sienten, que una madrugada alguien levantará las banderas chavistas que hoy se refugian en lo profundo del corazón de los humildes, y ese día amanecerá con más luz que nunca, todos se verán la cara y con una sonrisa sabrán que comenzó una nueva era, que Chávez volvió, que no pudieron sepultarlo.
Hoy la batalla principal se realiza en torno al recuerdo de Chávez, a su legado. Los capitalistas del gobierno intentan deformarlo, los capitalistas de oposición intentan aniquilarlo totalmente; ellos, los dos, forman el polo capitalista. Es necesario reforzar el otro polo, al Socialismo, al Chavismo auténtico, construir la verdadera polarización, la del Socialismo enfrentado al capitalismo, ese es el dilema, no hay forma de escapar: o se es Socialista o, inevitablemente, se es capitalista.
Hoy, es más necesaria que nunca la teoría revolucionaria, sin esta las masas y la vanguardia son fácil presa del engaño. Es necesario participar con fuerza en la batalla de ideas, superar la mediocridad de una discusión que no avanza del ataque personal, del chisme, sin argumento, sin sentido más allá del desprestigio personal, que no educa a las masas. No podemos dejar la política en manos del circo de gobierno y oposición que, tal como en una telenovela, un reality show, distraen pero no enseñan.
Es necesario superar la ignorancia que es la base de la entrega, de la derrota de todas las revoluciones, ya lo dijo Bolívar. Esa batalla es la principal en este momento, la lucha contra la ignorancia de las raíces de la dominación capitalista. Es necesario explicar con paciencia, estudiar con enjundia, discutir con fundamentos, con argumentos; sólo una masa culta, formada ideológicamente podrá sortear los embates manipuladores de las derechas capitalista, la de adentro del gobierno, las de afuera y las que plantean salidas distintas al Socialismo con la excusa de romper la falsa polarización.
Sería bueno empezar por discutir el Plan de la Patria, compararlo con la acción del gobierno, sería bueno discutir la Constitución de Chávez, su preámbulo, entender por qué Chávez la tenía como guía, y cuáles serán las razones que pueden justificar liquidarla.
