Para ti que crees que la Asamblea Nacional Constituyente es asunto de chavistas o que no va a resolver nada, resumo dos aspectos cruciales para nuestro país, para todos nosotros, que develan los intereses que están detrás de la oposición tan violenta a su realización. Y lo hago porque hoy más que nunca es importantísimo que asumamos nuestro poder, que impidamos que Venezuela caiga en las garras del imperio estadounidense, que elijamos voceros que canalicen nuestras inquietudes y propuestas.
Nuestra Patria ha sido objeto de agresiones continuas desde que el sistema capitalista comenzó a ser y a requerir más recursos para expandirse y continuar siendo. Condición agravada a partir de 1998, recientemente justificada en que nuestra "situación representa una amenaza para la seguridad interna y la política exterior de Estados Unidos". Preguntemos entonces ¿Cuál situación? ¿Nuestro modelo bolivariano, antiimperialista, soberano? ¿El control sobre los recursos petroleros? Si y si.
El poder estadounidense no entiende de poder originario, no cree en democracia participativa y no tolera voces disonantes. De allí que en las Propuestas Programáticas presentadas por los cipayos de la MUD al país en 2010 se ignoren prácticamente los Principios Fundamentales de la Constitución del 99 que sus dirigentes hoy dicen defender.
Se omite todo lo que atenta contra el modelo neoliberal: que Venezuela es irrevocablemente libre e independiente; que la libertad, la soberanía, la inmunidad, la integridad territorial y la autodeterminación nacional son derechos irrenunciables de nuestra Nación; que la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo; que los órganos del Estado emanan de la soberanía popular y a ella están sometidos, etc. Solo se rescatan: la definición de la República Bolivariana de Venezuela como un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia y, aunque parezca un chiste, la preeminencia de los derechos humanos.
El tratamiento al sector petrolero – minero sigue la misma filosofía. Los dirigentes de la MUD callan ante los intentos del gran capital por controlar la riqueza petrolera mundial: las "intervenciones" en los países petroleros, la adopción irresponsable de peligrosas técnicas de fracturación, los intentos de destruir la OPEP, la manipulación de los precios del petróleo, etc.
Y en el Programa de Gobierno, firmado por todos y asumido por Capriles en 2012, proponen incrementar la participación privada nacional e internacional en las distintas etapas de la actividad petrolera, independizar a PDVSA del Ejecutivo, gerenciarla con criterios estrictamente empresariales para garantizar su competitividad, etc. En síntesis, pretenden administrar recursos pertenecientes a todos los venezolanos en favor de un reducido grupo de socios, proveedores y tecnócratas, foráneos y locales.
La Constituyente Va y Venceremos