En honor a la verdad, a veces no entiendo con cuanta ligereza se habla de Venezuela. Para algunos gobernantes “Venezuela es un país narcotraficante” es como si la gran mayoría de los que aquí habitamos fuésemos narcos. Otros dicen “Hay que sancionar a Venezuela”, como si los humildes pobladores tuviesen el control del Poder. “Venezuela es el País más corrupto del continente”, como si todos los venezolanos tuviésemos control de las finanzas públicas. No dejamos de ser noticia en el mundo entero ni dejaremos de serlo ya que la diatriba política recrudece con una impresionante cuota de muertos y heridos.
En oportunidades nos sentimos como “un rebaño de ciegos, guiados por un ciego que camina a tientas con su lacayo” (Donoso Cortés). Lo cierto es que quemados los cartuchos del 16 y 30 de Julio, los sectores polarizados se preparan para nuevos enfrentamientos con el agravante de que ahora ya no estamos sumergidos en la polarización de dos factores (Gobierno y MUD), ahora entra en juego abierto la política extraterritorial dirigida por el Departamento de Estado de los Estados Unidos. Desde allí se abre un abanico de acciones que se tomarán contra Venezuela y pudieran ir desde el bloqueo económico-comercial, pasando por sanciones a Petrocaribe, con lo cual asestarían un duro golpe a la esmirriada economía cubana y obligarían a poner de rodillas a países que se han negado a apoyar a Almagro en su solicitud de aplicar la Carta democrática a Venezuela.
También comenzaría el gobierno americano a disminuir paulatinamente sus compras de crudo a nuestro País, con lo cual golpea económicamente a las empresas refinadoras norteamericanas (20 en total) y trasladarían costos a los consumidores gringos. Las sanciones están en la mesa tanto del Senado norteamericano y contará con el placet del Presidente Trump, lo cual forma parte de una estrategia geopolítica de sancionar a países que les son molestos, es así como comenzaron con Rusia, Irán y Corea del Norte cuando de 100 Senadores, 98 aprobaron un proyecto de ley con nuevas sanciones dirigidas contra el sector energético y financiero de Rusia por considerarlos “sospechosos” de lanzar ciberataques, además de que algunas empresas (Engie, OMV, Shell, Uniper y Winstershall) a finales de Abril firmaron acuerdos con la rusa Gasprom para financiar el 50% de la infraestructura valorada en 9.500MM de euros, además de proveer armas a Damasco. Y cual fue la respuesta de Putin, “Se trata de intentos descarados de utilizar sus ventajas geopolíticas en una lucha competitiva para asegurar sus intereses económicos por cuenta de sus aliados”.
Ya Irán había enfrentado sanciones sólo que las supieron enfrentar y el pueblo iraní ni siquiera fue golpeado habida cuenta de que contaba con unas reservas que superaban los 300 millardos de dólares, no tenían deuda externa que cancelar y sus mercados estaban garantizados, además de contar con un 70% de autosuficiencia alimentaria y Rusia con reservas de 600 millardos y se propone en 5 años tener 100% de autosuficiencia alimentaria. La realidad de Venezuela es exactamente opuesta, con menos de 10.000 MM$, de los cuales poco más de 8.000 son reservas en oro, 1.500 MM$ en derechos especiales de giro y otro tanto (muy poco) en dólares efectivo, además, dada la crisis estructural nos encontramos en lo que los economistas llaman “La tormenta Perfecta”, con el aparato productivo que aún no logra arrancar, con la inflación más alta del mundo.
Todo esto nos hace pensar que las sanciones contra Venezuela se convertirán en una verdadera catástrofe nacional ya que la hambruna será general. De practicarse un embargo no pudiera el gobierno cancelar los intereses de deuda lo que provocaría la ira de los bufetes de las transnacionales y procederían los embargos a activos de empresas públicas los cuales pudieran llegar a PDVSA y obviamente a Citgo, para lo cual Putin ha sido alertado porque tienes intereses allí. La hecatombe en nuestras narices. Ya los argentinos pasaron por esto y el avión presidencial no podía viajar a Europa para evitar un embargo. La furia de las sanciones que impondrán a Venezuela irá en relación directa a las posturas que adopte la ANC, si son rudas, fuertes serán las sanciones. Si dosifican sus posturas, menos dolorosas serán.
Ahora bien, si la base popular depende de una caja o una tarjeta para alimentarse y los sectores medios agolpados en los supermercados sufren para adquirir alimentos cada vez más costosos, que será de este pueblo, humildes moradores, que nada tenemos que ver con narcotráfico, ni corrupción, ni decisiones gubernamentales, seremos entonces, sin duda alguna quienes pagaremos los platos que otros rompieron, lo cual no es justo, pero es más, la gran mayoría de los venezolanos quisimos evitar que los platos se rompieran, pero, nos ha sido negado el acceso a la gama de soluciones que tiene Venezuela, sin embargo, los pendejos llevamos la cruz hasta la tumba. Esos platos que vos rompisteis lo pagaremos muy caro.