Si revisamos la historia veremos que con frecuencia a un intento revolucionario, socialista, sobreviene una restauración dictatorial. Sólo así pueden controlar el espíritu libertario insuflado en el alma popular por el ensayo revolucionario. La fuerza de la represión dictatorial depende de la calidad del ensayo revolucionario. Así como alguien dijo que cada revolución era su propio modelo, que cada revolución era inédita, se puede decir que cada restauración es su propio modelo, que es inédita. Veamos.
Aquí en Venezuela estamos en desarrollo acelerado de un proceso de restauración que ya entra en la fase de demolición de la economía de propiedad social y el establecimiento de las condiciones para una fuerte represión, el fracaso del intento de transición populista y la entrega de la riqueza nacional al capital trasnacional. La ola represiva se prepara previamente ahogando la capacidad de denuncia, de alerta de juzgamiento; así se explica que ya no hay poder público que sea capaz de alertar violaciones, se ha neutralizado al tsj, a la fiscalía, al defensor del pueblo, al cne, y próximamente la asamblea, tal como lo amenaza Pedro Carreño.
La represión que comenzó con aquel olp que se presentó como un operativo contra la delincuencia, ya se transformó en brigadas de la operación "tun tun", en persecución a los alcaldes, que por ahora nadie reclama; piensan "al fin y al cabo son de la mud", no se percatan que sientan un precedente para lo que viene mañana: el gobierno arremeterá contra las opiniones que develen sus marramucias, sus trampas teóricas, el gobierno no tolerará el brillo de los soles, sólo satélites, aves de vuelo bajo. La mediocridad es el signo de estos tiempos, es el requerimiento del capitalismo que viene.
El capitalismo intenta recomponer el pacto de Punto Fijo, eso que ellos llaman democracia, pero le es difícil, el agua derramada en la pugna de los bandos parece no tener retorno. Además el gobierno es muy torpe para tender puentes a la derecha opositora, toda maniobra de acercamiento es dinamitada a los pocos minutos. El pacto tendría como premisa aceptar la inevitable represión brutal de la disidencia.
Todavía se ven reliquias del pasado revolucionario, el gobierno sin la menor vergüenza se dice marxista-leninista, pero los capitalistas saben que eso no pasa de ser un fanfarronada, no activa ninguna alarma, al contrario, es tomado como un chiste. El Comandante Chávez se va olvidando, sólo queda la imagen de la conveniencia. Al Cuartel van poco, les atormenta la culpa, la atmósfera de la cercanía de Chávez los acusa.
Vienen días muy interesantes, asistimos a una de las transformaciones más drásticas de la historia: un día, los dirigentes socialistas, chavistas, amanecieron convertidos en capitalistas, no sabemos hasta dónde llegarán, qué serán capaces de hacer. Puede ser que el camino que falta hacia la instalación definitiva del capitalismo lo transite el madurismo, para eso luchan, pero puede ser que el capitalismo no les perdone su tufito a chavismo, puede ser que no tengan la requerida inteligencia, entonces, otros ¿la mud, un militar? terminará el trabajo de restauración.
Triste papel la de estos restauradores, pero más triste es el de los que restauran por omisión, los llamados a protestar, a disentir y callan.
Y así, entre todos, preparamos el camino al horror.