Desconocemos sí Donald Trump ha calificado a Nicolás Maduro Moros de "bad boy", de "naughty boy" o de "nasty boy". Esas tres calificaciones tienen diferentes acepciones según el contexto, la intención y, claro, el mensaje al que se le desea intencionar, dirigir. Es, en ese sentido, que, una vez se analice el contexto, la frase, la intensidad de la voz y el lenguaje corporal, en considerando que Trump es un empresario, podríamos avizorar (hint) por donde vienen los tiros.
La verdad, camaritas, que Donald Trump no es un advenedizo en la Política norteamericana sí recordamos que la esposa de Richard Nixon, según la leyenda, habría avizorado que Donald Trump sería Presidente de los EEUU de América por aquellos añejos años de los 70. Nada es casual en la Política yanqui como le gusta calificarlos a José Vicente Rangel Vale. Como tampoco es casual la elección del primer afro-americano soportado por "la Compañía" (ahora feliz por la elección de uno de sus miembros a la Academia Nacional de la Historia). Elección nada casual, la elección del "ciudadano de Chicago", cooperante en los "bajos fondos" de los invisibilizados afro-americanos y "latinos", como nada casual que sea "el padre" de la "nueva política Obama" (JVR dixit) ni casual que haya emitido la "orden ejecutiva"; es decir, que todo en "América", como les gusta calificar a los EEUU de América, el Reino de los Borbones españoles; la "América" que está perfectamente calculada según las serias estadísticas que han pululado desde las realidades de los "Padres Fundadores".
Es decir, Donald Tump es la consecuencia, lógica y necesaria, de los perfiles sicológicos que se le aplicaron a los "veteranos" ("vets") que regresaron de Vietnam y, en las actuales circunstancias, a los regresados de los "paraísos traumáticos" de Afganistán e Iraq. En caso que tengan sus aprensiones, entonces, simplemente, analicen a cada uno de los miembros del Gabinete de Trump para poder comprobar que en sus inconscientes están presente aquello de "la raza perfecta", el "american way of life", lo antropológico-anti-natura, el fanatismo religioso y, por supuesto, el liberalismo del siglo XIX.
Entrémosle al trapo a ver como lo toreamos en estas lides en continuas amenazas.
El Pentágono debería sopesar sus relaciones reales con la República Bolivariana de Venezuela porque se vienen comportando como la oposición venezolana. La Política es muy seria como dejarla en manos de los "terroristas" aún y cuando sean "carne de cañón" por que lo que está sobre la mesa es mucho más que el control fáctico por las armas y el control gubernamental, a través de la praxis, de una dictadura, de Venezuela porque Venezuela, señores del Pentágono, no es Chile, ni Perú, mucho menos Argentina ni Uruguay y Paraguay. Nos comprendemos, absolutamente, la realidad en curso en Brasil cuando, seriamente, analizamos las razones de Estado que son suscritas tanto por la oligarquía brasileña como por sus fuerzas armadas brasileñas. Comprendemos que la contradicción fundamental de Brasil no es Venezuela ni Argentina sino son los EEUU de América y que las políticas tanto del "líder obrero" como de la "guerrillera corajuda" no entran dentro de los históricos objetivos de Monroe y su Doctrina en referencia al "patio trasero" para todo el continente americano. Es decir, "el camarada" Temer más que un dictador real es una marioneta necesaria en el marco de esos objetivos de Estado de la República do Brasil y es, en ese marco, que es de necesaria obligación para Brasil entrar en esa brutal competencia global-comercial que representan tanto China como la India sí desea convertirse en un referente conductor para Suramérica.
El problema de Venezuela para el Pentágono no es solamente el petróleo, el oro, la bauxita, el hierro, el gas, el fósforo, el coltán, el agua, las tierras, las costas y todo lo demás; el problema de Venezuela para el Pentágono es su objetiva realidad geográfica, sí y solo sí, si le entramos al trapo del análisis geo-estratégico (por ahí hay un ministro que es geógrafo quien, seguramente, ya ha expuesto esas razones geográficas y sus importancias geopolíticas). Es un interesante y muy comprometido y complejo problema geográfico que no tienen ni Colombia ni Brasil, por obvias razones.
Venezuela es la puerta de entrada y salida de América desde sus costas sobre el Caribe hasta la Patagonia; Venezuela es la "hermana mayor", por Caribe, de todos los pueblos y sociedades de los habitantes de todas y cada una de las islas que son bañadas por las aguas del Caribe; Venezuela está hermanada con todos y cada uno de los países de Centroamérica desde tiempos pretéritos; Venezuela es ejemplo de respeto y solidaridad.
Esa realidad geográfica es fundamental para la "seguridad del Estado norteamericano", una brutal realidad por su objetiva objetividad conceptual geo-militar. Es una verdad bien conocida por el Pentágono como el Pentágono conoce, "a pies juntillas", como si lo experimentó en tiempos pretéritos. Es una verdad que significó que los presidentes fundamentales de la 4ta. República, don Rómulo Betancourt, Rafael Caldera Rodríguez y Raúl Leoni, independientemente de factores contra-nacionales en lo fundamental-histórico, se aliaran con el Pentágono durante la década de los años 60 para desarrollar una política anti-comunista en el marco de la realidad significativa de la "Guerra Fría", praxis que significó la creación y concreción de "la escuela anti-comunista-militar" para el resto de la América Latina, Nuestra América. Pero, en estos tiempos actuales, los paradigmas que significan el "anti-comunismo" no es una razón de ser para desarrollar políticas represivas como aquellas en referencia más arriba y es, en el marco de ese contexto político-social, que no podemos comparar ambas circunstancias históricas.
¿Por qué?
No solo son tiempos históricos profundamente diferentes en tanto y cuanto consideramos el desarrollo tanto del sistema capitalista mundial, su referencia para la Región americana, cuales han impulsado a sociedades americanas a ser más libres, por ser y comportarse, comparativamente, con aquellas referentes más arriba, son sociedades diferentes a pesar de la imperativa e impuesta por inducida alienación ideológica significada en el "mayamerismo" ante el cual no se ha escapado ninguna sociedad de ningún país del continente americano incluidos, a título de muestra, los actuales migrantes centroamericanos marchando hacia el "Paraíso perdido y rescatado bíblicamente" como lo fue así considerado por los "Padres Fundadores".
Los países no anglo-sajones, ante esas realidades históricas, se han visto impactados por una muy interesante realidad objetiva cuando sus inconscientes (subconsciente) colectivos se han convertido en "conscientes históricos" con lo cual, en considerando ese propio desarrollo del capitalismo, los pueblos americanos, incluidos los denominados como "american natives", han y están expresando sus propias formas de organización, de pensares y religiones históricas, en sus comportamientos e íntimas relaciones con la Pacha Mama, con el Otro como también con el imperio-imperialismo norteamericano. Tremendo escenario digno de análisis.
América no es Europa y ello debe ser, seriamente, considerado por el Pentágono. Nuestras historias para nada son ni similares a aquellas historias que han transitado por los verdes campos europeos como tampoco las conformaciones sociales son ni siquiera similares. Reiteramos, el Pentágono debería analizar, seriamente, esas importantes variables. Acá, en América, la religión judeo-crisitana llegó muy tarde, se la impuso a "sangre y fuego" como en China, a título de muestra, entre otras expresiones religiosas, la Inquisición y el KKK americanas; la política colonial llegó imponiéndose según las diferentes conformaciones antropológico-sociales en sus conformaciones sociológicas, bien verticales, bien horizontales.
Las Independencias americanas, incluyendo la estadounidense, no son ni de cerquita parecidas a los procesos militar-invasivos que se desarrollaron en aquella histórica Europa, desde los tiempos del Imperio Romano. Las realidades antropológicas adobadas por nuestras propias y autóctonas teologías solamente tienen cabida en el inconsciente colectivo originario-americano frente a las impuestas teologías europeas. Ello debe ser de seria consideración por y para el Pentágono.
Acá, en América, no cabe el fascismo, el nazismo y mucho menos, el franquismo independientemente de los "cantos de sirena" que salen desde Madrid hacia Washington y una prueba de ello son las antagónicas, por diferentes diseños, de las políticas que se han discutido en Washington hacia las realidades en Cuba.
El Pentágono debería analizar, reflexionar pero, fundamentalmente, conversar con expertos sobre esos temas. Por cierto, curiosamente, la organización Rand, organización con sólidos lazos con el Pentágono, aún no ha expresado y expuesto sus sólidas opiniones y análisis geopolíticos y geo-estratégicos sobre el escenario en discusión, probablemente, porque desconocen con quien conversar, claro, seriamente.
Donald Trump ha amenazado a Venezuela. Donald Trump ha amenazado a Corea del Norte (República Popular Democrática de Corea). Donald Trump ha amenazado a China (República Popular China) por sus políticas "fuera de costa en territorio históricamente chino". Donald Trump ha amenazado con combatir, frontalmente, el consumo, tráfico y "negocio" de los opiáceos en la sociedad norteamericana que ocasiona más de 60 personas muertas, por sobredosis, diariamente. Toda una tragedia nacional norteamericana. Donald Trumpo se ha confrontado con la Comunidad Europea y la OTAN. Donald Trump impulsa sanciones políticas contra Rusia y contra Irán. Donald Trump aún desconoce cómo manejar tres realidades: Afganistán, Iraq y Siria. En fin, Donald Trump, sencillamente, está desarrollando la "nueva política Obama" (JVR dixit). AH!, Donald Trump ha expresado, voz en cuello, que usará armas nucleares.
Cualquier análisis militar llega a la conclusión que las oraciones expresadas por el Presidente Donald Trump implican, más bien, significan, una sobredimensión voluntarista, en teoría de políticas aspiradas, de un escenario no realista. Pura buena voluntad imperial.
Ni China es la China del siglo XIX y XX; ni Rusia es la Rusia post-estalinista ni post-Afganistán; ni Japón es aquel de la post-guerra cuando realizó su correspondiente kow-tow que hasta le impusieron una constitución; ni la India es aquella de Mountbatten como tampoco es ni significa la "unidad sociológica" que tiene, históricamente, la China; como tampoco el Pentágono debería olvidar que los sikhs fueron aquellos policías represores bajo el mando británico quienes durante aquellos tiempos de los "Tratados Desiguales" fueron imagen del colonialismo asesino.
El Pentágono deberá aceptar, seriamente, que los EEUU de América están inmersos en una profunda crisis social, política, económica e ideológica. El Pentágono deberá aceptar que las tesis electorales propuestas por Donald Trump durante su campaña presidencial no solo no han sido aceptadas por la sociedad norteamericana, en su gran mayoría, sino que, actualmente, están siendo confrontadas y ello, junto con el consumo de estupefacientes, sean ellos naturales, sean ellos fármacos, no le permiten, a la lógica del Pentágono, lograr alcanzar una conformación de unidad nacional-social ("Your country needs you") cual conjuntamente con las tradicionales políticas anti-guerreristas de la sociedad norteamericana, no ayudarían, en sus praxis, en el marco referente de esas tesis, aquellas contenidas tanto en la "nueva política Obama" (JVR dixit), como tampoco justificarían una decisión político-militar en referencia y justificación en la de calificar a Venezuela como "…una amenaza para la sociedad norteamericana…". Absurdo de toda absurdidad.
El Pentágono deberá objetivar sus intereses específicos sobre Venezuela ante el anterior análisis propuesto. El Pentágono tendrá que reflexionar sobre sus propias fortalezas pero más sobre sus interesantes debilidades porque una guerra no se gana con barcos, finanzas, armas nucleares, etc., sino con personas y con la organización de las sociedades para y ante esas realidades bélicas. Es evidente que Mao Zedong lo comprendió; como Hugo Rafael Chávez Frías lo implementó; como Nicolás Maduro Moros lo está poniendo en praxis cotidiana. Es decir, el diálogo permanente como, reiteradamente, lo expresa José Vicente Rangel Vale y, señores del Pentágono, olvídense de la oposición venezolana y "no sean tontos útiles".
Como dice Diosdado Cabello Rondón: "…vénganse para acá que los vamos a respetar, a escuchar…".
UNIDAD, LUCHA, BATALLA, VICTORIA.