Adelantó el gobierno y el CNE para octubre las elecciones regionales. A la hora de esta entrega no se sabe la fecha exacta ni cuándo ni dónde. Piensan erróneamente que crearán desconcierto y dispersión en una oposición que ellos mismos han inflado. Matan las creaciones electorales de Chávez. Son torpes hasta que ya no se puede más. Si las elecciones van tal cual como están pautadas en octubre, la revolución saldrá decapitada. Y fíjense porqué. Las candidaturas son exclusivamente maduristas. Entiéndase por Madurismo un sector muy pequeño de la revolución pero con mucho poder de gobierno, y no de pueblo. Un férreo alcance absolutista sale avante en las escogencias de los candidatos. Ni una elección previa. Ni una escogencia consensuada. Toda una mandarria sectaria y excluyente. Allí está la primera manera de correr votantes. El candidato de Bolívar, lo puso el actual gobernador de un trastazo. Se dio cuenta el desprotegido, que no tiene ninguna posibilidad de seguir sus locuras en esa entidad. En Falcón, menos mal que el montillismo se replegó porque si no la paliza hubiera sido descomunal. Hay por eso hoy alguna esperanza en un joven con posibles, pero cuestas arriba posibilidades de triunfo. Ya en La Guaira nadie da medio por Carneiro. En Aragua hasta dividida la escualidez gana, según dicen por allá. Carabobo desluce en economía degradante y ni que Lacava se quite lo que se quite tiene chance. En Zulia Llora Arias porque al parecer, todo está perdido. En Anzoátegui Aristóbulo no le gana ni al fantasma del Paseo Colon. La verdad es que en todos los estados donde sacaron los gobernadores electos hace 5 años, no hay vida, y pongan a quien pongan raspada está la revolución. Ya las cuentas están sacadas en contra, porque en Los Andes, nada que buscar. Fue un horrendo error estratégico de la revolución. En Monagas ya ni Diosdado, oriundo de esos lares, nada por allá tiene que ver. Y la revolución no podrá con una verdad tajante que en octubre le estallará en la cara. Perderemos un pocotón de gobernaciones y esa realidad ya es incontrastable. Y la economía deteriorada de los pueblos es el peor enemigo en cualquier ideología política que se sostenga. Piensan de los más razonables compatriotas adeptos a la revolución, que perderemos hasta 15 gobernaciones. Así que mano, a prepararse para una larga lucha donde paracaidistas de inicuo terreno y seudorevolucionarios rojos de largos ambages podrán advertir a trastienda y sin querer, el camino que nunca la revolución debió haber tomado.
