Tantico así

El pueblo trabajador venezolano trabaja duro, muy duro para enriquecer a la burguesía venezolana y trasnacional que en Venezuela no produce nada, y vive además, de acaparar el rentismo, petrolero, sus beneficios colaterales, incluido el usufructo de las divisas preferenciales, bachaqueo, contrabando, especulación, inflación, dólar today, devaluación del bolívar. Participación en empresas mixtas, mecanismo para privatizar empresas, que por seguridad nacional, independencia y soberanía, en teoría, le pertenecen a todos los venezolanos y venezolanas. En todo, los beneficios de la economía política van a parar en los bolsillos del parasitismo burgués, más allá del voluntarismo administrativo del gobierno, y de la Asamblea Nacional Constituyente.

En esa lógica de protección de los intocables intereses de la burguesía, caben para el juego del lenguaje, tan estimados para el positivismo lógico de Ludwig Wittgenstein, las categorías de refundación, relanzamiento, humanización, y cualquier otra etiqueta verbalizante, de las novísimas corrientes de la misma filosofía burguesa, sin que se cambie el Estado burgués, que solo puede ser cambiado por la clase obrera, después de un largo proceso de acumulación de fuerzas, con una consecuente correlación a su favor, para edificar el Estado Obrero.

Tantico así tienen que comenzar a tocarse los intereses de la burguesía parásita que está detrás de todas las maniobras del imperialismo para poner de rodillas al pueblo trabajador venezolano y a la clase obrera; Los cambios tienen que darse en la base económica, es decir los cambios tienen que ser históricos realmente. Al respecto en los últimos 2 años se ha producido un cambio histórico a favor de la burguesía parásita y trasnacional, a través de la liberación de precios que se ha aplicado de manera impune en contra de las grandes mayorías que tienen que vender o alquilar su fuerza de trabajo para sobrevivir. Este descomunal despojo de la clase burguesa sobre el proletariado venezolano es el hecho histórico más significativo en los últimos 50 años en Venezuela, porque a través de ella, los obreros y trabajadores fueron robados en sus ahorros, prestaciones sociales, y sus sueldos, debido a que mediante la devaluación encubierta de nuestro signo monetario, la especulación, y los precios sin control alguno, con esos activos no pueden comprar una nevera, sin poder siquiera soñar con comprar un carro, ni mucha menos una casa para vivir. Este descalabro representa un retroceso de medio siglo por lo menos en la calidad de vida de la clase obrera nacional, que hoy es pobre, y cercana a la miseria.

Si la Asamblea Nacional Constituyente pudiese traspasar los límites refundadores y reacomodaticios, que le impone la lógica de la historia capitalista del Estado burgués venezolano, pudiese intentar una tentativa en favor de reparar el daño histórico que ha sufrido estoicamente el pueblo trabajador, y la clase obrera venezolana en esta salvaje golpiza que le ha dado la vieja burguesía, y la de nueva cuño, en el marco de la elevación de la lucha de clases.

Mientras tanto el pueblo trabajador, depositario de la soberanía expresada en el artículo 5 de la CRBV, bien le vendría desempolvar el manifiesto de Cartagena para volver a leer el brillante análisis que Bolívar hace en esa memoria dirigida a los patriotas de la Nueva Granada.



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Eduardo Mármol


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