Anulen el decreto del salario mínimo

Moncho González abrió la página de Aporrea y la noticia le explotó como una bomba molotov en plena cara: "TSJ anula Ley que limita sueldos de altos funcionarios del Estado ". (https://www.aporrea.org/actualidad/n313398.html). Pero el estallido fue más grande cuando abrió el link de la información y leyó lo siguiente: "…La intérprete de la Carta Magna denunció que la norma produjo "una perdida sustancial en la calidad de vida" de los funcionarios a los que afecta".

- ¡Ayayay Maracay! Se dijo, y pensó en voz alta: "Qué dejaran para mí, que gano salario mínimo (Bs. 97.000) y ellos que ganan Bs. 1.170.372 (o sea máximo doce salarios mínimos que establecía La ley), se quejan".

Con la impresión aún reflejada en el arrugado ceño del rostro, llamó a su amigo Pedro Cachamay, le sugirió que leyera la referida información y luego le diera su opinión.

Unos minutos después la queja de Cachamay salía por el teléfono como una piedra que rompía el más duro cristal del silencio de la noche: "Que eliminen el decreto del salario mínimo y le apliquen a los trabajadores que ganan dicho estipendio lo mismo que a los altos funcionarios, es decir "fijarse el salario que estimen acorde a "sus funciones y responsabilidades", "porque lo que es igual no es trampa", y además está la igualdad ante la Ley, y de paso son los trabajadores de a pie quienes más se mojan las rodillas para sobrevivir ante la situación económica que nos ha conducido una guerra, que de paso los Constituyentes aún no han puesto, al parecer, ni un punto o ni una coma para enfrentarla".

- Y además, Moncho, me pregunto: ¿A quién demonio se le ocurre eliminar esta ley en los actuales momentos? ¿Eso no es echarle gasolina al fuego para que regresen las guarimbas? ¿O es qué quieren estropearle la paz de la que goza el gobierno?

- Aunque los funcionarios revolucionarios elegidos por el pueblo a un cargo, si están claros, debieran renunciar a tal pago y dar así el ejemplo a una mayoría que no tiene paz, ni sosiego, ni tranquilidad cuando día a día busca los alimentos y las medicinas a precios justos, terminó diciendo Cachamay.



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Emigdio Malaver

Margariteño. Economista y Comunicación Social. Ha colaborado con diferentes publicaciones venezolanas.

 emalaverg@gmail.com      @Malavermillo

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