Hace poco terminó la Décima Conferencia Anual de Comercio e Inversiones en América Latina, organi zada por la Organización de Estados Americanos (OEA), la Corporación Andina de Fomento y Diálogo Interamericano, con asistencia de diputados estadounidenses, ministros, ex ministros, diplomáticos y académicos latinoamericanos, representantes del FMI, el BID y el Banco Mundial, donde no figuró ningún funcionario venezolano entre los ponentes. Pregunté, y me dicen que los invitan y que no asisten.
¿Y qué hacía yo allá? Pues como este año ha sido de elecciones, ese tema era una especie de preámbulo, y me invitaron para que les hablara sobre las que tendremos en Venezuela el domingo 3D. Como ustedes conocen mis opiniones, no tengo que repetirlas. En resumen, debería mantenerse la proporción en las tres elecciones y referendo donde estuvo en juego Chávez, desde 1998 hasta el 2004, cuando la proporción, puntos más puntos menos, fue de 60-40. Lo escribí aquí, en el mejor caso, Rosales llegará a ese 40%, y también les dije que la única interrogante que había era si él o los candidatos opositores llegaban hasta al final, tales eran las presiones internas, y no sé si también desde aquí se están ejerciendo.
El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, dijo en la apertura que en los últimos 100 años, éste que termina, había sido el mejor políticamente en América Latina, con 13 elecciones y sin que ninguno de los conflictos hubiese tenido soluciones violentas. Por eso resulta contradictorio oír del representante republicano, Jim Kolbe, de EEUU, que el 2005 había sido muy malo para las inversiones extranjeras en la región, pues bajaron a 6,5% del total en el mundo. ¿Cómo explicarlo? Pregunté en mi turno, ¿más democracia, menos inversiones?
Venezuela y Chávez estuvieron rondando los dos días de conferencia. Unos los citaban, otros hacían retratos hablados, otros preguntaban. Hasta el grado de que alguien dijo que Venezuela compraba armas sin que hubiese ningún conflicto, y que había nerviosismo en Brasil, Colombia y Guyana. No sé cómo midió esos nervios, pero la profesora Ana María Sanjuán, después de declarar su pacifismo, dio explicaciones que pienso fueron satisfactorias, pues nadie más se refirió al asunto. Así supieron cómo EEUU tiene una especie de bloqueo a la adquisición de armas y de repuestos para aviones.
El periodista colombiano Silverio Gómez, de Portafolio, publicación de economía y finanzas, me comentaba que muy distinto era en estos escenarios el tratamiento a Chávez, que hace cuatro o cinco años el trato a Chávez era como de loco, inestable, golpista, dictador y que no duraría. Hoy eso EFE
ha cambiado; sin que estén de acuerdo con él, no hay dudas de que lo respetan y Venezuela es una referencia. Por ejemplo, se planteó que hay dos modelos de integración, uno basado en el Alca, y otro de Chávez, basado en la integración energética.
Xavier Becerra, representante del Congreso de EEUU, dijo que desde Washington no se comprende bien lo que ocurre en América Latina. Así es como la crisis mexicana de hoy sólo la ven como una cuestión electoral y es mucho más que eso, y esa visión nos hizo entusiasmar con el triunfo de García en Perú, explicaba.
Coincidieron en que sólo un nuevo gobierno puede cambiar esa óptica. Pero no hay que hacerse ilusiones con las elecciones de la Cámara de Representantes, que será renovada toda, y un tercio de los senadores. Todo parece indicar que los demócratas ganarán espacios en una y otra, pero sin llegar a controlarlas. Los votantes piensan más en sus condados y estados que en la política de Bush, pese a que hoy tiene su más baja aceptación, apenas 32%.
Olvidaba decirles que en un panel estaba Thomas Shannon, el secretario de Estado para Asuntos Hemisféricos, a quien le pregunté sobre las relaciones con Venezuela, si sería clasificada entre los países del eje del mal, y si sería posible verlo pronto en la Cancillería venezolana, y dijo que si era invitado a tratar algún asunto aceptaría ir a Caracas, y no dijo nada de la opción dura. Aparentemente, se abre una puerta.
Naturalmente, los problemas de integración y de fragmentación, como los calificaron algunos, fueron el eje de la conferencia. Me quedó la impresión de que la mayoría piensa que hemos retrocedido en el campo de la integración, que allí hay más divergencias que antes, más conflictos entre países, que Mercosur vive una crisis de identidad, la CAN casi desintegrándose. Surgió fuerte el problema del gas boliviano y sus relaciones con Brasil, parece que tensas. Un empresario brasileño dijo que Evo Morales tenía que respetar los viejos contratos, mientras el ministro boliviano nos recordó que esos contratos eran todos ilegales porque ni habían pasado por el Congreso.
El caso es que dijeron que en torno a la gasificación no puede haber integración, porque se trata de un asunto de seguridad nacional en cada uno de los países.
Cuando hablaban de petróleo, alguien comentó desde el público que Pdvsa había fracasado, que cada día se deterioraba más y que sólo producía un millón 600 mil barriles diarios, y alguien del panel dijo que entonces el sector privado producía mucho más de un millón de barriles. Desde el público, el mismo señor dijo que era así, en efecto. Entonces el ministro consejero de Economía, de la embajada venezolana, José Sojo, también entre el público, aclaró que la producción de productos y derivados de Venezuela es tres millones 370 mil barriles, que tanto la Opep como la empresa BP reconocen en sus informes que Venezuela produjo más de tres millones de barriles diarios en el año 2005, así que Pdvsa debe producir por su propio esfuerzo unos dos millones 600 mil y que gran parte de la producción de los convenios operativos es de producción conjunta entre Pdvsa y las empresas privadas.
Debo terminar porque me están apremiando. Pero debo decirles que, como buen aficionado al beisbol, hace tiempo quería ver a los Yanquis en Nueva York (no es mi equipo ni nunca lo ha sido), pero los vi anoche en Baltimore, para bien de los yaracuyanos de Agua Negra, pues Melvin Mora fue triunfador con un score abultado. Los vi desde el palco de prensa, a Melvin y a Abreu, naturalmente.
Tomo el avión para retomar la lectura de El País Ausente, de Luis Alberto Crespo, poesía en prosa, y sólo me extrañó que entre tantos relatos de caballos y coleadores no mencione a Pedro Mato, quien dominó las mangas entre los años 40 y 50.
"Se planteó que hay dos modelos de integración, uno basado en el Alca, y otro de Chávez, basado en la integración energética"