No sorprende pero asombra la desfachatez de la política burguesa, todos mienten, juran, acusan, prometen, todo falso, nada creíble. Es que el capitalismo se sostiene sobre una gran mentira, la ética de la falsedad es su ética. El otro componente necesario para la política burguesa es la memoria corta de las masas, algunas veces dura horas, por lo general no va más allá de un día.
La operación de liquidación del Chavismo, de la que el gobierno de Maduro es pieza clave, se asienta en la restitución de la democracia burguesa, de la cuarta república, es decir, en la restauración de la gran mentira que era la cuarta república. Y ese proceso va avanzando. Ya se supera la fase de dar la imagen de enemigos, ahora con cualquier excusa los bandos no son irreconciliables sino adversarios democráticos, se pelean pero todos dentro de la misma marramucia. Veamos.
Ayer decían que los de la mud eran enemigos de la patria. Del presidente de la asamblea se hablaron horrores, todos serían enjuiciados por la constituyente, debían pagar sus fechorías en la calle, de eso se encargaría el fiscal nuevo; Diosdado, Iris y Carreño los sentenciaron. Hoy amanecemos sabiendo que se reúnen escondidos en la casa de Cisneros en Dominicana. Todos callan, no hay memoria, nada se dijo, hoy comienza un nuevo día, sin pasado.
Ayer decían que alertar sobre el abandono al Plan de la Patria era suficiente para ser sospechoso de miembro de algún cuerpo de inteligencia extranjero. A quienes alertaban sobre lo perverso de la alianza con los capitalistas para construir el Socialismo los acusaban de enfermedad infantil del comunismo, los execraban, eran apestosos. Hoy aparece el presidente maduro repitiendo los argumentos de aquella gente disidente, y clamando la necesidad de volver a Chávez. Lo de ayer no pasó, nunca se dijo, no hay memoria.
Mañana seguirán peleando de mentirita con los de la mud, repartiéndose las gobernaciones, acusándose con ingenio, distrayendo. Mañana seguirán vendiendo la Patria, mintiendo.
Mientras los políticos burgueses viven en su burbuja de espejismos, jugando a la política, la realidad sigue su curso, la vida continúa, las contradicciones se agudizan. La sociedad fragmentada paga un precio alto por mantener la burbuja de falsedades: la ética, las reglas de la sociedad son la ética del mas vivo, todos contra todos, nada es verdad, la palabra perdió peso, el lenguaje sirve para engañar, no explica.
En el papel, en las reuniones a la luz del mar caribe, en Punta Cana, el plan democrático burgués debería funcionar muy bien. Los oligarcas extranjeros están contentos: dialogan, pronto restauran la verdadera democracia burguesa, el mal ejemplo será enterrado. Pero una cosa piensa el burro y otra quien lo arrea. Vivimos días similares a los días del cuatro de febrero, del surgimiento de Chávez. Este pueblo insumiso, acostumbrado a la rebeldía, aún puede dar lecciones de dignidad.
Seguramente en algún lugar de la Patria se encuentran reunidos unos jóvenes bajo la fronda de un Samán jurando rescatar la Patria. Estos jóvenes tienen ventaja sobre aquellos del Samán de Güere: ahora, la historia les dice que no se debe hacer pacto con la burguesía, que no se debe mentir jamás, que la credibilidad es un bien tan importante como el oro, que la conciencia es más importante que lo material. Y por sobre todo, estos jóvenes tienen una ventaja sobre aquellos: el ejemplo glorioso de Chávez, que es guía para los revolucionarios.