En las elecciones regionales regresamos a la época anterior al 27 de febrero, del 4 de febrero. Y ese regreso lo vocean como un éxito ambas bandas. Unos alegres, otros llorando y reclamando, todos desde el mismo saco, como corresponde al circo.
Más allá de lo números, de los puestos obtenidos, lo importante es que se reinstaló la manera de manipular a la masa propia de la cuarta pero en versión más descarada. Como dijo un revolucionario: esa mayoría es una mayoría ficticia, forjada en la marrullería, en el chantaje, en el miedo. Todos vimos el descaro con el carnet, hasta el aguinaldo lo condicionan, y esa ilegalidad, esa extorsión en masa, es aceptada por todo el Estado. Nadie reclama, las dos bandas se ven reflejadas en esa forma hamponil de conseguir, no apoyo, sino simulación de apoyo. El resultado real de toda esa aberración es una masa pervertida, mercenaria.
No se eligió ni un gobernador socialista, no se habló de Socialismo, todo fueron promesas miserables y chantajes criminales. Triunfó el capitalismo, no habrá peligro para los capitalistas, pueden dormir como niños. No hay diferencia entre guanipa y arias, entre aristóbulo y … entre ocariz y héctor rodríguez, todos son iguales en la esencia, cambia la cachimba.
La crisis espiritual y material seguirá su inexorable camino, regresamos a lo que ya habíamos superado, se olvidó el Socialismo, el Chavismo no puede ser otra cuarta. La alegría durará poco. La historia, que se repite como farsa, no resolverá lo que el original no pudo. El pacto de punto fijo agotado abrió las puertas al fenómeno de Chávez, así se evitó la solución fascista. Este remedo que nos presentan hoy Ramos Allup, Borges, Jorgito y Maduro no resolverá la profunda crisis que vivimos; la socialdemocracia, el pacto, fracasará como lo hizo en el pasado. Sólo abrirá las puertas a un gobierno fascista o a un gobierno Socialista,
La pregunta que cabe es ¿cómo llegamos a esto, dónde equivocamos el camino? El asunto será objeto de mucho estudio, la respuesta acertada es imprescindible para nuevos intentos revolucionarios. El cuadro de hoy es asombroso, lleno de preguntas: ¿cómo fue que un gobierno Socialista se transformó, en cosa de unas horas, en defensor a muerte del capitalismo?; ¿cómo fue que el Chavismo se convirtió en un remedo de ad y copei?; ¿cómo fue que la esencia del pensamiento de Chávez se perdió en la estulticia de los nuevos cabecillas?; ¿cómo fue que un pueblo humilde entero se dejó, se deja, engañar por un puñado de usurpadores de pacotilla?
¿Qué falló? ¿Sería que no se avanzó suficiente en las nuevas formas de propiedad que soportarían la conciencia de pertenencia a la sociedad?, ¿será que se impulsaron formas egoístas?; ¿sería que no se puso el suficiente interés en la formación de la nueva conciencia del deber social, sobre todo en la dirigencia?; ¿puede ser que no se estudió suficiente, que falló la formación ideológica?; ¿sería que la alta dirigencia, la que rodeaba a Chávez, los que ahora son conductores, no tenían la textura de revolucionarios, que piensan en ellos y desde allí actúan, que no tienen visión de sociedad, que no se curtieron en el fuego sagrado de la lucha, que no hubo aquí Sierras Maestras, que llegaron de pugnas callejeras, que no forjaron el espíritu de sociedad, que estimularon la secta?; ¿sería que, jóvenes aún, llegaron sin tutores a un poder que los embriagó?; ¿sería que Chávez no tuvo tiempo de depurar su entorno, o que no vio el peligro?
Todo está por verse, por estudiarse.