Siempre es así, después de las elecciones burguesas los protagonistas son los números, éstos se estiran y se escogen a conveniencia de las partes. Unos pierden casi tres millones de votos, pero se dicen en franca recuperación; a los otros se les abstienen millones, pero la culpa del descalabro es de la vaca. Votan la mitad de los electores y se alegran por el triunfo democrático. Nadie pierde, todos ganan. Así son las elecciones de la mentira, así consiguen distraer a la masa, que se importe por bagatelas mientras refuerzan al sistema capitalista.
Hoy, es necesario admitirlo, el madurismo en alianza con la mud infringió una terrible derrota al Chavismo, al Socialismo, consiguió restaurar un remedo de pacto de punto fijo, abre así camino al reacomodo definitivo de la dominación capitalista. Sin embargo, y esto también es necesario decirlo, el Chavismo, ¡el Socialismo no estará derrotado mientras no lo sea en la ideología! La batalla ideológica es la definitiva en estos tiempos.
El socialismo ha sufrido varias derrotas, fue expulsado del poder, para eso asesinaron al Comandante, el Socialismo fue deformado por la costra gobernante, fue olvidado el Plan de la Patria, el pensamiento de Chávez. Sin embargo, se mantiene en pie y firme su ideología, que se fortalece en el fracaso de hoy.
Fracasó el pragmatismo, sin visión estratégica sólo se importa por su precaria permanencia en el gobierno. Sirve para apabullar a un sindicato pero no es apto para dirigir un país, su peste la sufrimos todos, no es necesario ahondar. Fracasó la socialdemocracia populista, creó una mentalidad clientelar insaciable y en época de vacas flacas es una bomba de tiempo. El populismo sólo les duró unos pocos años, dilapidaron la herencia espiritual de Chávez, la cambiaron por un plato de lentejas, por los artefactos de daka, y al quedarse sin dólares sólo les quedó mentir y trasgredir sus propias leyes.
El gobierno y la oposición están agotados ideológicamente, carecen de propuestas serías para salir de la crisis, sólo atinan a mentir, como ese plan 50 de control de precios que sólo demostró que el capitalismo no es controlable, no acuerda, su ley es el mercado. La crisis navega rauda en medio de la estulticia de los gobernantes y no hay pueblo que la soporte.
Al capitalismo, sabio como es, le interesa derrotar los brotes socialistas, pero más le interesa derrotar la idea socialista, por eso inventa deformaciones, justificaciones para negar al Socialismo. Ayer hablaban del fin de la historia, después postularon la no organización de las masas, o aquel absurdo de hacer la revolución sin tomar el poder. En tiempo de derrota de los intentos socialistas el aguacero de torceduras teóricas arrecia.
La idea socialista está incólume, intacta, invicta. En lo poco que se pudo hacer se vio la superioridad sobre la idea capitalista, se sintió que el Socialismo es el camino de redención de la Humanidad. Es necesario defender la ideología Chavista, Socialista, no dejar que la costra y la mud la entierren, que vengan con el cuento del fin de la historia, o fedecámaras acusando al Socialismo de la crisis cuando es del capitalismo.
No se pudo formar, mantener, un núcleo de referencia socialista, el PSUV, las personalidades, los voceros abjuraron del Socialismo. Esa es la tarea de hoy, crear una referencia socialista, y desde esa trinchera de ideas defender la causa de Chávez.
Nos anotamos en el "Club de los Socialistas, de los Chavistas Necios" que agrupa a los que creen en el Socialismo, los leales a los postulados del Comandante Chávez, los que cantan a Silvio y recuerdan a los tres necios de la historia: Cristo, el Quijote, Bolívar.