¿Dónde está la formación política? En el medio de una lucha de clases hay que saber distinguir las clases, y el gobierno representa a una clase media pequeñoburguesa, "emprendedora", al reformismo. Reformismo es la libre competencia, es ampliar la base material de la clase media impulsando la libre empresa, pequeña, mediana y grande, para enfrentar a los monopolios. Hacer concesiones a los trabajadores a través de los sindicatos, pagar por el desempleo, y otras reivindicaciones sociales. El reformismo es la ideología de la clase media próspera, pero que apuesta de corazón por el capitalismo. Hasta que se vuelve a cumplir el ciclo de concentración de la riqueza en pocas manos, la llamada acumulación del capital, digo, en el supuesto negado que fuera posible ese sueño pequeñoburgués de la clase media, . O simplemente, hasta que los monopolios existentes así lo quieran, porque regresar al pasado dentro de las reglas del capitalismo es imposible, los tiempos de la libre competencia quedaron atrás.
El reformismo le viene como anillo al dedo al capitalismo y al sistema monopólico, porque se apoya en las elecciones democráticas burguesas y estas espantan los antagonismos de clase; una apariencia de libertad política dentro de un control político simulado, pero férreo, de los monopolios (las oligarquías). Y la democracia burguesa sostiene a los monopolios en el poder, así de simple. Por eso preguntamos ¿dónde está la formación política de nuestros jóvenes revolucionarios? ¿Qué se les enseña con estas arengas vacias?
No se pueden confundir los conceptos. Por un lado está el capitalismo, representado por los monopolios, el fascismo y la democracia burguesa; el reformismo, el cual emerge cada vez que aparece en la historia una amenaza popular al capitalismo, una revolución socialistreal real. Y por el otro lado el socialismo.
El socialismo es, resumiendo, la expropiación de los expropiadores, el socialismo es la propiedad social de los medios de producción. El capitalismo, la propiedad privada de los medios de producción; socialismo la propiedad social: son dos conceptos antagónicos. El reformismo es un fantasma de libertad que aparece para conjurar las revoluciones socialistas verdaderas.
Para la formación política de nuestra juventud revolucionaria hay que hablarles con la verdad, como políticos y no como demagogos, toda teoría se debe confirmar o carear con la realidad, eso obliga a identificar los conceptos en la realidad, en la lucha de clases real, quién está en cada lado, cuándo, cómo y porqué se sostienen los antagonismos. El concepto más controversial ahora es el de reformismo; reformismo versus capitalismo, un falso antagonismo.
Veamos un ejemplo de reformismo en acción. "hay quienes dicen que Maduro abandonó las comunas. ¿Abandoné? Yo te aviso... No hablen paja. Entonces, ¿qué son los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP)? Esos son las comunas organizadas, son el poder comunal". Otra falsificación de los conceptos. Nosotros decimos que los claps son las migajas de la renta petrolera y minera para contener la ira de los venezolanos. Nada de comuneros ¿Cuáles comuneros? Quién se puede tragar eso como trabajo comunal, los claps son una organización para la distribución de alimentos y la captura de votos, ¡la caja de "Don Chepe"!. Quienes manipulan las definiciones saben que si producen algo, nadie se ha enterado qué y dónde. "La gran revolución comunera" solo es una organización para ganar elecciones.
El reformismo debe mentir porque no representa un sistema verdadero dentro de la democracia burguesas, por eso tampoco es antagónico al capitalismo, sino a socialismo verdadero, a la revolución socialista. Los reformistas honestos sueñan más "paja loca" como dice el presidente, que los socialistas, que saben que deben desmoronar el sistema capitalista hasta sus simientes. Pretender hacer retroceder al capitalismo monopólico a los tiempos del mercado, de los primeros capitalistas y banqueros, de la oferta y la demanda como reguladora del bienestar social, a la "competencia leal", es una especie de sentimiento retrógrado. La propiedad privada y el egoísmo está a la base de todo capitalista; cada mercachifle es un ambicioso reyezuelo, monopolista a futuro, especulador a futuro, una máquina de hacer dinero a futuro, eso lo confirma la historia de la acumulación del capital, del capitalismo, del mundo moderno.
El capitalismo no puede escaparse de su destino: obligarse al socialismo (de la propiedad social de los medios de producción, de la conciencia del deber social), más allá de los tecnicismos capitalistas, de los mecanismos capitalistas, de los "teóricos" capitalistas. Pensar la economía desde la perspectiva del mercader, del egoísmo materialista es ver en ella un Ciencia, es decir, la ciencia que idealiza al sistema clasista y de los privilegios existentes (hegemónicos). Una Ética: como lo piensan algunos liberales, que subyace en la ganancia. Pero el dinero, el valor de cambio (el fetiche de la mercancía) solo es una expresión del egoísmo materialista, de la codicia, no existe un valor en el egoísmo materialista, por lo menos que se considere humano. Tampoco existe una ciencia que trascienda a la voluntad humana, o sea, exacta, una "física", y no la suedociencia que hay, la que está al servicio de los privilegios.
El marxismo es considerado ciencia social porque es materialista e histórico. La historia explica el valor de los hechos y cada hecho es comprendido como histórico. Es lo mismo para Nietzsche, que no es un filósofo social pero sí histórico e igualmente preceptivo; en esa perspectiva que cambia y su estudio de los hechos está la clave de la verdad. La comprensión y la validez de un hecho social se mueven junto al sujeto del conocimiento; tiene un valor revolucionario porque sirve para cambiar el mundo, va tras la conquista de un ideal, idealiza un mundo por hacer, a diferencia que los liberales, que su ideal es justificar el que existe, darles razones al poder, a la violencia de la explotación,.
Todo esto se confunde porque los líderes de la llamada revolución bolivariana confunden todo a conveniencia; mientras más confusos estén lo conceptos mejor, cualquiera tiene la razón. No hay historia, no hay análisis, no hay historia ni cambios en el sujeto que conoce, solo superchería y "guerra económica"; no hay base material para la lucha de clases (no hay banqueros multimillonarios) porque simplemente no la identificamos, los capitalistas son buenos, los marxistas unos habladores de paja, nadie come basura, no hay niños descalzos en la calle. La promesa es que la clase media emprendedora sea "comunera" y que ella sea la que acabe definitivamente con la pobreza, como si eso fuera posible en el mundo de hoy.