Ya lo dijo el Libertador: "un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción". Toda una enseñanza y una advertencia. De allí se deduce que las clases dominantes intentan, les interesa un pueblo ignorante, y aún peor, les interesa un pueblo ignorante que no sepa que lo es. El saberse ignorante es el inicio, requisito previo, del proceso de aprendizaje.
El otro nombre de la ignorancia es la dominación cultural, sólo se puede conocer lo que conviene a la dominación, en la forma que le conviene. El resto, lo que puede servir a la insurgencia, a la rebeldía debe ser ignorado.
Los gobiernos capitalistas tienen interés en mantener el pueblo en la ignorancia, que no piense, que no tome conciencia de su mundo, que no cuestione, que no indague, que no perciba el origen de su miseria espiritual y material. En la colonia, el imperio español a través de la iglesia controlaba el conocimiento, lo manejaba, la masa sólo podía saber lo que a ellos convenía, el conocimiento permitido sostenía la dominación: el Rey era designado por Dios, el que se rebelaba iba al infierno, la obediencia ganaba indulgencias; los rebeldes eran aniquilados, empalados, llevados a la Carraca, cualquier conocimiento que cuestionara el orden era perseguido, se calificaba como "paja loca".
Hoy la dominación es más sofisticada, los medios de comunicación, o más claro, los medios de manipulación se encargan de llevar a la masa sólo el conocimiento que apuntala la dominación, la escuela, la iglesia, actúan en la misma dirección. Empero, donde el fenómeno de manipulación y adaptación a la dominación alcanza niveles asombrosos es en la política burguesa.
La política burguesa da la impresión de disputa del poder, cuando en realidad es un circo, una distracción, para sumir en la ignorancia a la masa, el desconocimiento del fraude que es el sistema capitalista. En la Colonia, el oscurantismo a la que estaban sometidos los humildes era el fraude que sustentaba a la monarquía, a la esclavitud. Cuando el Libertador habló de ignorancia se refería a la ignorancia de no percibir el sistema que oprime.
La otra función de la política es impedir que el pueblo se organice, que se haga verdaderamente pueblo, preservan su fragmentación, la aumentan. Aquí entre nosotros tenemos un ejemplo muy nítido: el gobierno capitalista que hoy padecemos, por una parte, deformó el concepto de sistema socialista como diferente del sistema capitalista, inventó un híbrido que no pasa de ser un cuento chino. Sumado a esto, por medio del carnet y de los claps, llevó la fragmentación a niveles individuales.
Imaginemos al ejército con este tipo de organización: cada soldado con su carnet, no hay escuadras, ni batallones, ni destacamento, nadie se comunica con nadie, sólo soldados aislados y carnet. No hay tenientes, no hay capitanes, sólo generales y soldados con su carnet. Ese ejército sería incapaz de todo, en realidad no existe, es un "noejército". Así mismo pasa con el pueblo "organizado" como quiere la burguesía, organizado para nada, es en realidad un nopueblo; o mejor, un pueblo sólo en los discursos demagógicos.
Debemos concluir que este gobierno, y esto puede sonar paradójico, es el que más ha favorecido al capitalismo en los últimos cien años.
