Hoy en día existen muchos tipos de tribunales, prácticamente todos los delitos y supuestos crímenes tienen su juzgado listo para la sentencia. Se ventilan juicios, desde los insignificantes hasta los del hipócrita Tribunal de la Haya que atiende los litigios entre Estados, y también los requerimientos de la ONU. Ahora bien, los crímenes que comete el capitalismo, que son contra la humanidad, la naturaleza y violatorios de los derechos humanos no se consideran en ninguna parte, el delincuente está impune.
Los gringos no firman los tratados de conservación del ambiente; los chinos y los rusos los firman, pero no los cumplen; los europeos se hacen los suizos, y no hay tribunal ni ley que juzgue a estos criminales que llevan la vida a la extinción. El capitalismo produce millones de humanos en la miseria, marginados de la civilización viviendo en condiciones propias de la prehistoria, de la caverna, las ciudades de Latinoamérica están rodeadas de estas favelas. El delincuente sigue impune, no hay Fiscal que se atreva a levantarle un juicio, no hay tribunal para él.
No es difícil aceptar que el mundo se convirtió, tal como lo advirtieron los clásicos, en una guerra de todos contra todos, en la que no hay ganadores, sólo perdedores. Los que creen que son triunfadores, los que tienen fortunas materiales olvidan su futuro encadenado al destino de la vida en el planeta, contaminan su entorno y se desentienden en sus torres de cristal, transitorias, paliativos. No hay tribunal.
Un loco por allá amenaza con una bomba, el daño será a toda la biósfera, no hay tribunal que juzgue la locura, la Humanidad no tiene quién la defienda. Pero por un problema de deuda se mueven todos los resortes jurídicos del mundo. Insensatez de la especie que valoriza más el dinero que la vida.
La especie perdió el sentido de pertenencia, quizá sea la única en el mundo que es agredida por sus propios miembros. La naturaleza, sabia, sagrada, cuida la armonía de la vida, existe un equilibrio en los ecosistemas; una especie cuida, de forma natural, a su ambiente, lo crea. Una especie predadora no extingue a su especie presa. Esa es una condición natural.
La especie humana tiene una característica especial que la hace humana: "La condición humana depende de las relaciones sociales". Podemos decir que existe una condición humana, un hombre del capitalismo. Y podemos concluir que esta situación que hoy vivimos es resultado, es producida por ese hombre del capitalismo.
Cuando un gobiernante, con la audacia de la ignorancia, califica esto que hoy padecemos de Socialismo, y es secundado por sus secuaces, están diciendo que no hay sistema diferente del capitalismo, que todos depredan a la naturaleza, todos contaminan, todos crean un humano miserable, sólo cambia el nombre. Desprestigian al Socialismo, ese es un crimen mayor que ser francamente capitalistas. Dictaminan que la Humanidad permanece atrapada en las redes de la relación social mezquina en lo económico y en lo moral, que no hay posibilidades del hombre nuevo, la Humanidad destruye su futuro, esa es su condición. Liquidan las esperanzas de salir de la trampa del capitalismo, niegan la posibilidad de crear una relación social que origine un hombre nuevo, el hombre del Socialismo verdadero; relaciones sociales fraternas, amorosas, no este fraude que sólo usa la palabra Socialismo a conveniencia para encubrir el desarrollo del capitalismo. Sepultan la posibilidad de que la especie recupere la conciencia de sí misma y el hombre actúe con visión de futuro, consciente de la relación estrecha entre lo bueno para él y lo bueno para la humanidad, dejar de ser un azote para la naturaleza y convertirse en un guardián de la armonía.
Están cometiendo el crimen de truncar una posibilidad de salvar a la Humanidad del futuro cierto de extinción al que la conduce el capitalismo.
Empero, pueden seguir su agresión a la humanidad, contaminando, destruyendo, diciendo mentiras, matando esperanzas, total no hay tribunal que juzgue ese crimen... ¡Por ahora!