Grande fuiste, eres y serás, hermano mío, casualmente hoy estoy cumpliendo 34 años de haber llegado a eta tierra de gracia y no he vuelto a mi Chile querido, el Chile de Allende, el Chile de Neruda, el Chile de Andrés Bello, el Chile de Pablo Neruda y de tantos otros pero también y a pesar de los desagradables y aleccionadores recuerdos de mi Chile, el de pinochet, y allí comienza esta historia contigo siempre a mi lado, cuando de muchacho escuchábamos tus canciones clandestinamente y fuimos aprendiendo y fuimos creciendo siempre con tu poema certero que lo convocaba a uno a seguir creyendo a pesar de la adversidad y esos poemas y esas canciones se quedaron para siempre conmigo y no se irán jamás como los buenos amores, una tarde de esas en que a uno se le sale lo que no se le debe salir o si, no lo sé, decidimos arriesgarnos y escuchar tus canciones públicamente y a todo volumen de paso, que si nos conseguían los militares íbamos derechito al paredón de fusilamiento e hicimos un juramento que si alguno de nosotros por la razón que fuere tuviésemos la oportunidad de estar en cualquiera de tus conciertos, te pediríamos una dedicatoria y la mandaríamos a Chile y para mi sorpresa allí estaba yo con 22 años en la concha acústica de Bello monte lo cual me dio la oportunidad de pedirte una dedicatoria y posteriormente la envié a Chile, cumplí con mi promesa, muchos años después veintidele cuando defendí mi proyecto de grado para licenciarme como educador, versaba en torno a lo influyente de tu obra para los jóvenes latinoamericanos principalmente en el sentido humanista proletario, el cual te hice llegar y producto de eso nos cruzamos algunos correos, el flaco me decías, concha acústica Bello monte Caracas 1983 creo, desde entonces no nos escribimos más y hoy aunque tardío recordé tu cumpleaños y decidí una vez más agradecer tu compañía por tantos años, gracias hermano, maestro, amigo, compañero de lucha por tanto amor y que cumplas mil más con los seres que te soportan junto a ti.
