Trampa: Ardid para burlar o perjudicar a alguien
Una de las definiciones del DRAE
¿Cuántos ataques ha soportado Nicolás Maduro, desde el mismo momento de ser electo Presidente? ¿Cuántos usan el pensamiento del Comandante Chávez, para protegerse, y achacarle la crisis a Nicolás? El número se ha convertido en una cadena interminable de oportunistas, tránsfugas, y traidores que no terminan de pasarse para la acera de enfrente, pero, ineludiblemente ese, es el destino final; la historia, y los hechos así lo confirman.
Cada momento aparecen nuevos personajes denigrando del proceso bolivariano; echan cualquier cuento, historieta, apenas resbalan en el eterno lodazal de la sociedad venezolana, como es la corrupción. Nadie se acuerda de la ex fiscal Luisa Ortega Díaz, a pesar de su escandaloso "show" al sentirse descubierta en casos de corrupción, y además de encubrir actos contra el erario público, y como si esto fuera poco, justificó los hechos vandálicos de los enloquecidos guarimberos, con los resultados ampliamente conocidos, y muy lamentables.
Ahora aparece un funcionario, el cual parecía intocable en el gobierno: Rafael Ramírez Carreño, nació, y se formó –políticamente– al lado del Comandante Chávez, dirigiendo, nada más, y nada menos, que la principal empresa del estado venezolano (PDVSA), como dicen en Lara ¡Na guara! El currículo que presenta en APORREA no es cualquier cosa (Ingeniero y político venezolano. Ex-embajador de la República Bolivariana de Venezuela ante la ONU. Ex-ministro de Energía y Minas y expresidente de empresa pública Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA) hasta el año 2014. Militante Revolucionario, Chavista y Bolivariano) como quien dice: ¡Solamente le falta llegar al cielo!
Este señor, en los últimos días, ha presentado varios artículos, en una abierta defensa–tiene el legítimo derecho, según la constitución– para tratar de salirse, no de una trampa, sino de una serie de acusaciones por el pantanal en el cual se encuentra PDVSA, a tal punto, que se ha descubierto una red de corrupción, poniendo en serio peligro la estabilidad de una organización, nervio, y motor del país, y eso es bastante para alarmar a cualquier pensante que en verdad quiera a la patria.
En su último capítulo tratando de protegerse–la trampa– lanza la piedra contra Nicolás Maduro, pero ingenuamente no esconde (la mano) la mala intención; transcribo textualmente parte del escrito: "Casi finalizando el año 2017, hay que decir, nuestro país está "entrampado" en una grave crisis económica, social y política, una situación impensable durante el gobierno del Comandante Chávez, él dejó un país en marcha. ¿Cómo llegamos hasta acá?, más importante aún, ¿Cómo salimos adelante?
En esa parte de su justificativo, tratando de eludir su responsabilidad, deja perfectamente claro: no tiene la razón al utilizar las palabras, y por eso termina "hiriéndose" o como dijo en una oportunidad el fallecido ex presidente Carlos Andrés Pérez, al expresar un verdadero disparate gramatical, muy difundido en su época en son de broma: se "autosuicida".
En ese atolladero se encuentra el señor Ramírez, precisamente, cuando hace la siguiente pregunta, como si no hubiese tocado un plato de la vajilla convertida en una tortilla: ¿Cómo salimos adelante? La respuesta la dio el Presidente Nicolás Maduro, cuando, tomo la decisión de emprender una cruzada contra la corrupción ¡Caiga, quien caiga! Uno de los grandes retos del gobierno es precisamente hacerle frente a la podredumbre, en el cual se encuentra nuestro país. Nadie puede entender, que una montaña de dólares se hallan esfumado en manos de funcionarios sin ningún sentido de patria, y aquellos, que han tenido cargos de dirección a la hora de buscar responsables, eluden el bulto, como los grandes toreros, con argumentos muy trillados, pero utilizados para tratar de eludir la justicia.
Eso de querer responsabilizar a Nicolás Maduro, de la grave situación del país, es aprovecharse del repetitivo discurso de la oposición en sus intentos de acabar con el proyecto bolivariano. Negarlo, es querer engañar a quienes han echado canas en la lucha revolucionaria, cuando ni siquiera el propio comandante Chávez, se había asomado con su famosa frase ¡Por ahora! El espigado personaje, con la voz de niño arrepentido Rafael Ramírez, ha ingresado a una lista muy selecta: Héctor Navarro, Jorge Giordani, Ana Luisa Osario, Luisa Ortega "guarimbera" Díaz destacados dirigentes que estuvieron al lado del Comandante, pero a la hora de enfrentar las responsabilidades, han "arrugado" amparándose en su pensamiento, pretendiendo utilizarlo, como un escudo protector, cuando la verdad es muy sencilla: los muertos no hablan, y cualquier intento por apoyarse del pasado, es caer en vagas ilusiones, cuando debemos enfrentar el presente, cargado de una realidad muy peligrosa.