Mi palabra

¡Grossman, el periodista, y la manipulación del pensamiento!

"El insulto deshonra a quien lo infiere,

no a quien lo recibe."

Diógenes de Sínope

Diógenes de Sínope, también llamado Diógenes el cínico, se caracterizó por dejar pensamientos muy fuertes, pero la mayoría encierran grandes verdades, y permite aprender en el enmarañado mundo de las opiniones. Al mismo Diógenes, se le atribuye un pensamiento muy utilizado por el periodista Grossman Parra Pinto: "Cuanto más conozco a la gente, más quiero a mi perro.". No sé, si el periodista socialcristiano, tiene o ha tenido un animal de esta especie. La simple palabra "perro" tiene varios sinónimos un tanto despreciables, sin embargo, en muchos casos se convierten en un fiel compañero, y cuando son bravos de verdad, no levantan la voz; arremeten en el momento más inesperado.

Todo lo contrario de este comunicador, quien no deja de atacar al gobierno–con o sin razón– para caer en unos errores imperdonables. Lo del gobierno es lo de menos, porque no es el primero, ni será el último en disparar contra el proceso venezolano, y además este señor, no va a descansar hasta ver a Maduro, fuera de Miraflores, sin embargo los simples deseos no empreñan, como– dijera– el fallecido refranero Luis Herrera Campíns, pero nadie puede entender, como una persona a la edad de Grossman, con una larga trayectoria periodística, utilice su manera de pensar, por demás recalcitrante en un supuesto dialogo de niños –en este caso sus nietos– pensando que, de esa manera es más creíble al escribir; transcribo su último adefesio periodístico: "Por cierto, la traviesa Enoha preguntó las razones por las cuales ni en la plaza Bolívar de Guanare ni en lo "que queda de Guanarito" había luces ni niños corriendo y jugando, a lo que Juan Pablo le dijo: "Tú no sabes que ahora las plazas Bolívar son para humillar a la gente sacando el carnet de la patria".

Este señor, con muchos años ejerciendo una de las profesiones más digna, y comprometida en la orientación del pueblo, no le importa en absoluto, pisotearla al convertirse en un activista político, tan enfermizo, que llega a la desfachatez de jugar con la inocencia de sus nietos, y eso es bastante decir. Creo que el amigo, debería leer algunos pensamientos de Gibran Jalil Gibran; sin embargo, le voy adelantar uno, el cual refleja la manera de pensar de un poeta universal al referir a los niños, y precisamente es dedicado a los hijos, pero lo podemos hacer extensivo a los retoños más próximos: "Puedes darles tu amor, pero no tus pensamientos, pues, ellos tienen sus propios pensamientos".

En el corto párrafo, el cual le atribuye a sus dos descendientes, se pueden sacar varias conclusiones, empezando por la parte gramatical, pero dejemos ese detalle, para escudriñar en el corto dialogo, para saber, dónde se desarrolló, si en Guanare, o en tierra de Guanarito, conocida por ser la cuna de hombres ilustres; el cual se mantiene reclamando sus derechos, laborando en medio de la crisis, y se niega a sucumbir a las indolencias de algunos gobernantes irresponsables; no solamente está intacta, sino que crece en medio de grandes dificultades, y la población no deja de echarle el pie a una parranda, como buenos llaneros, a pesar de los malos augurios del señor Parra.

¿Hasta cuándo sigue enlodazando su profesión? Lo hace por costumbre, hasta llegar a "jugar" con la inocencia de los pequeños; olvida la enorme responsabilidad de los padres, y abuelos, en la formación de sus descendientes en una sociedad preñada de vicios. El señor Grossman Parra Pinto, debería renovar el repertorio, porque está muy rayado, y a nadie convence, salvo a su entorno muy íntimo ¡cuidado! pueden arrugar la cara, al involucrar a los consentidos de la casa, en guarimbas periodísticas.
 



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Narciso Torrealba


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