"Los vampiros matan, beben sangre". Casandra Clare…
Se lee en leyendas de diversos autores que Casandra logró de Apolo el don de profetizar, después haberle prometido matrimonio. Pero una vez obtenido ese privilegio incumplió su palabra, y esto desató la ira del dios, quien furioso por ese desaire, la escupió en la boca y le quitó la facultad de vaticinar en sus profecías. Perdiendo credibilidad ya que nadie le creía en sus predicciones, y uno de los ejemplos fue cuando aseguró que la llegada de Paris a Troya significaría la destrucción de la ciudad. No le dieron crédito a su predicción cuando alertó a los troyanos sobre el avance del celebre caballo de Troya construido en madera el cual iba lleno de guerreros enemigos.
El mejor ejemplo del político europeo que padeció el reflejo del síndrome de Casandra fue Sir Winston Churchill. Quien en el siglo XX, advertía de los peligros del nazismo y nadie le creía. El desarrollo de esos acontecimientos es harto conocido. Lo cual llevó a Churchill El 13 de mayo de 1940, en su discurso ante la Cámara de los Comunes, a decir que sólo le podía ofrecer al pueblo británico "sangre, dolor, sudor y lágrimas" palabras mas, palabras menos.
¡Hoy en Venezuela hay predicciones similares sobre los peligros de la estanflación 2018! que de seguir por donde apunta el núcleo duro estalinista del actual gobierno bolivariano, el final no podrá ser bueno para la gran mayoría los venezolanos. No es menos cierto que a medida que avanza la "ANC" demoliendo la democracia al son alegre de una fatua paz, donde muchos expertos en la materia económica son calificados como agoreros (siendo más preciso, son catalogados como fachos imperialistas) cuyas advertencias sobre esta grave crisis económica que sufre el pueblo venezolano, donde el burocratismo estalinista las considera exageradas, y poco o nada creíbles, negando de facto que en Venezuela existe una mega inflación genocida. Ignorando también las opiniones de los analistas políticos-militares que hablan de los riesgos de una balcanización por este conflicto, son insultados y sus opiniones ignoradas. La indiferencia ante esta grave crisis socioeconómica ha sido la práctica censora más utilizada por el actual fascismo constituyente.
Durante los años del gobierno de Hugo Chávez, el oasis venezolano sólo se alteró cuando se produjo la premonitoria intervención de Carmona en el 2002. Y como a Casandra, nadie le creyó por su chapucera actuación política en ese conflicto.
El síndrome de Casandra tiene aún relativa vigencia en Venezuela. Todavía hay quien califica de apocalípticos a los que sólo ven como única salida al reto totalitario estalinista el conflicto abierto. Son muy pocos lo que dan credibilidad a las profecías de quienes afirman que la elección presidencial pautadas antes del 30 de abril del 2018 está arruinando lentamente a Venezuela, y no sólo económicamente. Son muchos más los "chavistas democráticos" que aún se preguntan dónde fallaron, en qué momento se perdió la conciencia de lo que está sucediendo, o cuándo les dieron su pócima de burundanga.
Pasados unos años, y visto con perspectiva de lo que sucede, algunos izquierdistas apuntan que en Venezuela no hubo transición democrática hacia el socialismo (articulo dos de la CRBV) después de la muerte de Chávez, y si la hubo fue flor de un día, hasta que la Asamblea Nacional electa el 6D del 2015 abandonada en un golpe parlamentario, por los diputados del psuv cedió su simbólico poder a la ANC. Los herederos de la CRBV de 1999 electa por el pueblo en referéndum, serían hoy la resistencia al modelo totalitario cubano, que se ha erigido en administrador de la memoria de Hugo Chávez, y del olvido del colaboracionismo de las élites cubanas con la dictadura estalinista.
Desde entonces, y con el objeto de tapar las vergüenzas de las élites cubanas y de sus cómplices, el esperpento se ha hecho dueño del escenario político venezolano. ¿Qué hacer ante un panorama tan grotesco, tan desatinado, tan dantesco, tan bufo, pero tan bien representado por la antiestética, y la antiética política? En ambos hemisferios, el esperpento constituyente no sólo es una visión deformada de la realidad, es sobre todo la degradación de la práctica política, y de su representatividad.
Y después de este desquiciado momento, donde quintas columnas corruptos opositores como: Ramos Allup y Julio Borges ¿Qué nos espera? Es imposible saberlo porque seguimos bajo el síndrome de Casandra. Al final, la princesa profetizó por dos veces su asesinato y el de Agamenón, pero cuando cayó al suelo víctima del puñal homicida tampoco nadie la creyó. Todo es cuestión de principios en el actual circo venezolano. Un liderazgo no "rayado" de la ideología que sea, y con apoyo popular apuntalados por serias encuestadoras nacionales e internacionales, tiene en sus manos la salida a la crisis venezolana. Los actuales jefes políticos opositores prefieren 'matar' a Venezuela antes que frenar la estanflación.
