Los perros andan muy preocupados

Frente a la tienda de la Sra. Hilda Rodríguez, se paró el periodista, y desde ahí lanzó una mirada para el frente de la casa de la señora Juana González (Ñaño) y un chispazo de nostalgia le encandiló los ojos y los recuerdos le tomaron por asalto la mente y vio allí a sus amigos de juventud. "Tantas conversas, tantos tragos y tantas ideas para tumbar el gobierno de turno, se conjugaron en ese lugar", se dijo para así.

Se sacudió el rostro como para quitarse el polvo de los recuerdos y se dirigió rumbo a la plaza del Corazón de Jesús de la Tacarigua de Margarita, a donde encontró a la perra Cegueta, que descansaba en un banco, como con una mirada de preocupación que le pintaba más grises sus ojos, siempre pendientes del periodista cada vez que va por esos lares a saludar a su suegra.

- ¿Hola, Cegueta, te veo cómo angustiada?

- Qué comes que adivinas, amigo. Es verdad, el puñal de la mortificación nos rasga el traje del alma. Y no es para menos. Porque nos encontramos impotentes, pues nadie nos tiende la mano y eso que llaman la constituyente menos, porque al parecer ahí nadie le tiene una chispa de cariño a los perros y, por tanto, la perrarina sigue subiendo.

- Y pensar que el Comandante Chávez creó la Misión Nevado, al auxiliar una perrita herida a la orilla de una carretera.

- Asimismo no los han explicado, pero sus seguidores que hablan mucho del legado del Presidente Chávez, parece que no le rinden homenaje poniendo en práctica todo ese montón de ideas que dejó plasmado el Comandante.

La plaza, en horas de media mañana, estaba casi sola. Únicamente se veían unos pocos pasajeros esperando los autobuses y los carritos por puesto. Estaban parados, callados y viviendo la tortura de todos los días: tratar de montarse, aunque sea en un camión y poder llegar a su destino.

El periodista se distrajo observando aquel drama, y al voltear vio a Cegueta reunida con sus otros amigos: Negrita, Barba y Toby, que a pesar de la preocupación por los altos precios de la perrarina, al parecer jugaban. "Al mal tiempo, buena cara, decían los viejos de este pueblo"; pensó el reportero.



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Emigdio Malaver

Margariteño. Economista y Comunicación Social. Ha colaborado con diferentes publicaciones venezolanas.

 emalaverg@gmail.com      @Malavermillo

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