Toda dictadura tiene una excusa, y la de Maduro es defender la Patria y desarrollar las fuerzas productivas, convencer a la población de que solo en un gobierno como el suyo se garantizaría la defensa de la soberanía, para prolongar su mandato por seis años más. Las maneras en cómo se prolonga no importa mucho, lo esencial está en las maneras de cómo se gobierna. Eso de forzar el desarrollo de las fuerzas productivas capitalistas tomará el tiempo que sea necesario y habrá que hacer sacrificios, muchos años de hambre y deterioro vital para la mayoría de la población, sin que se pueda ofrecer garantías de ningún tipo, habrá que institucionalizar el racionamiento de los alimentos y la pobreza en general, si queremos un futuro próspero.
Mientras se desarrollan las fuerzas productivas capitalistas habrá qué hacer sacrificios, como abandonar el socialismo. No se puede mezclar socialismo con capitalismo. Mientras desarrollamos las fuerzas productivas capitalistas hay que estimular las inversiones y para eso la población debe estar dispuesta a venderse o dejarse comprar y no estar pensando en igualdad y justicia social; eso no agrada a los patrones, debemos estar dispuestos a consumir basura, a pelear duro por sobrevivir y por lo que queremos en la calle pero de forma individual, eso sí, sin agavillamiento, sin organizarse en grupos de lucha, sin sindicatos independientes, sin organizaciones políticas (para eso están los partidos de gobierno, para canalizar las inquietudes y para que el sacrificio sea organizado) dispuestos a trabajar duro, con disciplina y sin rezongar, porque depende de esta "Paz social" el desarrollo del aparato productivo capitalista del país y la prosperidad de sus propietarios; y si el patrón está bien siempre habrá trabajo para todos (los menesterosos), que parece ser lo más importante, trabajo duro y en paz, "sentido común", o sea, PAZ.
Mientras se desarrollan las fuerzas productivas capitalistas habrá que abandonar los proyectos y planes pasados, meditados dentro del socialismo, economizar en gastos y esfuerzos innecesarios, como educación, desarrollo tecnológico, desarrollo del espíritu, ¡la salud!, que es muy onerosa; habrá que quedarnos con solo lo necesario, lo básico. Habrá que paralizar por el momento la construcción de ferrocarriles, a fin de estimular a la industria automotriz hoy golpeada por la crisis, el mantenimiento y la construcción de hospitales, para estimular la industria de la salud y las aseguradoras, las inversiones de mantenimiento para el Metro de Caracas, o mejor ponerlo a la venta, entregar las refinerías (aquellas que no han sido alquiladas, si es que queda alguna por ahí) y demás instalaciones petroleras y privatizarlas, frenar las inversiones en el sistema eléctrico nacional, más bien pensar en vender el sistema por pedazos; sale mejor así, privatizar los acueductos y sistemas de agua potable (para eso contamos con la ANC, para "cambiar todo lo que deba ser cambiado"), para ocuparse de eso ya habrá tiempo, cuando se desarrollen las fuerzas productivas capitalistas y seamos una "Venezuela Potencia", como Brasil, como la India, ¡y por qué no!, como la China o los EEUU.
Mientras tanto, hagan cola especuladores honestos y nacionalistas: los bienes de la nación están en venta, porque el país requiere de dinero (euros, dólares, yuanes ¡Petros!) para desarrollar las fuerzas productivas capitalistas. Y hagan otra cola por este otro lado para que reciban su cuota de euros, mientras no se haya privatizado la industria, provenientes de la venta de petróleo, que corresponde a este mes. También se les pagará a los pensionados y jubilados, lo justo, pero en bolívares, porque no se puede fraccionar un dólar (¿un dólar y un pelito? ¡No se puede!, y todavía no sabemos cómo hacer para que los buhoneros reciban Petros por efectivo).
Por desarrollar las fuerzas productivas capitalistas y en capitalismo hemos sacrificado la salud de nuestra gente, nuestra independencia económica y política, nuestra soberanía territorial, nuestra dignidad, nuestra historia, nuestros ideales, un futuro meditado y cierto por otro futuro impensable.
