Como en otras oportunidades lo he escrito, no me cansare de agradecer a Dios primeramente, por haberme concedido la bendición de conocer ciertas personas que lo marcan a uno para siempre jamas, corría la década de los 80 un poco lejos ya en el tiempo pero cerca muy cerca en los sentimientos más íntimos, buscaba yo en vista de un accidente laboral suave pero que ameritaba reposo cumplir una promesa y un sueño que se fraguo en los años de mi juventud en mi Santiago querido , cual era aprender a tocar guitarra para interpretar las canciones de Silvio Rodríguez y por esas causas y azares conocí a un maestro de guitarra, a quien contacte a pocos metros de mi casa, sin conocerlo acordamos clases particulares pero cuando me pregunto que si tenía yo guitarra, le dije que no, se sonrió y me dijo no te preocupes yo te llevo una ahora más tarde y en efecto así fue, se apareció en la tarde noche con una guitarra y me dijo te espero mañana en mi casa, allí comenzó la magia, pues yo no tenía muy claro de cómo un hombre, un maestro sin conocerme me podía prestar una guitarra, era así de sencillo, mi primera lección de parte de aquel hombre que se pierde de vista por su sencillez, por su humildad, por su grandeza de alma y a partir de allí comenzó una de las etapas más hermosas de mi vida, con el tiempo me fui dando cuenta lección tras lección de lo que significa el compromiso con el arte, con las artes, con el amor más sublime por este país, por su gente, por su historia, por su cultura, tradiciones y sin querer queriendo fuimos profundizando una amistad, un compromiso que no tiene final, conocí de poesía, de pintura, de música, de todo lo cultural, conocí personajes inolvidables al lado de Efraín, paisajes inolvidables, pero conocí del desprendimiento al que puede llegar un ser humano por más grande y talentoso que sea, Efraín ha recorrido el mundo, dando a conocer más que la música en si misma que ya es bastante, la Venezolanidad y la grandeza de este noble pueblo, aplaudido por todos los públicos más exigentes y academias del mundo, algo verdaderamente extraordinario, verlo como director de una escuela de música en Turmero Edo Aragua pero al mismo tiempo, llegando tempranito barrer la acera de la escuela para que este bonita, Efraín ese ese tipo de personas que ya casi no existen, con un amor por lo que hacen tan pero tan grande que a uno que tiene algo de sensibilidad no le queda de otra que imitarlo, paso el tiempo y llego el momento de separarnos, muy duro para mí pero el sabia como buen maestro que es que yo tenía que volar hacia otros espacios y me fui al pedagógico a estudiar música y así me hice maestro, y así me hice revolucionario, me hice socialista, jamas hablamos directamente de política pero eminentemente Efraín llevaba el socialismo por dentro de su alma, así lo entiendo hoy, así lo creo hoy y hoy escudriñando las redes para tratar de estar al día, bien temprano me encontré por otra hermosa casualidad que mi querido Efraín estaba cumpliendo por estos días, 50 años de carrera artística, que será objeto de un homenaje en el VII festival de guitarra Venezuela 2018 que se llevara a cabo en los espacios de la universidad Simón Bolívar para comenzar el 21 de marzo a la 1 pm, aprovecho para invitar a todo aquel que tenga la oportunidad de acercarse por esos espacios y me motive a escribir estas insignificantes notas, como simples gotas de agua, que refrescan a uno en medio de tanto desastre, gracias maestro por tanto amor, gracias maestro por tanto compromiso, gracias maestro, de un hermano, de un amigo, de un compañero de trinchera, que jamas tendrá conque agradecer estos milagros que de algún modo lo mantienen a uno de pie y con dignidad, larga vida y salud hermano y que sigas cosechando éxitos y reconocimientos que nunca serán suficientes.
