"El hipócrita es el espantoso
hermafrodita del mal"
Víctor Hugo
La lista de ex funcionarios del gobierno metidos en la comparsa de la derecha es bastante larga. La enumeración está abierta, como cualquier plaza, esperando a todo aquel, que empieza a retroceder antes las presiones de la situación, para enfilar las baterías contra el "destructor" de Nicolás Maduro, a quien lo señalan, como el responsable de los males, habidos y por haber, para de esa manera justificar su deserción sin dar la cara, antes la realidad del país, y evadir acusaciones en casos de corrupción. Los ataques son constantes, y en muchos de los casos, coinciden abiertamente con la jauría orquestada desde el exterior, teniendo, como director en estos momentos al pistolero Donald Trump, el personaje más representativo del imperialismo norteamericano, por sus condiciones de acaudalado empresario.
Los hipócritas, siempre andan al asecho, pero en muchos casos se les ve la mala intención a simple vista, como está sucediendo en nuestro país, con algunos exfuncionarios, quienes descaradamente parten el proceso venezolano en dos: cuando estaban ellos, todo era maravilla; después de ellos, todo se vino abajo, faltándoles solamente interpretar la canción de Manuel Alejandro, puesta de moda en la década de los 80 por Emmanuel "Todo se derrumbó". Los ejemplos son muchos: unos con más relevancia que otros, por los cargos ejercidos, empezando por Rafael Ramírez, quien aparte de convertir sus escritos en largos alegatos para defenderse de las acusaciones, los utiliza para justificar sus ataques contra Nicolás Maduro; ahora, empieza a falsear la verdad de hechos pasados de gran trascendencia en la vida de nuestro país, faltando poco para presentarse, como protagonista, y héroe de una de las dos fugas del cuartel San Carlos.
Esta lista la integra un grupo muy fatídico, con personajes, muy dados al sensacionalismo para tratar de ocultar, hechos muy claros y evidentes a la vista de todo el mundo; por eso no es raro, ver a la ex fiscal, Luisa Ortega Díaz, aparecer con la misma actitud asumida, cuando fue descubierta al margen de la ley, apoyando a los descarados guarimberos; los mismos violentos de la derecha fascista, que antes los repetidos fracasos, siempre aparecen con nuevos arrebatos, y nuevas caretas, tratando de confundir a la población; ahora, presentan un "frente amplio", pero son los mismos rostros del pasado reciente: entre ellos verdaderos asesinos, que poco les importa la vida humana, empezando por Freddy Guevara, refugiado en una embajada, buscando evadir la justicia.
A esa larga lista de ex funcionarios del gobierno, abiertamente críticos, para evadir cualquiera responsabilidad, parece que se va arrimar la ex gobernadora de Portuguesa, Antonia Muñoz; por una razón muy sencilla: para ella, la debacle empezó, desde el mismo momento de haber dejado la gobernación; su última declaración, empieza a dejar muchas dudas de su firmeza en la defensa del proceso bolivariano: "Yo, Antonia Muñoz, estoy completamente segura, que los responsables son los que gobernaron durante 9 años este estado, porque abandonaron completamente el sector agua y se dedicaron simplemente a usar lo que se había hecho sin darle mantenimiento preventivo y correctivo, y, aparte hubo robos, lo que sin inversión, agrava el escenario". Estas declaraciones se parecen a las de Rafael Ramírez, guardando la distancia, y la responsabilidad por la cantidad de millones de dólares, manejados en PDVSA. Lo que no dice la estimada profesora, es que, a la llegada de Chávez, se consiguieron un proyecto paralizado– en Acarigua–Araure– el cual partió del estado Lara, y hasta los momentos, sigue, como estaba. ¿De quién es la culpa? ¿Por qué evade su cuota de compromiso?
Todos los oportunistas se parecen en sus confesiones, y más estos, cuando manifiestan una fidelidad a toda prueba hacia el pensamiento del Comandante Chávez, y la "negra" Antonia, no puede ser la excepción, porque en una oportunidad el Comandante, se atrevió a decir en plena campaña: ¡Esta negra, la quiero, como si la hubiera parido! Lamentablemente en los momentos difíciles, es cuando se prueban a los verdaderos revolucionarios, pero, también empiezan a brotar las concepciones pequeñas burguesas, y contra eso, es muy difícil luchar, porque el culipandeo es libre de cada quien, privando en el fondo los intereses económicos por encima de cualquiera ideología.